La menor sufrió lesiones graves producto del ataque sexual registrado en Castro Alto.
l Pedro Bárcena González
La extensión del mal causado, la gravedad de la pena asignada al delito y el peligro que constituye para la seguridad de la víctima y la sociedad, se constituyeron en factores clave para imponer la prisión preventiva contra el sujeto imputado de ultrajar a la pequeña hija de su conviviente. Un nuevo ataque sexual registrado en el sector alto de Castro, el cual comenzó a ser indagado formalmente.
En audiencia realizada ayer en el Juzgado de Garantía de la capital chilota, el transportista de iniciales C.M.S.P. (40) fue encausado por los delitos de violación impropia y lesiones graves en perjuicio de la niña de apenas 7 años. Se le sindica como autor de una violenta agresión al interior de la casa que compartían, acaecida la tarde del lunes.
Después de más de 20 horas de sangramiento en su zona vaginal, la menor fue remitida al Hospital Augusto Riffart donde no solo se acreditó médicamente el aberrante hecho, sino que también se estampó la denuncia que permitió activar el procedimiento judicial.
Tal como recalcó la fiscal de turno, Karen Rosas, la madre de la víctima encontró a su hija en el dormitorio con su pareja, presentando rastros de sangre, los mismos que observó en el hombre, quien permanecía desnudo en la cama. De inmediato sospechó lo peor, antecedente que fue confirmado por su pequeña.
La niña develó que no era primera vez que era violada por el isleño. Sin embargo, por el impacto y temor relacionado al ataque la vecina solo decidió remitirla al centro asistencial el martes y notificar el caso a Carabineros, luego de ser orientada por el pastor de su iglesia.
En el recinto hospitalario se le diagnosticó a la afectada himen desflorado y completamente destruido.
El informe sexológico fue expuesto en la sesión judicial por la persecutora para argumentar la configuración del delito y asociar responsabilidad al imputado, quien confesó su autoría a su conviviente, mostrándose arrepentido.
"No lo quería hacer", dijo el imputado según lo expuesto por la abogada, añadiendo que este le indicaba a su pareja que su hija "lo tocaba como una mujer grande".
Pese a estas "explicaciones" el chofer de la locomoción colectiva fue detenido y formalizado. La fiscal Rosas solicitó la cautelar más gravosa, resaltando que el delito de violación tiene pena de crimen y que el daño sufrido por la menor fue grave.
"Presentó un desgarro vaginal con sangramiento activo que requirió reparación quirúrgica", enfatizó la representante del Ministerio Público. Incluso, permanece internada en el principal centro asistencial de la provincia.
Además, la jurista señaló que el delito se encuentra acreditado, el cual "produjo un gran trauma a la niña, por lo que no ha declarado aún". A pesar de esto, la prueba testimonial, policial y pericial recogida -detectives de la Policía de Investigaciones levantaron evidencia biológica, fotográfica y planimétrica en el sitio del suceso- respaldó las alegaciones que fueron acogidas por la magistrado Alejandra Varas.
Es más, la jueza no dudó en manifestar que "estamos hablando de una tremenda agresión sexual", debido a la gravedad de las lesiones de la niña. A su vez, confirmó que los antecedentes médicos, policiales y los aportados por la madre de la ofendida son suficientes para sustentar la existencia de los delitos y otorgar la prisión preventiva.
El plazo de la indagatoria se fijó para 90 días. Además, se programó para el miércoles una nueva audiencia para determinar si el imputado autoriza la toma de muestras para un peritaje de ADN solicitado por la Fiscalía de Castro, el cual se sumará a las diligencias científicas en los restos de sangre encontrados en la ropa de la pequeña víctima. J