Están los que son optimistas, como Gabriel Silberstein, y los más pesimistas, como "Pato" Cornejo.
l Roka Valbuena
Están los que miran el tenis chileno con optimismo y hablan del renacer. Viene la alegría, sostienen. Y, por otro lado, están los más pesimistas que proyectan un futuro dramático para el tenis nacional. Unos y otros debaten el nuevo momento de este deporte, luego de la victoria ante Paraguay por 3-0 que aseguró la permanencia en la Zona II Americana.
"Sí, soy optimista", y alza un cigarro el ex tenista Gabriel Silberstein, hoy de 39 años y dedicado a los negocios. "No sé si serán como Massú y González", agrega con realismo, "pero son bien buenos estos cabros". Dice que le pegan fuerte a la pelota y que tienen cuerpos saludables. Son altos, bien formados, cuentan con el apoyo del país, de sus familias. Son gentiles y educados.
"¿Llegarán a la gloria?", preguntamos. "¿A dónde está la gloria?", pregunta él. "Lejos", acotamos misteriosamente. Y el ex jugador de Copa Davis afirma: "Una cosa es tener un buen golpe de derecho y otra bien distinta es llegar donde están los mejores". Pero, insiste, están llenos de talento. Elogia el derecho de Christian Garín, la velocidad de Gonzalo Lama. Su última frase permite ilusionarnos: "Lo que sí está bien claro es que estos cabros son mucho mejores que yo".
Silberstein se retiró a los 22 años y alcanzó a ser 128 del mundo. Al menos, según lo que él piensa, Lama y Garín, con toda certeza deberían ser largo tiempo top 100.
"Yo también soy optimista", apunta Marcos Colignon, quien entrenó alguna vez a Fernando González. Y, más tarde, lo hizo con Lama y Garín. Conoce perfectamente a las dos generaciones y avisa: "Cuidado. A Fernando le costó mucho empezar a tener resultados: cuando se hizo profesional pasó dos años sin ganar nada". Considera que Lama y Garín son dotadísimos. Tienen golpes de primer nivel.
"Solo les queda madurar. Están en esa etapa en que se ponen ansiosos y tiran puros pencazos", dice. ¿Y cómo se madura? "De dos formas: jugando mucho tenis y teniendo más edad", concluye con lógica.
Patricio Cornejo no tiene tanta fe: "(Lama y Garín) Por momentos tienen problemas para soportar la presión", puntualiza. Eso, asegura, es pura cabeza. Y la cabeza se trabaja jugando partidos por todo el mundo. Así se adquiere confianza. Y, además, "acá en Chile se les ha malcriado".
-¿A qué se refiere?
-Solo veo que les dicen elogios. Puras alabanzas y poca crítica. Y eso no es tan útil.
Da un ejemplo: es como cuando un futbolista mete un gol y lo piden inmediatamente para la Selección. En febrero del 2013 Garín paleteó con Nadal en Viña del Mar y se le tildó como la nueva sensación del tenis chileno. Mesura, pide "Pato" Cornejo. "Todavía las falta mucho", añade. Aclara, eso sí, que habla desde la intuición ("No conozco interiormente a esos muchachos"). Pero sí sabe que el tenis chileno todavía no despega. Sugiere trabajar y tener humildad. Y sugiere, sobre todo, vivir el presente y olvidarse de la generación dorada. J