La estética y la ubicación del edificio han provocado críticas en la comunidad.
l Luis Contreras Villarroel
Diversas críticas se ha ganado el edificio provisorio de feriantes que se levantó en calle Lillo y que posee una particular estética que ofrece a transeúntes y visitantes que a diario transitan por la antigua arteria de Castro.
La construcción a cargo de Atacama S.A., empresa que también se adjudicó la reposición de la Feria Yumbel o Mercado Municipal Chiloé, no tardó en despertar en las redes sociales las primeras aprehensiones que se vinculan con los efectos invasivos y el impacto en desmedro de la actividad turística que se desarrolla en el barrio.
Todos los dardos una vez más recaen sobre el municipio castreño, organismo que encabeza el millonario proyecto ferial en el sector alto de la ciudad.
Si bien muchos aplauden la llegada de las decenas de locatarios y con ello el aumento en el flujo de clientela al antiguo centro de la urbe, igual se levantan voces disidentes que reprueban la forma en que se erigió el inmueble.
José Vargas, comerciante, no tiene reparos en cuestionar el nuevo recinto y recordó que calle Lillo "es un lugar de turismo y, la verdad, es que a lo mejor los planificadores no tomaron en cuenta ese aspecto; debió haber sido más amigable, que tenga más vista".
Una visión similar entregó Santos Águila, prestador de servicios náuticos de la bahía de Castro, quien expuso no compartir el levantamiento de la feria provisoria, cuyos tonos contrastan con el entorno del popular barrio chilote.
Al respecto, expresó que "tendría que haberse respetado la identidad arquitectónica de Chiloé; así como el mall tampoco respetó, yo tengo que hablarles a los turistas que es imponente el mall, pero también esto es imponente".
Una pareja de visitantes procedente de La Serena no quedó indiferente ante la construcción ferial provisoria. Andrés Alfaro manifestó que "es primera vez que conozco el sur de Chile, ha sido maravilloso; (acá) hay un contraste, debería seguirse la misma línea artesanal". J
l Otra mirada crítica la entregó el empresario turístico de Ancud Juan Carlos Viveros, quien recordó la polémica que desató la construcción del centro comercial en pleno centro histórico de Castro.
"Cómo es posible que después de tanto años de problemas con el mall, las autoridades de Castro y Chiloé aún no vean que es necesario resguardar nuestra cultura y nuestro patrimonio arquitectónico", expuso.