Acreditan salvaje asalto a pescador en sector Ten Ten
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Pese a que se buscó recalificar el delito en su contra una pareja fue condenada por su responsabilidad en un salvaje asalto contra un pescador, en el sector Ten Ten de Castro. Tras urdir un plan para atacarlo, los sujetos le sustrajeron más de dos millones de pesos a la víctima, que fue reducida por medio de fierrazos.
El testimonio del afectado, identificado como José Luis Cifuentes (41), como el aportado por otros cinco testigos, se combinó con la prueba pericial para crear convicción en la sala presidida por la magistrado Loreto Yáñez, en el juicio realizado en el Tribunal Oral en lo Penal de la capital chilota.
Los sentenciadores desvirtuaron la presunción de inocencia de la acusada, individualizada como M.J.D.B. (23), y del sujeto de iniciales L.H.G.A. (29), entregando en las últimas horas un veredicto condenatorio por el delito de robo con violencia.
Tal como expuso la jueza, el hecho se produjo el 27 de diciembre del 2011, en los momentos que el hombre de mar se encontraba bebiendo junto a la hoy condenada en un local de calle Barros Arana, en pleno centro de Castro. Abandonó el lugar abordando un vehículo conducido por el acusado, con quien la mujer "estaba previamente concertada", apuntó la sentenciadora.
Después de ingresar a un camino secundario, le sustrajeron al pescador más de 2 millones de pesos y el joven le propinó una paliza. Aunque en la decisión judicial no se informó sobre la participación de otros individuos, el propio trabajador indicó en su instante que fue drogado y "otras personas salieron del lugar y me pegaron con una cañería". Incluso, recalcó que lo atropellaron y que intentaron arrojarlo al mar.
Cifuentes resultó con un traumatismo encéfalo craneal, cinco heridas contusas en la cabeza, fractura de cúbito izquierdo y policontusiones, lesiones graves que le provocaron una incapacidad de al menos 120 días.
penas
El fiscal Enrique Canales invocó en un comienzo de los alegatos una pena de 13 años para la pareja. Sin embargo, bajó su pretensión en cuanto a la mujer reconociendo dos atenuantes. Junto a la aminorante objetiva de la irreprochable conducta anterior sumó la colaboración sustancial en la investigación.
"Ella prestó declaración voluntaria y entregó antecedentes al inicio de la causa", acotó el persecutor.
A estas dos modificatorias, Nelson Troncoso, defensor de la joven, agregó otra enfocada en la denuncia y confesión del delito por parte de su representada. "A pocas horas de ocurrido el hecho se apersonó voluntariamente al cuartel policial y reconoce el ilícito, sin que exista una orden judicial de por medio", apuntó.
Bajo este escenario, el jurista invocó una pena de 3 años y un día de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada, para lo cual presentó un informe presentencial positivo del Centro de Reinserción Social (CRS) de Gendarmería.
Por su parte, el abogado particular, Víctor Carreño, solicitó una rebaja en dos grados en favor del acusado, pero señalando el concurso de cinco atenuantes.
A la irreprochable conducta añadió la provocación o amenaza previa de la víctima en contra de su cliente, el arrebato y obcecación producto de unos presuntos golpes que habría recibido, la colaboración sustancial y la reparación celosa del mal causado. Enfatizó que "desde el momento de recobrar la libertad, mi representado realizó nueve depósitos" en favor del afectado.
Con todas estas circunstancias solicitadas pidió una pena que no supere los 5 años de reclusión, también con el beneficio de la libertad vigilada.
No obstante, el fiscal Canales solo reconoció que el sujeto no tiene antecedentes penales anteriores, rechazando las otras medidas.
El fallo quedó programado para el martes, oportunidad en que la víctima aguarda por una pena efectiva contra los asaltantes que lo atacaron. J