Bravo va rumbo a romper otro récord en España
Tras sus declaraciones en las que se mostró abierto a recibir a jugadores nacionalizados en la Roja, ayer el portero Claudio Bravo volvió a hacer noticia en España.
Su gran temporada en el Barcelona sigue siendo motivo de análisis para los medios hispanos. El diario español Marca lo proyecta como el mejor portero en la historia de la Liga de España, en caso de mantener su actual promedio de goles recibidos.
Los números hablan por sí solos. El ex Colo Colo estuvo las ocho primeras fechas del certamen con su portería en cero, lo que le valió superar un récord.
Solo un penal de Cristiano Ronaldo en la caída ante Real Madrid por 3-1 lo privó de seguir ampliando la marca de imbatibilidad.
Después de eso también recibió conquistas en tres duelos más. Esto le significó terminar el 2014 y con 16 jornadas disputadas con una proyección que puede quebrar todas las marcas.
La publicación advierte que "los números de Claudio Bravo en Liga, la única competición que disputa el chileno, empiezan a ser estratosféricos y va camino de batir el récord histórico de la competición. Su llegada ya fue espectacular manteniendo la puerta a cero durante las primeras ocho jornadas, lo que ya constituyó el primer récord para el chileno".
En esa misma línea, el estudio del medio apunta que "el chileno ha encajado solo siete goles en los 16 partidos disputados por el Barcelona, lo que supone un coeficiente de 0,43. Nadie ha conseguido un promedio así en la historia de la Liga.
El récord lo tiene Liaño que en la temporada 1993-94 recibió 18 goles y su promedio fue de 0,47, ligeramente peor al de Bravo". Con estas cifras, si el capitán de la selección chilena conserva su actual promedio, al final de la temporada solo habrá sido recibido 16 anotaciones, mejorando el registro del ex portero del cuadro gallego. J
l Hoy Claudio Bravo regresará a San Sebastián. En esa ciudad el portero chileno jugó 8 años por la Real Sociedad y ahora lo hace como el golero titular del Barcelona.
Y pese a que se muestra agradecido de los hinchas del cuadro donostiarra, no esconde su malestar con la dirigencia. "Sentía que había entregado todo a la Real. Era un premio el salir en ese momento", dijo.