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Con la captura y posterior formalización en Castro del primer imputado en el país, asociado a la red internacional de distribución y almacenamiento de pornografía infantil, las pesquisas en la Isla no se detuvieron. Ni mucho menos. Los alcances del delito mantienen en alerta a la policía especializada que no descarta que existan otras personas vinculadas en Chiloé.
El impacto por esta causa y las aristas que se han extendido han obligado que las diligencias que inicialmente realizaba la Brigada de Delitos Sexuales y Menores (Brisexme) de Valdivia se potencien con otros detectives. Por ello, efectivos del Cibercrimen de Santiago y equipos de las unidades de la PDI de Chiloé se han sumado a este trabajo.
Así lo destacó la jefa de la Brisexme valdiviana, subprefecto Consuelo Peña, recalcando que este "caso puede tener innumerables conexiones. Estamos recién comenzando, por lo cual contamos con el respaldo de personal de la Isla, ya que no se descarta que existan otros sujetos asociados a estas prácticas, como en otras partes del país".
La oficial explicó que la indagatoria comenzó en la ciudad del Calle Calle, puesto que las primeras informaciones dieron cuenta de una compañía que prestó el servicio por el cual se bajaron los aberrantes videos.
"La casa central de esta empresa está en Valdivia, de ahí surgieron los datos que indicaban la existencia de una conexión de internet en un domicilio, que presentaba distintas IP a otros equipos computacionales", afirmó la funcionaria policial.
Con estos antecedentes se llegó hasta el domicilio del joven de iniciales C.R.R. (29), en cuyo poder se encontraron 28 videos con contenido pornográfico, correspondiendo al menos seis de ellos a grabaciones con menores de edad.
Más allá que la defensa del joven, representada por el abogado Luis Mora, enfatizara que esas imágenes "fueron descargadas en un solo día, el 16 de diciembre del 2014", la jefa de la Brisexme de Valdivia fue clara en señalar que el almacenamiento ya constituye un ilícito, sin considerar las otras prácticas que se puedan añadir, como volver a subir a la red estos videos. Eso sí, estas acciones no se han comprobado al imputado por el momento.
CREACIÓN
Asimismo, la subprefecto Peña entregó detalles del modus operandi en que actuaba el creador de estos videos, quien actualmente se encuentra en prisión. Un australiano que llegó a Filipinas para emplear las prácticas más deleznables para satisfacer sus depravados instintos.
"Utilizaba menores filipinas para sus grabaciones", apuntó la experta, añadiendo que "el sujeto buscaba a las víctimas en los barrios más pobres de ese país y les ofrecía comida para ganar su confianza y poder llevarlas a la casa que estaba ocupando".
Una vez en el inmueble, el degenerado amenazaba a los menores. Incluso, como describió la jefa de la PDI, "cavaba un hoyo en el patio y las intimidaba diciendo que si no hacía todo lo que él quería, en ese hoyo las iba a enterrar".
El pedófilo realizaba todo tipo de grabación, hasta se incluía en muchas de esas representaciones. Además, no tenía preferencia para ciertas edades, llegando incluso a utilizar a una niña de 2 años en una de esas cintas.
"Esta persona cobraba hasta 20 mil dólares por cada video, al cual se accedía de una forma no conocida, sino que típica de los consumidores de pedofilia, a través de buscadores especiales en los que existen algunas restricciones para llegar a ellos", especificó.
Junto con aclarar que las imágenes más cruentas, que no solo se centran en violaciones o torturas a menores, sino que también maltratos graves y hasta un homicidio, no se detectaron dentro del material incautado al imputado de Castro Alto, la oficial Peña manifestó que eso no dista que pueda haberse descargado en otros puntos.
Bajo este contexto, el despliegue de la Policía de Investigaciones continuará en Chiloé para determinar los alcances de esta red de pornografía infantil. J