Proyecto educativo abre alternativas a porteños
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La deserción escolar es un fenómeno extendido y una realidad instalada en el país. Y el sur de la Isla Grande de Chiloé no es una excepción.
Para paliar sus efectos, hace unos años comenzó en Quellón un proyecto educativo que está en la primera línea de combate de este fenómeno. Un establecimiento que no solo ha ido ganando alumnos, sino que también prestigio.
Se trata del Centro de Educación de Adultos (CEA) de Quellón, recinto de enseñanza surgido el 2000, como anexo del tradicional Liceo Rayen Mapu.
El 2010, por una circunstancia fortuita como explica su director José Ismael Vargas, "comenzamos a funcionar en un colegio propio, producto que el local en el que estamos pasó a ser el Colegio Bordemar de media, que se transformó en el actual Liceo Politécnico de Quellón. Debido a eso quedó este espacio dedicado en forma exclusiva a la educación de jóvenes y adultos".
Sostiene el docente que "ese hecho ha sido importante ya que nos ha permitido potenciar la parte profesional, académica y al alumnado, lo que significó generar una nueva jornada de clases".
En relación a ese punto, la misma fuente recalca que "hasta el año 2013 funcionábamos sólo en jornada vespertina y, entendiendo que hay una gran demanda de jóvenes y adultos que quieren terminar su enseñanza media, se generó una jornada en el día, que ha sido todo un éxito".
Tal ha sido la aceptación de esta medida, que el director comenta que "hay más alumnos, y mejor asistencia en la mañana, lo que nos permite aumentar nuestra cobertura escolar".
El entusiasmo del director va en aumento cuando se refiere a un tema en particular.
"Se sumó el Proyecto de Integración Escolar (PIE) para adultos, que ha sido una gran fortaleza, porque se complementa nuestro trabajo con un equipo profesional especializado dedicado a la integración. Este está compuesto por una asistente social, sicólogos, sicopedagogos y fonoaudiólogos", acota el profesional.
Dado el alcance de esta iniciativa quellonina, el año pasado fue expuesta en el Congreso Nacional, resultando muy bien acogida por el ministerio del ramo.
Sobre el tema, el maestro complementa que "es un programa que fundamentalmente ayuda a fortalecer y mejorar el principal nudo crítico que tiene la educación de adultos, que es la deserción escolar. Acá el foco de los problemas se da por problemas laborales, familiares, motivacionales, por tanto el equipo PIE nos ha ayudado mucho a mejorar ese aspecto".
Si bien no se consideran pioneros, el director del CEA indica que "me parece que a nivel de educación de adultos en el país somos casi pioneros. Si existen algunos son muy pocos, pero en la forma en que se está llevando a cabo acá creo que somos los únicos"
RECONOCIMIENTO
La misma fuente destaca que "hay una novedad muy importante este año. A nivel de Mineduc se genera una política especial para la educación de jóvenes y adultos, donde se van a fortalecer 40 colegios municipales a nivel país. Hubo una selección y a nivel regional existía la opción de seleccionar uno, siendo el CEA Quellón el elegido. El estar incluidos en esta política especial del ministerio significa recibir recursos para mejorar infraestructura".
Otro hito importante para el centro es que a nivel provincial es el único colegio de adultos municipal que se dedica exclusivamente a esta modalidad. En otras comunas existen centros como el de Quellón, pero lo hacen funcionando como tercera jornada.
Para ser seleccionado como colegio permanente debieron cumplir ciertos requisitos como contar con establecimiento propio, acceso a internet, aumento sostenible en la matrícula, estrategias para bajar tasa de deserción y aumentar asistencia, y la cantidad de licenciados de cuarto medio. Todo meritoriamente cumplido.
El CEA hoy cuenta con una matrícula de 325 alumnos divididos en dos jornadas: diurna y vespertina, con 4 cursos de enseñanza básica y 8 de enseñanza media. Dentro de la matrícula el grupo mayoritario se concentra entre los jóvenes de 15 a 17 años, quienes acceden a esta modalidad por deserción del sistema educativo regular.
Esta situación tiene su origen en distintas causas: problemas socioeconómicos, por una necesaria incorporación al mundo laboral, por problemas sociales (embarazos adolescentes y otros). Incluso, algunos han sido derivados de los tribunales de justicia bajo la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente.
Los estudiantes, además, suman a las exigencias académicas, laborales y familiares, otras de índole más cotidiana. Hay alumnos que deben trasladarse desde lugares más alejados para lo cual, nuevamente, el establecimiento acude en ayuda de sus ellos, facilitando transporte privado, pagado por la Corporación Municipal, para aquellos estudiantes de Santa Rosa, Candelaria, Coinco, Oqueldán y otras localidades.
La matrícula del CEA desde el 2013 ha ido en aumento: 164 ese año, 257 el 2014 y el 2015 tendrá a 325 alumnos. Estos se dividen en 157 varones y 168 mujeres. Por niveles, la enseñanza básica cuenta actualmente con 39 hombres y 31 mujeres. En tanto, en la media, 157 hombres y 168 mujeres.
Asimismo, los estudiantes se preparan para rendir la PSU, cuyos resultados les han permitido ingresar a la enseñanza superior, en diversas carreras, tanto universitarias como técnicas, fluctuando los puntajes de los alumnos entre los 460 y los 690 puntos.
La mayoría de las personas mayores de edad trabajan en el sector salmonero, para lo cual el colegio les facilita poder faltar a clases cuando sus turnos laborales les impiden asistir con normalidad. Por otro lado, la mayoría de las alumnas son madres solteras, jefas de hogar y trabajadoras, lo que hace más meritorio su paso por las aulas. Como apoyo a las madres que estudian, se instalará a futuro una guardería infantil o sala PEC (Para que Estudie Contigo) para atender a sus hijos.
TESTIMONIO
Un testimonio que resume todo lo anterior lo aporta la presidenta del centro de alumnos. Ella es Ruth Paillacar, 27 años, soltera, madre de dos hijos, actualmente estudiando tercero y cuarto medio. Abandonó sus estudios el 2005 al quedar embarazada. Sobre su relación con el CEA, cuenta que "me he sentido acogida. Al estar tantos años fuera del sistema me ha costado mucho retomar los estudios, pero tenemos excelentes profesores que nos ayudan, se nota que tienen vocación, están siempre con nosotros, sobre todo cuando no entendemos".
No todo es estudiar. La joven relata que en el centro realizan otro tipo de actividades como deportivas y culturales. Cuenta que es tradición celebrar el We Tripantu, en el cual "hacemos un curanto, vienen las familiares, hijos, papás, mamás. Compartimos entre todos. Es muy bonito".
Añade que tienen talleres con otras mamás para hacer actividad física. "Hacemos zumba, cardio, aerobox, claro que nos faltan implementos. Le pedimos a la municipalidad que nos ayudara a través de una carta. Estamos esperando qué nos respondan. También hay talleres de teatro y los chicos hacen futbol, que los motiva harto. Es una excelente opción que nos dan".
Agradece la oportunidad que ofrece el establecimiento de hacer dos años en uno. Recalca que es ideal para las personas que trabajan y tienen poco tiempo para estudiar. Respecto de su futuro, Ruth comenta que termina este año sus estudios y va a dar la PSU. Confiesa que le gustaría estudiar pedagogía en historia. Sus ojos brillan anticipando el vértigo de seguir estudios superiores. Sabe que es un tremendo desafío, pero está feliz. J