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Cumpliendo exhaustivos turnos, sufriendo las inclemencias meteorológicas y los embates de la catástrofe, equipos de apoyo de Chiloé se han desplegado por la zona afectada con la erupción del volcán Calbuco, que ya cumple dos semanas emanando su nube tóxica por el país y el extranjero.
Tal como se dispuso en el Comité Operativo de Emergencia (COE), en el mismo momento en que comenzó a registrarse el fenómeno el personal de las Fuerzas Armadas y de Orden, como también los funcionarios públicos de la provincia se pusieron a disposición de la autoridad, con el objeto de prestar el respaldo necesario en el sitio del suceso.
El primer grupo en trasladarse al área fue la tripulación de la lancha de servicios generales Chiloé, con puerto base en Castro. Al mando del teniente Esteban Ávila, los efectivos navales navegaron al seno del Reloncaví para ponerse a disposición de las estrategias diseñadas por el mando de la Quinta Zona Naval.
Nueve días totalizaron los marinos insulares en la zona, divididos en tramos, siendo el último el que desarrollaron durante el recién pasado fin de semana largo.
Como aclaró el comandante de la unidad, "se cumplieron labores de patrullaje por si existían problemas de conectividad en determinados puntos, como cortes de puentes o desbordes de ríos".
En primera instancia, la embarcación permaneció en Cochamó y este último fin de semana entre Caleta La Arena y la desembocadura del río Chamiza.
"Nos mantenemos alerta ante cualquier emergencia para zarpar nuevamente", acotó el oficial de marina que encabeza la tripulación de 11 personas.
PIQUETE
En tanto, en plenas labores y sin tener certeza de relevos o vuelta a territorio chilote se encuentra el piquete de 20 carabineros de la provincia que tiene como centro de operaciones el camino a Ensenada, uno de los pueblos más golpeados con la catástrofe.
Específicamente, los uniformados provenientes de comunas como Quellón, Chonchi, Quinchao, Curaco de Vélez, Ancud y Castro se están desplegando en el área jurisdiccional del Retén Río Pescado.
Así lo detalló el encargado de este grupo operativo, el teniente Mauricio Torres, quien especificó que desde el jueves pasado "nos encontramos realizando controles de tránsito a las personas que entran y salen de la zona de exclusión".
Los turnos son agotadores. 12 horas continuadas con temperaturas que pueden llegar hasta los 0 grados Celsius han debido enfrentar estos uniformados.
"Uno de los principales inconvenientes es el frío, que se siente más que en el Archipiélago. El servicio es desgastador, ya que todo el tiempo estamos de pie, pero siempre nos mantenemos firmes y orgullosos de prestar esta ayuda", explicó el oficial.
Pese a no sentir el tradicional olor a azufre de las erupciones ni tener mayor contacto con cenizas en este tiempo, el contingente toma todos los resguardos. En su debido tiempo la mascarilla se torna indispensable y siempre con guantes para evitar contratiempos.
En el plano operativo, las barreras se han visto en lo que se puede calificar como lógica reacción de los vecinos que buscan trasladarse o mantenerse en sus hogares más allá del horario permitido.
"Existe autorización para ingresar a las 11 horas a la zona y deben salir las personas a las 16. Algunos llegan pasada esa hora y se molestan con nosotros, pero no podemos hacer nada, así son las instrucciones", acotó el actual jefe policial que cumple funciones tradicionales en la Sexta Comisaría de Quellón.
Uno de los más experimentados en el piquete, el sargento Marcos Colicoi, indicó que "el despliegue puede llegar hasta las 14 horas, el sacrificio es harto pero prima el compañerismo por sobre todas las cosas entre los carabineros". J