l Carolina Larenas Faúndez
Apeche Alto fue la sede del Cuarto Festival de la Sandía, una actividad que año a año se consolida en la comuna de Queilen con el emprendimiento de una vecina del sector que decidió embarcarse en el desafío de sembrar este producto no tradicional en esta zona del país.
Aunque en diversas regiones del país, sobre todo de la zona central, es frecuente encontrar este fruto hasta marzo, en Chiloé y específicamente en los dos invernaderos que Rosario Obando destina a la producción de sandías solo se cosechan los primeros días de mayo.
Esta temporada fueron 120 las sandías de la vecina de la comuna queilina que maduraron, luego de sembrarlas a fines de septiembre.
Un encuentro costumbrista es el sello del fin de la cosecha en el sector. En su predio la agricultora prepara lo mejor de la gastronomía chilota como asados de cordero y cazuela de gallina para recibir a los visitantes que llegan a la zona para conocer el proceso de producción y, por qué no, llevarse una sandía a sus hogares.
PRÓXIMOS
"Este año tuvimos harta gente en la fiesta, lo que nos motiva a seguir haciéndola en los próximos años", expuso la productora, sumando que "las personas llegan a participar del festival, pero también a comprar las sandías, pero este año tuvimos menos porque llegó una persona que dijo que era de Ancud y se llevó 20".
De acuerdo al peso de la sandía fue definido el precio de venta y según comentó la agricultora este año la más grande pesó 12 kilos. La vecina, como ya es tradicional, recibió apoyo del municipio para cosechar su producción.
El azar fue clave a la hora que Obando decidiera dedicarse a sembrar este tipo de vegetal que un día nació de forma espontánea en uno de sus invernaderos.
"Seguramente alguien comió sandía y se le cayó alguna pepa y creció la planta, nosotros no sabíamos lo que era, así es que la dejamos y de esa forma comenzamos con el tema de sembrar sandías", afirmó la productora.
Fue de esta forma como la agricultora se hizo de las semillas que posteriormente utilizaría para continuar con la siembra de sandías, lo que también daría origen a la fiesta que realiza al momento de la cosecha en su propiedad.
"Tengo cinco invernaderos, pero en dos de ellos produzco sandía, los otros los dedico a otra cosa, principalmente a hortalizas", manifestó la misma fuente.
Junto con ello, Obando señaló que la fecha de la cosecha no es al azar, sino que es en la época en que las sandías alcanzan la maduración necesaria para llegar a la mesa de los consumidores.
"Yo tengo sandías en mayo cuando ya no se ven por ningún lado", aseveró la chilota. J
l No solo a la producción de sandías se dedica la agricultora queilina Rosario Obando, sino que igualmente dedica su tiempo a otros vegetales.
Según lo explicado por la vecina, en tres de los cinco invernaderos con los que cuenta en su predio, entre otras cosas, también produce espinacas, zapallos y perejil.