La copa del Gurú
Me sorprendió que Sampaoli traicionara sus palabras. Él dijo que íbamos a tener a unos kamikazes, y de suicida no vi nada. Chile, más bien, jugó de forma defensiva, pensando en tener la pelota y no atacar. Entró jugando con un solo delantero, que ni siquiera es punta-punta. Y este era un partido para atacar, jugamos con Ecuador, que en más de 80 años no nos ha ganado nunca.
Si juegas sin arquero, te hacen goles. Y si lo haces sin atacantes, no los haces. Y eso quedó de manifiesto.
Un desborde de Isla, el penal a Vidal -que para algunos fue y para otros no- y un error de Ecuador, que fue un pase a Sánchez. Y ahí vino un gol, que lo hizo, justamente, un delantero que entró de la banca.
No se puede sacar mucho en limpio para el partido con México. El técnico es una persona extraña, quizás piense que hay que sacar a Marcelo Díaz, que tuvo un partido excelente. Yo creo que ni siquiera Sampaoli sabe lo que quiere. Y por eso me da pena Aránguiz, me da pena Valdivia. Ellos son siempre los mismos cambios.
Insisto, hay mediocampistas para llegar arriba, hombres que atacan. Pero para hacerlo tienen que tener una referencia, alguien a quien darle el balón. Y Chile no lo tenía. Aquí estaba todo supeditado a los pases que podía hacer Valdivia y nada más.
Hay que ser claro que jugando en casa no se puede entrar con un solo hombre. Eso atenta con el hecho de querer ganar. En la posesión Sampaoli fue consecuente, llenó el mediocampo para tener la pelota, pero hay que finiquitar.
¿Qué va a suceder con Argentina? ¿Qué va a suceder con Uruguay? Ojalá que esta columna sirva y que el técnico la lea para que sepa que no se puede jugar con un solo hombre en punta. El único que podía hacerlo era Chelsea, pero tenía a Drogba.
En cuanto a rendimiento de jugador por jugador, prefiero no referirme, porque no hubo ninguno tan destacado.
Pero fue, a fin de cuentas, un triunfo. Se ganó, Chile fue superior a Ecuador, que es un equipo temeroso, y eso lo repitió ayer. Y nosotros no estamos acostumbrados a lograr triunfos, por lo tanto hay que gozarlo. Debemos celebrar, pero con mesura. No es para volverse loco.