Juezas no dudan en condenar a depravado que violó a su hija
Pedro Bárcena González
Ante la lapidaria evidencia vertida en su contra se acreditó la responsabilidad de un guardia en el ataque sexual contra su propia hija, quien padece de una severa discapacidad. Un hecho registrado en Ancud y producto del cual nació una guagua.
En el Tribunal Oral en lo Penal de Castro se realizó el juicio contra con el isleño de iniciales A.A.R.P. (42), quien ayer fue condenado de manera unánime por el delito de violación al abusar de la enajenación o trastorno mental de la víctima.
Tal como expuso la magistrado Angélica Monsalve, quien encabezó la sala, el aberrante caso se produjo entre octubre y noviembre del 2013, al interior de la casa que ambos compartían en la población Altos de Caracoles de la comuna del Pudeto.
La sentenciadora recalcó que el sujeto "aprovechando que se encontraba al cuidado de la niña -de 15 años en ese entonces- que presenta un retardo mental severo y quien desde su nacimiento no puede autovalerse", la accedió carnalmente. La adolescente resultó embarazada, dando a luz el 14 de julio del 2014 a una niña que se encuentra susceptible de adopción.
Junto al informe de ADN, vital para corroborar la participación del chilote en el ilícito, la convicción de los jueces se sustentó con la prueba testimonial entregada por la madre y hermanos de la afectada, los antecedentes policiales y periciales -químico, ginecológico, fotográfico y planimétrico-, que desvirtuaron la presunción de inocencia del acusado.
Eso sí, como expresó la profesional, "las probanzas fueron insuficientes para acreditar las presuntas tocaciones" ejercidas por el sujeto y que habrían afectado a una hermana de la víctima. Un antecedente que se ventiló durante la audiencia que se extendió por tres jornadas. Tampoco se consideró la reiteración de las conductas abusivas.
Asimismo, las tres magistrados acogieron la agravante especial relacionada a la comisión del ilícito por parte del cuidador de la afectada, desechando otras dos. Una que parecía objetiva, como el parentesco, y el abuso de confianza.
EXTENSIÓN
Bajo este escenario, el fiscal de la causa, Jorge Raddatz, ratificó su solicitud de pena de 15 años de presidio, justificada por la extensión del mal causado a la menor, cuya salud corrió severo riesgo. Y no solo por su condición física, sino también por consumir poderosos fármacos para controlar la epilepsia que también padece.
El persecutor aclaró que la circunstancia agravante que se acogió "permite extender toda la pena" y llegar al quántum invocado. Además, explicó que probar la reiteración de los delitos era "difícil", en especial, por no existir el relato de la víctima.
En general, el abogado se mostró satisfecho con la resolución judicial, añadiendo que "se trata de un hecho absolutamente lamentable, desgraciado, uno de los delitos sexuales más impactantes que me tocó investigar".
Agregó que "consideramos que la gravedad de los hechos denunciados, que la víctima sea una niña postrada y que el imputado sea su padre es simplemente un hecho que ahorra cualquier calificativo".
El fallo quedó programado para este lunes, instancia en que se verá si se acogieron las dos atenuantes solicitadas por la defensora Vanessa Pérez, quien busca que se aplique una pena de 5 años y un día contra su representado.
MODIFICATORIAS
La irreprochable conducta anterior y la colaboración sustancial son las modificatorias expuestas por la abogada a la terna de juezas para sustentar su tesis. "No tiene antecedentes penales anteriores, además confesó espontáneamente el hecho y declaró en la Fiscalía como en el juicio. También se sometió voluntariamente a la toma de muestras biológicas", acotó la jurista.
A su vez, la profesional confirmó que "buscamos lograr que la pena sea lo más reducida". Esa fue la conducción que realizó durante la audiencia, cuya resolución la dejó "conforme", aunque se encuentra consciente que su representado recibirá una pena de crimen.
"Igual esperaremos la sentencia para analizar la magnitud de esta y ver si recurrimos de nulidad", finalizó la defensora. J
La defensora Vanessa Pérez (foto) expuso un informe sicológico que revela trastornos depresivos mayores y alteraciones sicóticas de parte del acusado. Una serie de antecedentes con los que no buscaría alegar una inimputabilidad ni atenuantes siquiátricas, como especificó, sino que "se dieron para que se entienda de una manera como una especie de justificación de los hechos".
La abogada recalcó que el sujeto sufrió de violencia intrafamiliar en el pasado y que también fue abusado sexualmente. "La sicóloga dice que él no dimensiona mucho lo que realiza, actúa de manera instintiva", aclaró.
"Creemos que como ser humano (la víctima) sintió dolor más allá de sus discapacidades", Milton Cuevas, abogado querellante.
El querellante en esta causa, Milton Cuevas, también apuntó a la extensión del mal causado para sustentar su solicitud de 15 años de cárcel para el acusado. Indicó que "es aberrante saber que había una niña que mentalmente tiene uno o dos años, físicamente aparenta 10 y cronológicamente ahora tiene 17, quien fue violada por su padre".
Además, señaló que el sujeto "cometió el delito sabiendo de las capacidades disminuidas de su hija, quien no podría relatar el hecho". Detalló que la menor se autoagredía por lo sucedido. "Creemos que como ser humano sintió dolor más allá de sus discapacidades", apuntó.
"Nos dieron
lugar a casi todo
lo solicitado
durante el
juicio".
Vanessa Pérez,
"Se trata de un
hecho lamentable,
desgraciado, uno
de los delitos
sexuales más
impactantes que
me tocó
investigar".
Jorge Raddatz,