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Angustiados están los familiares de los reclusos de iniciales D.V.V. y R.T.M., ambos de 31 años, que llevan 8 días de huelga de hambre en la cárcel de Castro, tras la amenaza de estos con recrudecer su postura a partir de este miércoles.
La medida de presión de los imputados por robo con violencia, abuso sexual y daños en un incidente ocurrido en Quellón en marzo pasado, obedece según lo indicado por Jésica Valenzuela, esposa del segundo de los reclusos, a que "están cansados de que no se haga justicia en su caso".
"Mi marido ha bajado mucho de peso, lo único que pedimos es que Fiscalía vea el caso y los pueda reformalizar porque los acusan de robo con violencia y sólo fue una riña", dijo la mujer.
Asimismo, indicó que "estoy desesperada, mi marido es el sustento de la casa, yo tuve que ponerme a trabajar de nana para poder pagar las cuentas y para que mis dos hijos no les falte nada, que además extrañan mucho a su papá".
Una opinión similar sostuvo Rosa Vera, madre del otro de los huelguistas, quien sumó que "estamos destrozados con esta situación, más aún porque ellos están bajando mucho de peso y no van a claudicar en su postura, van a llegar hasta las últimas consecuencias, por eso llamo a la Fiscalía a que los pueda reformalizar, de hecho ya se cumplieron los 3 meses de investigación, ellos son inocentes. No entiendo la postura de continuar buscando causales para mantenerlos presos".
inocencia
En tanto, María Díaz, hermana del tercer sujeto privado de libertad pero que decidió no sumarse a la medida de prisión, insistió en la inocencia de los imputados, aseverando que su pariente "no tiene necesidad de robar". Además, dijo que su hermano "no descarta sumarse a la huelga porque el fiscal no les da esperanza de salir con libertad". J