Joven recalca valor de cruzada solidaria por la rehabilitación
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Con solo 25 años, a Karen Ojeda Oyarzún le ha correspondido asumir uno de los desafíos más importantes en su corta carrera profesional. Desde hace unos días se convirtió en la nueva directora del Centro de Rehabilitación del Club de Leones de Ancud, entidad que atiende a usuarios con discapacidades físicas y mentales.
Si bien es cierto la dirección de la entidad es solo interina, para esta joven ancuditana representa una enorme responsabilidad, tomando en cuenta que estamos a un mes de la Cuarta Jornada del Niño en Rehabilitación y será justamente ella quien se transformará en uno de los rostros visibles de la cruzada que busca reunir fondos para el mantenimiento de esta institución benefactora que actualmente atiende a cerca de 95 personas, entre niños y jóvenes.
Es una tarea nada de sencilla, dado que para este año la meta es superior a los 45 millones de pesos. No obstante, para esta profesional, el sentido de unidad y compromiso solidario de Chiloé con los menores en situación de discapacidad alcanzará para poder cumplir el anhelado objetivo.
Karen es trabajadora social de profesión y llegó al Centro de Rehabilitación del Club de Leones en febrero del presente año. Actualmente es soltera pero comprometida y reside en calle San Martín, cercana a la costanera ancuditana. Afirma que su arribo a este trabajo obedeció fundamentalmente a que ya hace un par de años que no se contaba con una profesional del área social, lo que hacía un poco más dificultosa la labor con los grupos familiares de quienes aquí se atienden.
Tras casi cinco años de funcionamiento, es posible afirmar que el Centro de Rehabilitación del Club de Leones de Ancud es la obra más importante que se ha realizado a favor de los pequeños discapacitados no tan solo en Ancud, sino que en todo Chiloé. Ello no solo por trabajar en la rehabilitación de ellos, sino por haber producido en la comuna un cambio de actitud en pro de la dignidad del discapacitado y de sus derechos.
Para Karen, la experiencia de laborar en un lugar como este no es algo desconocido, pues su hermano Cristian, de 34 años, a quien señala como su "ángel", sufre discapacidad, por lo tanto, asegura que su labor se vuelva más cercana con cada familia que concurre hasta la entidad leonística en busca de ayuda.
-El desafío se afronta de forma rápida, con todas las ganas y el entusiasmo de que esta cuarta jornada pueda llegar a buen cabo y se puedan cumplir los objetivos que se han propuesto. Sé que quizás no cuento con la experiencia de años en la institución, pero yo creo que mi experiencia personal me va a llevar a enfrentar este desafío con todas las ganas. ¿Por qué mi experiencia personal? Porque yo tengo un hermano con discapacidad también, tiene daño neurológico, por lo tanto, creo que puedo ser un poco más empática con las realidades que viven las familias y todo el esfuerzo que hay detrás.
-El trabajo a nivel personal ha sido bastante enriquecedor, creo que cada familia a mí me entrega una enseñanza de vida, cada entrevista social, cada visita domiciliaria me va entregando todas las herramientas, pero más que metodológicas o profesionales, son de vida; ver todo el esfuerzo que hay detrás, toda la lucha constante, ese amor de familia incondicional, todo eso a mí me entrega algo personal. Por el otro lado, como trabajadora social intento no enfocarnos tanto en la parte usuarios, sino en el bienestar de cada familia, hacer que ellos tengan un bienestar sicológico, social y familiar.
evolución
-Ha habido un cambio bastante importante. Esta es la cuarta jornada y nos vamos encontrando con que cada vez existen más organizaciones o personas naturales que desean realizar alguna actividad en beneficio del Centro de Rehabilitación, y eso para la institución y para los que estamos detrás es algo súper motivante también. No estamos solos en esto, tenemos mucha ayuda externa, por ejemplo, cuando andamos con las alcancías, ya se identifica al niño símbolo, y no es necesario siquiera preguntar "¿nos puede colaborar con el Centro de Rehabilitación?". A nivel comunitario creo que hay bastante conocimiento sobre el tema y también se ha valorado lo que el Centro de Rehabilitación está haciendo por los niños. Si bien antes debían ir a la Teletón para realizar su rehabilitación, ahora tenemos un recurso comunitario, el cual se está aprovechando.
-El mensaje que yo envío es que nos pongamos una manito en el corazón y que podamos ponernos en el lugar del otro. Quizás en este momento muchas familias no tienen a una persona en situación de discapacidad, pero el día de mañana no sabemos, no tenemos la vida asegurada, no tenemos a nuestros parientes asegurados; entonces, quisiera que la comunidad pudiera entender que la discapacidad no es algo ajeno a nuestro diario vivir. J