pedro.barcena@laestrellachiloe.cl
De una certera estocada en el corazón falleció Roberto Carlos Ruiz Leiva (28). Un crimen cometido en el sector alto de la capital chilota y del cual la madre de su hijo se encuentra confesa. No existen dudas de su responsabilidad en el ataque. Eso sí, la configuración del tipo delictivo está en discusión. Un análisis que marca el juicio en su contra por un caso en el que arriesga 15 años de cárcel.
Desde el primer instante de la audiencia que comenzó ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro los intervinientes buscan demostrar sus dos posturas. El fiscal Javier Calisto destacó en sus alegatos como también en el interrogatorio a la acusada que se configura el parricidio. Mientras que el defensor Nelson Troncoso, busca desestimar la convivencia previa o relación entre las partes.
Esa es la clave dentro de la sesión judicial que marcará el cierre procesal de una causa que involucró numerosas diligencias. Incluso, desde el primer instante, esa nefasta madrugada del 28 de diciembre del 2012, cuando la operaria pesquera de iniciales M.A.C.C. (25) agredió con un cuchillo a la víctima.
El temporero falleció producto de una herida cortopunzante transfixiante cardiaca. Una ingesta de alcohol previa y una discusión por la custodia del pequeño hijo que tienen en común marcaron la antesala de este ataque al interior de la vivienda ubicada en calle Hipólito Villegas de la villa Nueva Galicia.
Estos antecedentes están siendo entregados a la sala presidida por el magistrado Claudio Ayala, donde se espera que 24 testigos y ocho peritos, por parte de los intervinientes, entreguen la información necesaria para acreditar el delito que invoca el persecutor, o bien, el homicidio simple que arguye el representante de la isleña.
CONVICCIÓN
De acuerdo a lo indicado por el fiscal Calisto, no existen dudas que se trata de un parricidio. "La prueba testimonial y científica avalarán esto", indicó, sumando que la mujer "atacó con un cuchillo y de frente a la víctima". Además, aclaró que "ambos fueron pareja, existía una relación de convivencia y se percataron de esto sus familiares. Él (Ruiz Leiva) visitaba a su hijo y se quedaba en la misma casa".
Incluso, el representante del Ministerio Público aseveró que antes de esta mortal embestida, el trabajador "había sufrido otros episodios de violencia intrafamiliar en su contra".
Una visión contraria en cuanto a la supuesta relación entre estos jóvenes que se conocieron en Copiapó el 2011 busca ratificar el defensor Troncoso, quien reiteró en varias oportunidades que "no hubo convivencia", fundamentando esta teoría en tres requisitos que deben existir para configurarla.
"Para que exista esta figura debe haber una unión íntima efectiva que se proyecte en el tiempo, pero ellos se conocieron en el norte, ella se embarazó y regresó a Chiloé; también tiene que existir una relación de permanencia y estabilidad, que no se da en este caso, ya que ella se regresó de Copiapó a vivir sola con su hijo, y además tiene que haber una relación de convivencia pública que no existía", apuntó.
PROPÓSITO
Asimismo, el profesional recalcó que para sustentar la tesis del parricidio, "la relación debe ser semejante a un matrimonio, debe haber un propósito de vida común, que claramente en este caso no se ve".
Bajo estas posturas avanza el juicio que hoy tiene una nueva jornada con la entrega de la evidencia que espera crear convicción entre los sentenciadores. J