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Gracias a recursos obtenidos a través del Fondo del Libro en la línea de mantención y reparación que impulsa el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), hoy la Biblioteca Pública N°333 de Queilen Helia Sandoval Andrade estrenó un remozado rostro.
De acuerdo a lo señalado por la encargada del recinto ubicado a un costado del municipio local, Liliana Morales, los trabajos consistieron en los cambios integrales del piso con la puesta de cerámicas, mejoras en la iluminación, pintura exterior e interior, instalación de canaletas que no existían, construcción de un acceso universal para minusválidos y la colocación de un letrero con el nombre de la biblioteca.
La fuente sumó que a través de un segundo proyecto, también financiado por el Fondo del Libro, se realizó el audiovisual "Rescate de tradiciones y oficios de Queilen", que retrata la vida y obra de vecinos que han contribuido a forjar el patrimonio local, como son fiscales, parteras, artesanas y otros.
"Para la reparación de la biblioteca el Consejo de la Cultura y las Artes nos aportó 10 millones 200 mil pesos y el municipio nos aportó 1 millón 800 mil pesos, en tanto, para el documental obtuvimos casi 5 millones de pesos", explicó la profesional.
Cambios
Además indicó que las modificaciones estructurales que han renovado la construcción han sido bien recibidas por la comunidad, lo que ha contribuido positivamente a la idea del edificio como un lugar de encuentro para el fomento y promoción del arte y la cultura local.
"Las bibliotecas apuntan más que a entregar servicios también a ser gestores culturales, a que las comunidades utilicen estos espacios, por ello es muy importante ofrecer un lugar acogedor para que los ciudadanos quieran regresar", acuñó la joven.
La Biblioteca Pública Helia Sandoval Andrade fue fundada el 6 de agosto de 1986 y desde entonces jamás había sido sometida a una refacción, a pesar de los años y las inclemencias del tiempo.
"Desde su construcción no había sido reparada y realmente era necesario hacer algo urgente, por ejemplo, había una parte del suelo donde están los computadores que ya tenía hoyos, uno ponía el pie y tocaba la tierra, también habían goteras, no contábamos con canaletas; por lo mismo, es que hoy estamos felices con el cambio", concluyó Morales. J