Como turista y ex residente, luego de un viaje por vacaciones a la comuna de Ancud debo hacer patente mi gran molestia por la basura. Personalmente vi como un bus de turismo estaciona por calle Prat frente al Mercado Municipal a no más de tres metros de tres contenedores de basura que sobrepasaban evidentemente su capacidad de carga con un hedor ya de días sin ser retirada que quedaba de manifiesto al descender cada turista y recibir tal aroma, dando una pésima impresión.
Además, en una visita al Castillo San Miguel de Ahui, aparte de ver algunos destrozos en la señalética y la falta de guías o monitores que expliquen su rica historia, al bajar a la playa me encuentro con sus tachos de basura sepultados en basura y evidentes signos de fogatas. Una verdadera lástima. Y así en varios lugares de la ciudad y en las zonas rurales, en especial los paraderos y lugares de interés turístico.
No culpo de esto a la empresa de retiro de basuras que por contrato debe retirar los desperdicios en la periodicidad que se le indique y sea requerido. Culpo directamente al encargado de Turismo que al parecer no sale de su oficina y recorre los lugares de interés para verificar en terreno que se encuentren estos lugares en óptimas condiciones.
Esto no tiene mayor costo, más que dedicarle tiempo. Insto a este individuo solamente a levantar sus posaderas y recorrer tal como si fuera un turista, supervisando este y otros detalles y solicitar que se arreglen los problemas con el fin de mejorar la experiencia de los turistas y poder jactarse que Ancud es una comuna turística.
Como alivio a su cansadora supervisión le recuerdo que el turismo en Chile es estacional, por lo que no deberá trabajar en esto todo el año, solo unos cuantos meses, librándolo de tan tamaña propuesta.
Desencuentros de la DC y el PC
Las declaraciones disidentes de la Democracia Cristiana, respecto al Partido Comunista, hacen pensar, ya que la DC al participar en la Nueva Mayoría para las elecciones presidenciales sabía los postulados del PC y que para apoyar al Gobierno tenía que aceptarlos de una u otra manera. El nombre, Democracia Cristiana implica los principios de la religión cristiana, donde se cree en Cristo y Dios; el Partido Comunista se identifica con la ideología marxista de vertientes y prácticas ateas. Hace un par de años, cuando Bachelet fue elegida, no había que ser profeta para vaticinar las desavenencias actuales. Cuando se mezcla el aceite con el vinagre aparece una interfase turbia, que desaparece con el tiempo. También es turbio que al mal desempeño de la Nueva Mayoría se escuche disidencia, lo que confirma que las coaliciones de conveniencia política partidista nunca llegan a buen puerto. Sin embargo, es loable que un grupo de la DC reaccione y presente un proyecto de ley de aborto humanizado.
Rodrigo Vargas Muñoz
Marcos Concha Valencia