La gran maestra normalista Baldramina Vera Andrade ya no podrá decir presente, tal cual como hizo en su formación en la gloriosa Escuela Normal y en toda su vida al servicio de la educación, de su hermosa familia y del recuerdo que cada uno nos formamos al conocerla.
El año 1996 recuerdo una conversación que tuvo ella con otros normalistas, mi abuelo -que en paz descanse- José María Vera y don René Araya Bórquez, cuando después de una conversación ella firme en sus convicciones les dijo: "Lo que perdura es la calidad de cada ser humano, con sus fallas y sus virtudes, con sus acciones en el diario vivir, con su capacidad de emocionarse, con la filosofía que cada uno tiene para mirar la vida, para apreciar su entorno y comprender a los demás".
Me gustó tanto lo que dijo que lo anoté en mi agenda, la cual hasta hoy mantengo junto a otros recuerdos y vivencias vividas junto a mi abuelo.
Doña Baldramina a sus casi 94 años nos deja un tremendo legado, forjado con esfuerzo en la imborrable formación "normalista", y qué lindo es ver a sus ex colegas y alumnos como con emoción siguen relatando historias que la mantendrán siempre "viva" en cada uno de nuestros corazones.
Doña Baldramina nos ha dejado un legado imborrable, además de tres grandes hijos -Dante, Felipe, "Minina"- nueras, nietos que seguirán manteniendo sus recuerdo entre nosotros.
Como dice este bello himno "Normalistas de todos los tiempos, en las aulas, tu clase quedó, no habrá nada que borre tu huella, ni la magia de tu vocación". Descanse en paz, maestra Baldramina.
Columna
Juan Eduardo Vera,, concejal de Castro