La grave situación de escasez hídrica de los dos últimos años generó una emergencia agrícola en dos de cada tres municipios del país. La sequía afecta la calidad de vida de millones de chilenos. Ante ello, junto a la inversión pública, una de las herramientas más eficaces para enfrentar la situación fue el sistema de Agua Potable Rural. Este sistema, creado en los 60, cuando solo un 6% de las comunidades rurales contaba con agua potable y que hoy tiene una cobertura de 53%, beneficiando a 2.170.000 habitantes, se ha convertido en muchas zonas en la principal política pública que permite el acceso a agua a miles de familias, mejorando sus condiciones de higiene y prevención de enfermedades. Más de 1.600 comités de APR organizan a comunidades que con apoyo estatal avanzan en infraestructura y cobertura. Aunque han existido algunos problemas: insuficientes recursos, deficiente focalización territorial, gasto excesivo en consultorías y la demora, hasta por 14 años, para aprobar proyectos en zonas de menor concentración poblacional. La preocupación por fortalecer este sistema se ha retomado con los 100 mil millones anunciados por la Presidenta Bachelet para implementar un plan nacional que asegure los recursos hídricos al país. Más apoyo técnico y cambios a las bases de diseño de nuevos sistemas de agua redundarán en una más eficiente y amplia cobertura de los APR.
Está claro que no basta con aumentar la inversión. Hay que atender las especificidades de los territorios. Un ejemplo es la necesidad de articular el desarrollo de los proyectos de APR con otras actividades económicas, como ocurre con las plantaciones forestales que, se sabe, son grandes consumidoras de agua y, por tanto, afectan las napas subterráneas.
Esperamos que el proyecto que crea los servicios sanitarios rurales pronto sea ley, para que este sector tenga un marco legal acorde a su importancia para la subsistencia, salud y calidad de vida de millones de chilenos. Los APR ya no serán el pariente pobre de la política hídrica nacional y ante una sequía que llegó para quedarse, sean una de las políticas públicas más importantes del país.
Columna
Jenny Álvarez Vera,, diputada por Chiloé y Palena