M. Eugenia Núñez G.
El Gran Yoco de Llicaldad se ha consolidado en sus 22 ediciones como uno de los panoramas más esperados en vacaciones de invierno en la comuna de Castro.
Cazuela de gallina de campo, prietas con papas con color y el plato que da nombre a este reitimiento son las preparaciones que los comensales pueden degustar en esta tradicional fiesta costumbrista de dos días organizada por la Junta de Vecinos de Llicaldad y la colaboración del municipio local.
"Esta fiesta la realizamos hace 22 años y a través de ella buscamos preservar las antiguas costumbres campesinas, sobre todo lo que tiene que ver con la cultura gastronómica y musical para que no se queden en el olvido y sobre todo los más jóvenes se reconozcan a través de estas manifestaciones", explicó Pedro Uribe, presidente de esta unidad vecinal este sector rural, distante a unos 10 kilómetros en su parte alta desde el centro de la capital provincial.
La fuente, asimismo, informó que con los recursos que se recaudan con la venta de los más de 800 platos de yoco, se espera reparar la sede donde hasta hoy se desarrolla esta festividad.
"Queremos hacer unos arreglos, como así también otras obras de adelanto para el sector. También nos han apoyado en la organización el comité de agua potable, quienes utilizarán los dineros reunidos para mejorar la red de agua", precisó el dirigente.
11 chanchos
Once cerdos faenados y 16 sacos de papas fueron parte de los insumos que se utilizan para esta festividad.
Al respecto, Filomena Hernández, encargada desde los inicios de esta muestra de la preparación de la cazuela de gallina, expresó que "nosotros queremos que estas actividades nunca desaparezcan".
"Es muy importante que estas antiguas preparaciones no se olviden, que otras personas aprendan como se cocina una cazuela o las prietas con papas con color porque son parte de nuestro pasado, son parte de nuestra cultura", dijo la isleña.
La fuente además afirmó que para esta versión se trabaja con tres calderos para la cocción de carne, uno para la de los milcaos y otro exclusivo para los chicharrones.
Como una "actividad pintoresca", calificó el santiaguino Jonathan Barrera el Yoco de Llicaldad. "Es todo muy bonito, sobre todo el paisaje rodeado de naturaleza. En cuanto a la comida está todo muy rico", acotó el joven.
Una opinión similar sostuvo su coterránea Alejandra Tapia, quien reconoció que "primera vez que como un milcao y es delicioso, realmente el yoco es una preparación que tiene un muy buen sabor".
El Gran Yoco de Llicaldad finaliza esta tarde con una fiesta campesina.