Proyecto destaca el trabajo completo con la quilineja
Desde su recolección hasta la creación de diversas obras, esta fibra vegetal difícil de trabajar es la estrella de una iniciativa en que se esfuerzan las integrantes de la Agrupación de Emprendedoras Dunas de Guabún y colaboradores.
Por mucho tiempo el hombre chilote ha trabajado la materia prima que le entrega los bosques del Archipiélago y se ha alimentado con los frutos silvestres. Con los materiales que recoge realiza diversas creaciones de artesanías que son vendidas para el sustento del hogar.
Es aquí donde aparece la quilineja, especie que habita en la vegetación nativa y que cobra gran importancia, ya que un grupo de isleños decidió participar de una iniciativa para realizar trabajos de artesanía con esta fibra natural. La artesanía en ella es una técnica que ha tendido a perderse en Chiloé con el pasar de los años, principalmente porque es un recurso escaso.
Esta es una planta perenne con tallos rastreros o trepadores que puede alcanzar grandes alturas en los troncos de los árboles y posee hojas oblongas de hasta 3 centímetros de largo; en la cara inferior cuenta con 5 a 7 nervios notorios, paralelos, con margen liso y algo ondulado. Sus flores son solitarias y pueden alcanzar hasta 13 metros de largo, en dos series, blancas y con manchas de color rojo.
Partida
Es así que en abril de este año la Agrupación de Emprendedoras Dunas de Guabún participa del proyecto denominado "Colaboratorio creativo, rescate e innovación de cestería de Ancud" a través del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart), el que es apoyado por la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Ancud.
Los artesanos como parte de las actividades de este iniciativa tuvieron la misión de extraer quilineja en los bosques de la localidad de Guabún, pero se debió ir en un día especial, ya que los lugareños relatan que la fecha de recolección no debe coincidir con los días de luna nueva, llena o creciente, ni con el día anterior ni posterior a esas jornadas.
Entre los isleños que se internaron en la búsqueda de la planta estuvo la artesana Petronila Huentelicán, el guía de la extracción y artesano José Aguilar, el botánico Jaime Acevedo, la ilustradora y diseñadora Karina Letelier y la jefa de proyecto y arquitecta Carla Bardi.
"No fue necesario internarse mucho en el bosque para encontrar en lumas y tepas esta enredadera tupida, abrazando todo el contorno de los troncos. Este grupo trabaja técnicas de cestería en ñocha en hebras o trenzada, costurada con quiscal, manila y hojas de palmera seca para terminaciones, pero la quilineja no la habían trabajado antes de este proyecto Fondart, fundamentalmente porque no es fácil salir a recolectarla porque está a dos horas a caballo por difíciles senderos", explicó Carla Bardi.
Agregó la profesional que una vez que se recolectó una cantidad de materia prima, se desarrolló el taller colaborativo en el cual participaron Petronila Huentelicán, María Barría y Cecilia Chacón.
"Para preparar el material, primero se sumergió en agua hirviendo por unos 30 minutos. Luego se limpió la quilineja con un retazo de tela de jeans, para sacarle la corteza delgada y brotecitos de cada hebra. Se separaron las hebras gruesas de las delgadas, para facilitar la elección según el trabajo de cestería que realicen. Pasados los días, se volvía a sumergir la fibra vegetal limpia en agua fría, para dejarla más maleable", relató la arquitecta.
Añadió la misma fuente que en el taller se desarrollaron diferentes técnicas plásticas, más el estudio de formas de la flora y fauna del lugar.
"Luego, las artesanas experimentaron con el material y probaron diferentes formas que tradicionalmente elaboraban con otras fibras. Naturalmente comenzaron a amistarse con la fibra y fueron encontrando maneras de sacarle mejor provecho a las bondades de este material que es más resistente y menos flexible", apuntó.
Por su parte, Olga Guentelicán, integrante de la agrupación Emprendedoras Dunas de Guabún, comentó que fue muy difícil retomar la técnica de la quilineja, ya que las integrantes trabajaban con otras materias primas como manila o junquillo que es de más fácil acceso y menos complicado para trabajar, sin embargo, ha sido muy gratificante el proceso de aprendizaje.
"Es difícil, pero muy bonito el material para trabajarlo y sí, ha sido una experiencia muy bonita. Nosotros trabajábamos el junquillo, el quiscal, la ñocha, pero nunca habíamos trabajado en quilineja, ha sido una experiencia bonita y difícil a la vez porque es un material duro para ornarlo, entonces no ha sido fácil. Eso sí, quedan las ganas de seguir trabajando porque una la ha aprendido a trabajar", compartió la isleña.
Sumó la artesana que "hemos hechos canastos y un montón de cosas, hartas cositas diferentes. Como le digo, costó dominar la quilineja porque no sabíamos cómo se manejaba, qué tratamiento había que hacerle para trabajarla. Bueno, para limpiarla le regamos agua hervida y después con un género la limpiamos y de ahí esta lista para trabajarla. Fue difícil porque buscamos apoyos con las personas que trabajaban la quilineja y se negaron a prestarnos asesoría. Ya manejamos algunas técnicas pero la manejamos nosotros experimentando y ahora la manejamos bastante bien".
Libro
En tanto, Patricia Barrientos, encargada de la Oficina de la Mujer del municipio local, explicó que por medio de los talleres que realiza esta repartición en el sector rural se generó un vínculo con las vecinas y el grupo de profesionales que lleva adelante el proyecto. De esta forma nace el compromiso de trabajar en conjunto la parte final de la iniciativa para difundirla a la comunidad.
"El compromiso es apoyar lo que les resta a ellas, porque con los fondos del proyecto al parecer no se puede concretar todo lo que pretenden. La idea es apoyar a lo mejor con otro proyecto o con dineros de personas o empresas externas, para mostrar esto en un libro para la comunidad y que conozcan el trabajo de rescate de la quilineja y a futuro con otros proyectos poder generar otras instancias de rescate, pero este nexo no lo podemos perder. Es gente de fuera que viene a ver lo nuestro y lo mínimo que podemos hacer es apoyarlos en ese rescate", puntualizó la funcionaria municipal.
La Agrupación de Emprendedores Dunas de Guabún espera en una fecha próxima poder exhibir las artesanías en la Casa de la Cultura de Ancud, productos que con mucho esfuerzo y sacrificio los socias trabajan con el objetivo de que la comunidad y los turistas conozcan más de esta fibra natural.
Por otra parte, el municipio local pretende conseguir recursos para la publicación de un libro con la recopilación de esta labor que incluye ilustraciones del proceso de la quilineja en Chiloé.
"No es necesario internarse mucho para encontrar esta enredadera"
Carla Bardi,, jefa de proyecto "Colaboratorio creativo, rescate e innovación, de cestería de Ancud"."