La marea roja llegó antes a Chiloé que los vertimientos de salmones muertos
Eso sí, el equipo de expertos mandatado por el Gobierno reafirma altas concentraciones de amonio.
La comisión científica contratada por el Gobierno ante la crisis generada por la marea roja en Chiloé y buena parte de la región emitió un informe, luego de 11 semanas de trabajo, en que -entre otros puntos- vuelve a afirmar concentraciones inusuales de amonio producido por el vertimiento de salmones en descomposición.
Los especialistas que trabajaron in situ en las costas de Los Lagos presentaron su trabajo de avance al Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, descartando la influencia del vertimiento de salmones en la aparición de la marea roja.
El equipo de peritos compuesto por Alejandro Buschmann (U. de Los Lagos), Laura Farías (U. de Concepción), Fabián Tapia (U. de Concepción), Daniel Varela (U. de Los Lagos) y Mónica Vásquez (P. U. Católica de Chile) resaltó cinco puntos de las conclusiones sacadas del estudio realizado.
Embarcación
Para ello hubo revisión de fuentes históricas, toma de muestras, realización de análisis climáticos y oceanográficos, además de la obtención de datos recabados con la expedición científica a bordo del buque Cabo de Hornos.
El primero de los puntos expuestos por los científicos en un comunicado es que "el vertimiento de salmones se llevó a cabo en un período (14 al 23 de marzo de 2016) en que el viento predominante en la región era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa".
Agrega en sus conclusiones que "además, se debe considerar que al momento de realizar el vertimiento, ya existían floraciones algales nocivas, más conocidas como marea roja, en diferentes puntos de la Región de Los Lagos y Aysén. Por lo tanto, el vertimiento no puede considerarse agente causal de la floración".
Tal como se había adelantado en julio, los expertos señalaron que se detectaron altas concentraciones de amonio, por sobre 10 veces lo normal, indicando que "la explicación más plausible para estos niveles de amonio en el océano abierto es la descomposición de las 4.500 toneladas de salmones vertidos en marzo 2016".
Advierte el mismo comunicado sobre el estudio que las altas concentraciones de amonio en la zona del vertimiento "no fueron observadas entre el punto de vertimiento y la costa", recalcando que "esto, combinado con el escenario meteorológico y oceanográfico predominante en esas fechas, nos permite descartar un transporte hacia la costa de los nutrientes generados por la descomposición de salmones vertidos mar afuera".
Finalmente, el documento indica: "Lo anterior, y el resto de la evidencia recopilada desde información climática, meteorológica, oceanográfica, y biológica analizada por este comité, y obtenida tanto desde fuentes públicas nacionales e internacionales como desde el crucero, nos permite concluir que el vertimiento de salmones realizado a 75 millas náuticas al oeste de la costa de Chiloé no tiene relación directa con las floraciones de algas nocivas en la región".
El veneno paralizante de los mariscos (VPM) aún está presente en la zona. Si bien se han abierto distintas zonas para la extracción de recursos, áreas del Pacífico y otros puntos del Archipiélago continúan cerrados.
Académico
El biólogo Alejandro Buschmann, de la Universidad de Los Lagos, uno de los científicos del comité de expertos por la marea roja contratados por el Estado para el estudio de este fenómeno, señaló que "acá hay dos cosas principales: que se detecta el lugar de vertimiento en que hay residuos del salmón, pero esos están aislados de la costa y por el análisis de todos los vientos y corrientes que tuvimos en la época del año en que ocurrió fue llevado hacia el norte, y lo otro es que la marea roja, cuando fue el vertimiento, ya estaba en Chiloé".
"Entonces, la iniciación del fenómeno ya había partido antes del vertimiento y los residuos están aislados y no conectados con el continente", resaltó el miembro de número de la Academia Chilena de Ciencia.