Causa reveló las graves falencias del sistema de protección hacia menores
Una de las conclusiones más evidentes que dejó esta causa fue el grado de vulneración de las víctimas y su entorno, y como el sistema de ayuda y protección falló rotundamente. Y no solo para detectar a tiempo las agresiones sexuales, sino también activar las redes de persecución y reparación.
La propia madre de dos de los menores ultrajados como su esposo señalaron "que las instituciones tenían conocimiento de estos hechos". Incluso, la mujer declaró que en el Tribunal de Familia de Quellón no acogieron a tiempo la denuncia.
Bajo este escenario, la institucionalidad nuevamente quedó al debe. Así lo reconoce la misma directora regional del Sename, Pamela Soto, quien indicó que el llamado de atención es para todos.
"La responsabilidad del cuidado de los niños es de todos nosotros, como familia, profesores, auxiliares del colegio, de los centros de salud, de toma la sociedad, los medios de comunicación también", enfatizó la profesional.
Por eso, la personera instó a denunciar a tiempo y asumir el compromiso con los menores. "Primero se debe escuchar a los niños, ellos no mienten, su relato es el primer indicio que algo le puede estar pasando. Fíjese en su conducta, cada detalle puede marcar algún tipo de abuso o maltrato. Conversen con ellos y créanle el relato y después debemos hacernos cargo de la denuncia, ya que sin denuncia es imposible actuar", acotó.
Querellante
La abogada querellante en esta causa, Vanessa Aránguiz, también redundó en las graves falencias del sistema.
"Falló todo, el ámbito protectorio familiar y también a nivel gubernamental, social, comunitario, porque estos niños estuvieron a cargo del agresor por una decisión del Tribunal de Familia. Esto es algo complejo y como trabajadores del sistema esperamos que nunca pase, pero sucedió", indicó la abogada del Programa Reparación y Justicia.