Critican en Chiloé el informe de científicos por marea roja
El grupo de expertos convocado por el Gobierno para estudiar el fenómeno que partió el primer semestre de este año concluyó que no hay relación entre el vertimiento de salmones y el veneno paralizante de los mariscos.
Diversas reacciones provocó entre los actores involucrados en la crisis medioambiental, económica y social por la marea roja que aún se vive en Chiloé y en otras zonas de la Región de Los Lagos el adelanto de parte de las conclusiones del comité de científicos convocado por el Gobierno para estudiar el fenómeno, descartando una relación entre el vertido de salmones en descomposición y la aparición del veneno paralizante de los mariscos (VPM).
La doctora en Oceanografía Laura Farías, integrante de la instancia, reveló a El Mercurio parte de los alcances de la investigación, señalando que el vertimiento de las mortandades de peces no tiene relación con el afloramiento de la marea roja.
Según la fuente, el grupo de expertos convocado por el nivel central luego del estallido social de mayo -integrado también por Alejandro Buschmann (Universidad de Los Lagos), Fabián Tapia (U. de Concepción), Daniel Varela (U. de los Lagos) y Mónica Vásquez (Pontificia Universidad Católica de Chile)-, "el vertimiento de salmones se llevó a cabo en un período en que el viento predominante en la región era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa".
Agregó la científica de la Universidad de Concepción que "además, se debe considerar que al momento de realizar el vertimiento, ya existían floraciones algales nocivas, más conocidas como marea roja, en diferentes puntos de la Región de Los Lagos y Aysén. Por lo tanto, el vertimiento no puede considerarse agente causal de la floración".
Farías resaltó además que "el vertimiento de salmones generó una señal ambiental, en la forma de un aumento en la concentración de amonio en el agua".
Según apunta el comité, las concentraciones de amonio son muy bajas; sin embargo, a dos meses de haberse lanzando al mar peces muertos, se detectaron algunas muestras que superaban 10 veces los rangos normales.
"La explicación más plausible para estos niveles de amonio en el océano abierto es la descomposición de las 4.500 toneladas de salmones vertidos en marzo de 2016", consigna la científica, junto con mencionar que las concentraciones detectadas "no fueron observadas entre el punto de vertimiento y la costa. Esto, combinado con el escenario meteorológico y oceanográfico predominante en esas fechas, nos permite descartar un transporte hacia la costa de los nutrientes generados por la descomposición de salmones vertidos mar afuera".
Sumó Farías que el resto de la evidencia recopilada desde información climática, meteorológica, oceanográfica y biológica, analizada por la instancia, que fue obtenida desde fuentes públicas nacionales e internacionales, como desde el crucero que navegó en la zona, "nos permite concluir que el vertimiento de salmones realizado a 75 millas náuticas al oeste de la costa de Chiloé no tiene relación directa con las floraciones de algas nocivas en la región".
cuestionamientos
Las voces críticas al adelanto del informe que se entrega oficialmente hoy a las autoridades no se hicieron esperar. Entre ellas, la coordinadora de Greenpeace en Chile, Estefanía González, manifestó tajantemente que "nos parece impresentable que no le hayan dado ningún tipo de información oficial a las personas que fueron afectadas en esta crisis sobre dónde se va a presentar el informe, quiénes lo van a presentar, quiénes pueden asistir, porque como mínimo este estudio debe ser presentado en Chiloé, con la participación de todas las comunidades y personas afectadas, en un espacio donde las personas puedan hacer preguntas".
Recalcó la activista que en el documento final de la comisión quedaría establecido que "no existe ningún vertido inocuo, que no se hizo ningún tipo de estudio previo para asegurar que el vertimiento de salmones en estado de descomposición no generara consecuencias ambientales y ninguna nueva conclusión o dato puede cambiar ese hecho".
González también apuntó que "en ningún caso se puede ocupar este informe para exculpar el pésimo actuar que tuvo el Gobierno y continuar con la descontrolada entrega de concesiones salmoneras en otras zonas del país".
También crítico fue el vocero del movimiento Defendamos Chiloé, Juan Carlos Viveros, que indicó que "lo que dice el comité de científicos tiene cero credibilidad en Chiloé, porque ellos se dicen 'comité de científicos independientes' y han sido designados y pagados por el Gobierno, que durante décadas ha estado coludido con la empresa salmonera y que no ha hecho su trabajo de fiscalización y regularización".
Diferente fue la opinión del presidente de la Mesa de Marea Roja de Ancud, Pablo Oyarzo, que advirtió que "yo les encuentro toda la razón y si es que vamos a hacer alguna demanda va a ser por la contaminación que hubo en nuestras cotas por la putrefacción que botaron, porque si hubiera sido una combinación, la marea roja ya se hubiese ido, porque es un alga y la contaminación la habría matado".
También habló el chilote que "todos quienes trabajamos en el mar sabemos que si hubo amoniaco y cuanta cosa que se botó, eso debía haber matado el alga que produce la marea roja y todos los mariscos y no puede ser un abono para que crezca más, como dice Greenpeace".
"Como mínimo este estudio debe ser presentado en Chiloé, con la participación de todas las comunidades y personas afectadas, en un espacio donde las personas puedan hacer preguntas".
Estefanía González,, coordinadora de, Greenpeace en Chile."
"Lo que dice el comité de científicos tiene cero credibilidad en Chiloé, porque ellos se dicen 'comité de científicos independientes' y han sido designados y pagados por el Gobierno.
Juan Carlos Viveros,, vocero del movimiento, Defendamos Chiloé."