M. Eugenia Núñez G.
Motivados por la fe y manteniendo viva una antigua tradición del sincretismo religioso insular, cientos de fieles de distintas partes de la provincia se reunieron en la fiesta de Jesús de la Buena Esperanza de Putemún, en la comuna de Castro.
En la ocasión el sacerdote franciscano Julio Campos destacó la devoción del pueblo chilote, añadiendo que "esta celebración es muy antigua y de mucha tradición y a través de ella se puede ver la profunda fe que tiene la comunidad en nuestro señor".
El padre además llamó a los isleños a vivir los signos de los tiempos con esperanza y solidaridad a pesar de las dificultades que han pasado como el terremoto y la crisis de la marea roja.
La fiesta que tiene más de 100 años, según relató Mirta Cárcamo, encargada de la capilla, es organizada por los vecinos del sector "para rescatar la minga".
"Para nosotros esta fiesta significa recordar a todos nuestros antiguos que la hacían con mucho esfuerzo y dedicación, rememorar usanzas como la incorporación de los acordeones a través de los músicos en la misa, en fin el mantener viva una fiesta patronal que es parte de nuestra historia como chilotes", dijo la mujer.
Lo anterior fue compartido por Manuel Bahamonde, de Tocoihue, Dalcahue, quien señaló que "vengo desde pequeño porque es una tradición familiar, es una fiesta hermosa que nos reúne para dar las gracias".
Una opinión similar sostuvo la lugareña María Bahamonde, quien afirmó que "una viene todos los años porque es importante mantener la creencia en la virgencita y que la devoción nunca se pierda".
A pesar de la lluvia, muchos jóvenes también se dieron cita en la festividad, como Esteban Mancilla, quien afirmó que viene a esta celebración desde antes de nacer.
"Esta es una de las creencias religiosas que no podemos perder como chilotes, yo siempre vengo a dar gracias a Dios, sobre todo porque he sido bendecido por él desde que estaba en el vientre de mi madre", reconoció.
En tanto, Casandra Díaz sostuvo que "esta es una manifestación del patrimonio cultural que tenemos como chilotes y ojalá esto nunca se pierda".
Tras la culminación de la segunda eucaristía, se llevo a cabo la procesión, en donde los fieles portaron al patrono de la capilla dependiente de la Parroquia Apóstol Santiago, esta vez acompañado por San Francisco y la Virgen de Fátima.