Imputado por el ataque a Nabila alegó su inocencia
Su expareja dice que lo están inculpando. Fiscalía asegura que hay pruebas en su contra. Ella llevaba tres meses sin beber y en un asado ambos se embriagaron.
Leonardo Riquelme Corvalán - Medios Regionales
Hacía frío, pero Nabila Rifo vestía una polera sin mangas y calzas tipo bombacha, que estaban más abajo de la rodilla. Así la halló a las 6.19 horas del 14 de mayo de 2016 Karen Colihuán, la paramédico del SAMU que llegó a atender a la joven que yacía herida en una vereda de Coyhaique.
La funcionaria del Servicio de Atención Médica de Urgencia contó que a su lado había sangre, un bloque de concreto, una llave de auto y un globo ocular. Se lo habrían sacado con la llave y la golpearon con el bloque.
Colihuán fue la primera testigo que declaró ayer en el inicio del juicio oral en contra de Mauricio Ortega, expareja de la víctima y que es el único imputado de la causa.
"Soy inocente", declaró y acusó que fue torturado por carabineros para que se inculpara. Dijo que le lanzaban agua a los pies para que se le escarcharan y que incluso en la cárcel de Cochrane fue visitado por un oficial, que le reiteró que "si me echaba la culpa, me sacaban cinco años altiro". Las denuncias han sido desestimadas por la justicia.
El fiscal Pedro Salgado respondió que hay pruebas en su contra, como una denuncia por violencia intrafamiliar y los resultados de las pericias. "Nabila fue una víctima de violencia de género que debe ser resarcida", añadió.
Ortega y Rifo estaban distanciados, pero esa noche ella lo invitó a la casa a comer un asado con unos amigos para celebrar que llevaba tres meses sin tomar alcohol. Se embriagaron y él se habría molestado cuando ella comenzó a exhibir sus pechos, por lo que ellos se fueron.
Según el Ministerio Público, Ortega se ocultó en un auto y la atacó afuera de su casa, lo que el imputado negó asegurando que entró al vehículo a dormir y que no supo más de ella hasta el otro día. Añadió que estaba bebido, por lo que habría sido imposible perseguirla con un bloque de concreto entre los autos del taller de la casa, abrir la reja de la casa y en subida. "Siempre he sido malo para correr", planteó.
Juez
El magistrado que preside la terna de jueces formada además por Pablo Freire y Mario Reyes, del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Coyhaique, es una figura conocida para muchos castreños. Se trata de Rolando del Río Mondaca, profesional que fue juez de letras de la capital provincial, donde su familia cultivó diversas amistades e incluso emprendió un negocio de hospedaje, visitando la zona cada verano.