Consejos para que su gato no se sume al club de los felinos obesos
Los felinos con kilos de más pueden desarrollar hipertensión, diabetes, osteoartritis, hígado graso y pancreatitis. No es una situación despreciable, ya que el 60% de los gatos tiene problemas con su peso en Estados Unidos.
Valeria Barahona
Los felinos, al igual que las personas, pueden tener problemas con su peso corporal, lo que puede provocarles complicaciones de salud. Además, a medida que crecen, dejan de jugar, disminuyendo su gasto de calorías, factor que se suma a los cambios hormonales después de la esterilización.
Este problema no es solo de los gatos chilenos, ya que la Asociación para la Prevención de la Obesidad en mascotas de Estados Unidos publicó recientemente un análisis que afirma que el 60% de los felinos de aquel país tiene serias dificultades con su figura, de acuerdo a datos del año pasado.
La gordura puede gatillar en los felinos enfermedades como hipertensión, diabetes, osteoartritis, hígado graso y pancreatitis, entre otras, explica la veterinaria Carolina Figueroa.
Cuándo hay obesidad
El peso ideal de los gatos no es estándar, ya que no hay una convención sobre tamaño y masa corporal, como en el caso de los humanos.
Sin embargo, "al mirar desde arriba a nuestro gato, debiera verse con una forma de reloj de arena, es decir, que se adelgace hacia las costillas, formando una especie de cintura. Si lo que ves es un cilindro o, al contrario del reloj de arena, se ensancha en las costillas, entonces tienes un gato con sobrepeso u obesidad", aclara Figueroa.
En el caso de las mascotas muy peludas, que esconden sus rasgos a la vista, hay que tocarlos hasta encontrar las costillas. Si se sienten fácilmente, el gato probablemente está bien.
Las porciones
Una vez detectado el sobrepeso, "lo primero que recomiendo, más que cambiar la comida, es saber cuánto comen en el día", enfatiza el veterinario Mario Costa, ya que al calcular este punto "bajan de peso solos".
"El clásico puñadito no es lo que te recomienda el fabricante de la comida (en el envase del pellet), por lo que se debe formular la ración en base al peso ideal del gato", añade.
Otra costumbre casera es mantener alimento en el plato "porque los gatos comen poco" o "son tincados". A juicio de Costa, esto es un error y se debe procurar "que no estén los platos a libre disposición, para que el gato no esté todo el día comiendo, sino que tenga horarios; dos o tres veces al día".
En caso de que esto no funcione, el veterinario recomienda buscar pellets especiales "que están hechos con la misma cantidad de proteínas y vitaminas que el resto, pero que tienen un nivel de carbohidratos menor", apunta. Así, los felinos obtienen la energía de las proteínas y no a partir de un exceso de calorías.
El régimen se debe mantaner hasta que la mascota logre recuperar su figura, para luego mantenerla con alimentación liviana (light).
La comida de casa "si no está formulada por un nutricionista veterinario, no sirve", afirma Costa.
En cuanto a los sobres de comida, que incluyen pedazos de carne y salsa, el veterinario acota que "no los considero alimento, sino golosinas, que dejan de ser saludables cuando se dan de forma permanente a los gatos, o se dan junto al pellet, porque son muy altos en grasa y sal".
La sal en el organismo felino tiene las mismas repercusiones que en el humano, como hinchazón y acumulación de líquido, razón por la cual "un paciente (gatuno) que ingiere demasiada cantidad de sal es probable que desarrolle hipertensión", explica.
Hacer ejercicio
Además de controlar la comida, los veterinarios aconsejan que los gatos obesos hagan ejercicio mediante juegos, como perseguir la luz de un láser o "esconder pequeñas recompensas para que el gato deba moverse y encontrarlas", recomienda Figueroa.
"Jugar con él es la forma más entretenida para que realice movimientos que permitan quemar las calorías que ingiere", recalca el especialista.
A los felinos también hay que "sacarlos por lo menos una vez al día a pasear", añade el profesional, ya sea abriéndoles la puerta a un patio o con un arnés de acuerdo a su tamaño. Sí, tal como se hace con los perros.
"Al mirar desde arriba a nuestro gato debiera verse con una forma de reloj de arena, es decir, que se adelgace hacia las costillas, formando una especie de cintura"
Carolina Figueroa,, veterinaria"