Pedro Bárcena González
Centrando el debate en el tipo de relación y la intencionalidad en la agresión se desarrolla el juicio contra un pescador, a quien se le sindica como autor del delito de femicidio frustrado contra una comerciante en Castro. La mujer sufrió una certera estocada en el abdomen tras una discusión con el acusado, quien arriesga 13 años de cárcel.
En el Tribunal Oral en lo Penal de la capital chilota comenzó ayer el análisis del caso enfocado en el bestial ataque contra la víctima de 40 años, cometido el 29 de marzo del año pasado al interior de la vivienda del imputado, de iniciales L.M.R.B. (54), emplazada en calle Piloto Pardo.
Tal como expuso en su acusación el fiscal Luis Barría, quien sustanció la indagatoria, el encartado agredió con un cuchillo a "su actual pareja", como versa en el documento, sumando que le provocó una herida penetrante en hipocondrio derecho y lesión traumática en páncreas, de carácter grave que de no haber recibido atención médica oportuna habría causado la muerte de la isleña.
El persecutor recalcó que la prueba que presenta en la sesión judicial busca acreditar "la relación de convivencia entre los intervinientes", enfatizando que ambos vivían en la misma casa con la hija del hombre de mar. Además, expuso que el relato de testigos y la prueba pericial confirmarán la utilización del arma blanca y "que la agresión tuvo la intención de matar", acotó.
La dinámica presentada por el Ministerio Público fue ratificada por el abogado Marcelo Urra, del Servicio de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg), quien actuó como querellante en la causa. Afirmó que "el uso del arma y el lugar de la estocada -zona vital- demuestran la figura legal", sumando que el grado de desarrollo del ilícito se justifica por el hecho que el acusado "hizo todo lo posible por dar muerte a la afectada".
Otro punto que trató el jurista fue el daño sufrido por la vendedora de chocolates, el cual debe considerarse al momento de una eventual sentencia. "La extensión del mal causado es significativo, quedó con parte del páncreas inutilizable y sigue con tratamiento físico y reparación sicológica", aclaró.
Por su parte, la defensora particular Marlys Castillo solicitó la recalificación del ilícito a lesiones graves, insistiendo en que no existía un grado de convivencia entre los intervinientes. "El acusado allegó a la víctima en su casa al verla desprotegida", apuntó.
Asimismo, la fuente sostuvo que no existe un dolo directo de causar la muerte, pese a reconocer que se empleó un cuchillo y que el ataque fue una zona vital. Detalló que la estocada provocó una herida de cinco centímetros. "Además, (su cliente) no siguió agrediéndola, abandonando la acción", explicó.
Dinámica
En sus extensos alegatos iniciales, la profesional describió la versión que representan en audiencia, aludiendo al alcohol e incluso al accionar de la mujer la reacción del pescador.
"El día de los hechos (el imputado) estaba ebrio. Se produjo una pelea entre ambos, en la cual el acusado recibe una bofetada de parte de la mujer en presencia de su hija. Él no estaba en su sano juicio", catalogó la abogada.
A su vez, Castillo ahondó en este aspecto, aludiendo que la propia afectada le dio una pastilla al encartado, lo que sumado a su ingesta etílica lo llevó a tomar un cuchillo y agredirla. Además, recalcó que "la violencia no se mantuvo en el tiempo y que tampoco existían denuncias anteriores por otras agresiones".
Junto a modificar la figura legal del delito, la defensora adelantó que pedirá la colaboración sustancial para obtener una pena rebajada en el juicio que continúa hoy con los alegatos de clausura y el eventual veredicto.
Acusado
La base de la defensa para pedir la colaboración sustancial es la declaración del acusado en estrado, lo cual se produjo ayer en el tribunal. El pescador enfatizó que por su estado de ebriedad poco recuerda del día de la agresión, detallando que "tomamos (con la víctima) varias cajas de vino y cervezas en lata. No me acuerdo que saco el cuchillo y la agredo... le pregunté a mi hija y me contó que el puse el cuchillo (a la afectada)". Asimismo, el encartado recalcó que no tenía una relación con la ofendida, señalando que "se quedaba algunos días en mi casa, pero no vivía de manera estable ahí".
272 días permanece en prisión preventiva el encartado por esta causa.
52 medios de prueba fijaron los intervinientes para el juicio oral.