Retiro de perros desata polémica en Castro
En el municipio se descartó el traslado de más animales, con la excepción de los canes que han sido un foco de problemas.
Una encendida polémica que tiene al municipio castreño y las organizaciones pro animales en una pugna a través de las redes sociales ha generado la decisión de retirar a perros que habitan en la Plaza de Armas de Castro.
La controversia se instaló producto de la problemática que ha ocasionado a lo menos una pareja de canes que ha empleado el principal paseo público de la ciudad para vivir, defecar, alimentarse y provocar más de un problema sanitario entre los transeúntes.
El hecho que encendió las alarmas entre quienes defienden los derechos de los animales se suscitó en los días pasados cuando una vecina comprobó cómo un equipo de empleados municipales procedía a retirar a los perros, siendo subidos a un móvil y trasladados nada menos que al vertedero municipal ubicado en la localidad de Punahuel, al norte de Castro y cerca de Dalcahue.
La joven corroboró en una abierto diálogo con los empleados cuál era el propósito al momento de proceder a capturar a los canes, siendo un hecho que desató su malestar por el origen de la decisión y sobre todo la forma en que se implementaba la medida, contrariando lo que -a su juicio- serían los derechos de estos cuadrúpedos.
Frente a la acción, la mujer individualizada como Alejandra Miranda emplazó a los trabajadores a explicar el motivo de su procedimiento en pleno paseo público de la capital chilota. A su vez, ejemplificó cuál es el panorama que se produce al momento de retirar a los perros de la plaza y enviarlos a un hábitat totalmente distinto.
"Pero qué es lo que pasa: viene otra cantidad de perros a tomar su territorio y a los otros ya los conocíamos y la única que andaba ladrando era "La Negra" que fue a la que se llevaron", subrayó la denunciante.
Cuestionando la determinación de la municipalidad, agregó que "si el perro se va a ir a tener una mejor calidad de vida está bien, pero no para que los maten o los dejen tirados", sumando que recurriría al servicio municipal para solicitar información y dejar en claro el peso de la ilegalidad en la captura de canes en Castro.
La situación tuvo eco en la organización Albergando a un Amigo de Puerto Montt, la que cuestionó de raíz la manera en que se retiraron estos ejemplares desde el centro de Castro para terminar en un vertedero de residuos sólidos domiciliarios.
Para Juan Carlos Cuitiño, miembro del grupo, este hecho ocurre toda vez que no existen medidas eficaces que permitan combatir la proliferación de perros y la tenencia de los mismos, siendo una materia que le compete a los organismos públicos como los municipios y el Ministerio de Salud.
"Esto sucede porque no hay una medida política eficaz, se requieren esterilizaciones masivas, educar, vigilar y crear conciencia; entonces, no podemos estar con estas medidas que no tienen ningún objetivo productivo y que no solucionan el problema" lanzó el joven.
Con categoría recalcó que "el municipio tiene que ponerse los pantalones por este problema de los perros que son abandonados".
Cuitiño precisó que el solo hecho de que el consistorio recoja canes de la calle "es ilegal, la misma Contraloría General de la República lo señala y, además, vamos a emprender medidas legales contra los que resulten responsables desde el alcalde hacia abajo".
El eterno problema sanitario que representa la presencia de perros sin propietarios en la vía pública y la medida de captura y retiro del par de ejemplares fue asumido por el encargado de la Dirección Municipal de Aseo, Ornato y Medio Ambiente de Castro, Nelson Cárcamo.
Dijo que la medida se ha aplicado en tres oportunidades a los mismos animales en atención a una solicitud de Carabineros, policía que ha acogido denuncias de vecinos que han sido mordidos por los ejemplares.
Reconoció que "hemos retirado de la vía pública dos perros, que han mordido en promedio entre los dos unas 25 o 30 personas, esos perros como municipio no los podemos eliminar, la Autoridad Sanitaria tampoco".
Cárcamo explicó que la única solución es sacarlos del espacio "que es donde se encuentran, porque la gente los alimenta, algo que de acuerdo a nuestra ordenanza está prohibido, pero sin embargo la gente lo sigue haciendo y no se hace cargo de las consecuencias de esto".
El funcionario municipal precisó que la captura y envío al vertedero de estos perros corresponde a la única medida que no ha tenido mayores resultados, ya que se ha constatado que a los escasos días han retornado extrañamente a la plaza.
Asimismo, el profesional defendió que en el depósito de basura existen otros dos perros a cargo de un cuidador, enfatizando que el municipio dispone de un canil de tan solo 18 cupos, el cual fue facilitado a la hoy inactiva agrupación Minga Animal para la práctica de tratamientos veterinarios.
Frente a posibles acciones legales por la polémica acción, las desestimó, argumentando que el retiro de perros tiene "validez", siendo muy distinta la matanza o eutanasia, la cual está prohibida.