El reconocimiento de los hechos de la acusación por parte de un joven derivó en un juicio abreviado en su contra, en el que fue condenado en las últimas horas por el ataque sexual contra su pequeña sobrina. Un aberrante caso registrado en Puqueldón que engrosa la lista de ultrajes en la provincia, donde el depravado se esconde dentro de las mismas familias de las víctimas.
Después de una costosa develación, marcada por la dramática confesión de la víctima a su madre y su padre, comenzaron las pericias para esclarecer la dinámica de los vejámenes contra la menor de apenas 6 años.
En un primer momento, las diligencias se desarrollaron de manera desjudicializada por parte de la Policía de Investigaciones de Castro, hasta que el 10 de enero pasado fuese formalizado el imputado de iniciales M.A.A.M. por el delito de abuso sexual infantil reiterado.
El análisis de credibilidad del relato de la niña y otros informes policiales se sumaron para acreditar la participación del sujeto.
De acuerdo al abogado querellante en esta causa, Milton Cuevas, "las tocaciones y besos contra la pequeña se produjeron en la casa de su madre, cuando este joven quedaba solo con ella".
Con la información recabada se llegó al término de la causa. Un procedimiento abreviado marcó este escenario, después que el acusado admitiera responsabilidad.
desarrollo
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El representante del Programa Reparación y Justicia dependiente del Sename fue claro en señalar que postuló el delito en grado de reiterado, lo que en definitiva no fue considerado en el dictamen judicial. "Se estableció que las agresiones constituían un hecho continuado registrado en el 2012", enfatizó.
Por su parte, el defensor Nelson Troncoso manifestó que el imputado "reconoció su intervención en los hechos; esto posibilitó que se configurara la atenuante de colaboración sustancial -la que se suma a la irreprochable conducta anterior-, lo que permitió rebajar en un grado la pena en su contra".
Bajo este contexto, en audiencia de lectura de fallo realizada en el Juzgado de Garantía de Castro, el autor confeso de este delito fue sentenciado a 541 días de presidio, siendo favorecido con la remisión condicional de la pena por el tiempo de dos años, en el que quedará bajo la supervisión periódica de Gendarmería.
Asimismo, se determinó como una de las medidas accesorias más gravosas que el isleño se mantendrá bajo la sujeción de la vigilancia de la autoridad por los 10 años posteriores al cumplimiento de la condena.