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Inéditas técnicas de robo arriban a la provincia

La detección de la "guagua falsa" es solo una de las prácticas que se usan para vulnerar locales.
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"Esto nunca lo había visto por acá... cada vez los delincuentes están ingeniando nuevas formas para robar". Así reaccionaba el jefe de la Subcomisaría de Carabineros de Quellón, capitán Aymer Henríquez, al observar el muñeco empleado por una pandilla osornina para perpetrar ataques en locales comerciales de su comuna.

La técnica de la "guagua falsa" aterrizaba a fines del mes pasado a Chiloé para sorpresa de muchos. Una situación que prendió la alerta en la provincia y que refleja el grado de preparación y osadía de los delincuentes. Algo que se veía en Santiago o grandes urbes, donde las mujeres explotan al máximo el sentimiento materno para engañar a guardias, vendedores y policías.

En esa ocasión, cuatro sujetos fueron detenidos después de perpetrar a lo menos dos atracos en el puerto del sur de la Isla. Se les incautaron decenas de especies y el coche con unas piernas de felpa que simulan el retoño de una joven, quien quedó solo con arraigo regional y prohibición de acercarse al supermercado Unimarc donde se produjo uno de los ilícitos.

variedades

Sin embargo, esta técnica constituye nada más que la punta del iceberg. Numerosas son las formas que utilizan los hampones para burlar la ley. Y el Archipiélago, por muy rural y aislado que lo pinten, no escapa de estas acciones.

Así queda reflejado tras el análisis de un experto en la seguridad a nivel local. Juan Lebtún lleva más de 12 años ejerciendo como guardia, después de acogerse a retiro de Carabineros al sufrir un accidente de tránsito.

Por más de un lustro se desempeña en el supermercado Unimarc de la capital chilota, uno de los más grandes y con mayor movimiento de la Isla. Y en todo este tiempo ha debido lidiar con las más insólitas y audaces metodologías de "choreo".

Una de las prácticas más usuales es el bolsazo. "Los delincuentes ingresan con una bolsa de otro local comercial en el bolsillo y adentro la abren para ponerle mercadería. Una vez que pasan por las cajas dicen que vienen de otro local y eso lo compraron afuera", aseveró el vigilante, añadiendo que "normalmente se cargan en las cabeceras de las góndolas para evitar ser detectados por los guardias o las cámaras".

Otro de los métodos es el denominado "la alfombra". Como describe el trabajador, consiste en "una cartulina o cartón forrado, enrollado de manera tubular que al medio está tapado. Uno puede echar productos lo más bien y no se caen porque tiene un fundo".

Enfatizó que los rateros siempre tienen cuidado de apoderarse de artículos pequeños que en su total no superen una Unidad Tributaria Mensual, para que el delito tenga una mayor gravosidad.

Además, describió el "parkazo", como una técnica en que los hampones "se abrochan las chaquetas o parkas bien amarradas en la cintura y van colocando artículos en su interior. Entran flaquitos y salen gorditos", expuso.

Otra es el "mangazo": "Entran con una chaqueta en el brazo con las mangas cocidas, transitan por las góndolas y le van metiendo cosas a la manga. Uno ve que van saliendo con la chaqueta abierta y sin nada, pero en las mangas van llenos", aclaró.

Junto a este verdadero manual utilizado por los "mecheros", existen formas de actuar en grupo o pandilla, que demuestran preparación. Una de estas es el popular "desmayo", en la cual "una persona simula un mareo y se cae, así que van en su ayuda. Normalmente, todos los guardias van a ese lugar, lo que aprovechan los otros delincuentes para cargarse", manifestó Lebtún.

Mientras el supuesto afectado recibe el auxilio en el lugar sus compañeros de fechorías salen con la mercancía. En ese instante, la "víctima" se levanta por arte de magia, deja a medio camino a la ambulancia y se retira del sitio del suceso. Toda una actuación exitosa.

El guardia del centro comercial castreño coincide con sus colegas que estas prácticas o robos "hormiga" se enfocan en productos pequeños de fácil reducción. En las farmacias, las especias favoritas de los ladrones son los desodorantes, champús y colonias, mientras que en los supermercados se empinan por las carnes, licores, desodorantes, leche o los champús.

Pandilla biónica

José Oyarzo, encargado de la seguridad de la multitienda Dimarsa, emplazado en pleno centro de Castro, también dio cuenta de su experiencia. Por más de cinco años ha estado atento a los "rateros", quienes siempre están sorprendiendo por su preparación.

El joven aseguró que una de las formas más usadas para apoderarse de prendas de vestir en estos recintos comerciales son las "biónicas". Todo tipo de bolso u equipaje revestido en su interior con papel aluminio tendiente a impedir que las alarmas suenen al paso de los sensores.

Resaltó que lo primero que buscan los antisociales es vulnerar al guardia. "Lo miran para saber dónde está y esperan que se vaya para cometer los hurtos. Tratan de distraer a la vendedora para que otra persona oculte las especies. Por lo general, no actúan solos. Uno es el autor material del delito, otro se encarga de distraer y otro está afuera viendo si llega Carabineros", aseveró.

Utilizando estas tácticas, recientemente fue sorprendida la denominada "pandilla biónica". Cinco personas irrumpieron al establecimiento con una maleta, una bolsa y una cartera adaptada con este sistema.

"Un día alcanzaron a llevar hartas prendas en una maleta y una bolsa. Al otro día los pudimos ubicar e identificar tras revisar las cámaras de vigilancia donde quedó al descubierto su ilícito. Los esperamos y se cargaron como con 10 jeans. Aguardamos el momento en que iban a salir, pero antes llamamos a la policía que los detuvo", acotó el vigilante, agregando que el botín fue avaluado en más de 300 mil pesos.

Otra de las acciones usadas por los malhechores "es cuando en el probador colocan varias prendas sobre otra. Usan alicates especiales, pinzas o artículos hechizos con imán para retirar los sensores. Algunos se llevan puesto la ropa", apuntó Oyarzo.

De acuerdo a la experiencia del isleño, las mujeres son las que más roban, "quienes muchas veces se envuelven la ropa en el cuerpo bajo las chaquetas. Aprovechan que no las podemos revisar para salir con las prendas", expresó.

Asimismo, comentó que cada vez se están usando nuevas técnicas, "por eso uno también aprende de estos delincuentes para evitar estos robos". Especificó que generalmente son antisociales provenientes del continente los encargados de introducir estas técnicas más innovadoras.

"Caja falsa"

Otra de las últimas metodologías que engrosan el listado de los ladrones es la "caja falsa", consistente en un empaque vacío de un artículo mayor, con el objeto de ser llenado con elementos pequeños dentro de los locales violentados.

En Castro se observó en los últimos días este accionar que terminó con un detenido, puesto a disposición de la justicia. Personal de civil de la Segunda Comisaría de Carabineros local le siguió la pista a un audaz antisocial, quien literalmente arrasó con varios locales.

Simulando una compra de una centrífuga, los funcionarios policiales se asombraron por la ligereza en que la movilizaba el sospechoso. La caja tenía una tapa movible en el fondo que se abría fácilmente.

El sujeto entraba a los recintos, observaba un artículo y fingía que se le caía al suelo. En ese instante, colocaba su artilugio sobre la especie y con un rápido golpe de pie, este se montaba en su interior sin caer al movimiento. Sencillamente, asombroso.

Con esta dinámica avanzó por varios establecimientos comerciales del centro castreño. Una tienda y una farmacia fueron sus objetivos, hasta que actuaron los efectivos de la unidad base al observar que ya no desplazaba la caja con tanta facilidad, al estar llena de artículos robados.

De acuerdo a lo confirmado por el capitán Eduardo Rosales, subcomisario local, "el joven fue detectado en este accionar y controlado en la vía pública, detectándose que mantenía en su poder especies de procedencia ilícita".

Para hacer frente a este flagelo, no solo los efectivos policiales deben estar ampliando su presencia en las calles, sino también los guardias están en constante preparación.

charlas

Como manifestó Juan Oyarzo, "hacemos charlas, hablamos entre los colegas, compartimos las experiencias para evitar nuevos robos. Ya no son tan básicas las técnicas usadas, por lo general, los delincuentes locales usan métodos más burdos como guardarse la ropa y dejar los sensores botados. Ahora no sucede esto, cada día están más preparados los ladrones".

Por su parte, Juan Lebtún enfatizó que "cada tres años debemos hacer cursos de guardia para aprender los modus operandi que emplean los antisociales". Un ir y venir tendiente a descubrir estas prácticas que no solamente dejan cuantiosas pérdidas al comercio, sino que también asombran por su inédita evolución.

"Normalmente se cargan en las cabeceras de las góndolas para evitar ser detectados por los guardias o las cámaras". Juan Lebtún, vigilante del supermercado Unimarc de Castro

"Hacemos charlas, hablamos entre los colegas, compartimos las experiencias para evitar nuevos robos. Ya no son tan básicas las técnicas usadas". Juan Oyarzo, guardia de Dimarsa.