El hombre detrás del bicampeonato Libsur
El deté de la Asociación de Básquetbol de Ancud, Kurt Krüger, hace un repaso de toda una vida ligada al baloncesto, incluyendo una destacada carrera como jugador.
Los ancuditanos jamás olvidarán las hermosas veladas de básquetbol vividas en el Fiscal de calle Esmeralda cuando el "Misilero" Kurt Krüger hacía saltar de las graderías al público con sus lanzamientos de tres, dándole en varias oportunidades el triunfo a la "Celeste".
Con 36 años, este hombre desde el año pasado se ha puesto en el hombro una mochila no menor: dirigir el club adulto de la Asociación de Básquetbol de Ancud, ABA.
Como es habitual se le ve entrenando junto a sus jugadores, quienes vienen de convertirse en campeones de la Liga de Baloncesto del Sur, Libsur. Ahora se preparan para vivir la Copa Chile, este 14 de septiembre en casa, enfrentando al campeón del cuadrangular final de la Libcentro que anoche se definía.
siempre deportista
siempre deportista
El estratega isleño indica que su deseo por jugar básquetbol nace en la ciudad del Pudeto por el año 1982, siendo muy pequeño, en el tiempo que se disputaba el Mundial de España.
Junto a su amigo de infancia "Gallito" comenzó a lanzar sus primeros tiros en el gimnasio de Carabineros y el Municipal de aquellos años. Luego se trasladó junto a su familia hasta la "ciudad de los tres pisos", Chonchi, donde practicó varios deportes como vóleibol y fútbol.
"Jugué harto y fui bien "mentholatum" cuando era chico. Pero siempre quería jugar en Ancud. De hecho, cuando la pasamos mal en la casa y no teníamos plata para ir al gimnasio, escuchaba la Bandita desde la Casa San Vicente de Paul. Mi madre me ponía la radio para que yo escuche el básquetbol. Siempre estaba con eso de jugar", recuerda Kurt.
Relata que después de estar en Chonchi, tuvo que irse a estudiar a Santiago al Internado Nacional Barros Arana, donde retomó la disciplina que tanta alegría le ha dado.
"Regreso a Ancud y jugó por el Liceo Domingo Espiñeira Riesco en el año 1993. No me di ni cuenta cómo llegué a ser un referente estudiantil de la Isla", añade.
Evoca con mucha alegría los intensos partidos que se efectuaban entre el tradicional establecimiento y su archirrival, el Colegio Seminario Conciliar, con un Gimnasio Fiscal repleto de hinchas.
"Jugamos varios clásicos. Tuvimos muchas copas a favor. Teníamos muy buen equipo, aparte de que éramos todos amigos. El Seminario igual tenía un buen equipo, sus jugadores eran un poco mayores, porque tenían técnico ese tiempo. Esos combates eran bien interesantes, estaban las barras y se jugaban a gimnasio lleno", cuenta el hijo del ex alcalde Federico Krüger.
PROFESIONAL
PROFESIONAL
El deté de la "Celeste" comenta que la llegada al básquetbol profesional obedece a que en su momento no sabía qué estudiar y no se sentía motivado. Confiesa que el club que le abrió la puerta para jugar fue Huevos Copita, pidiéndole que fichara por el conjunto, lo que finalmente desechó.
Prefirió quedarse en Provincial Osorno, rechazando otras ofertas, porque ya se había comprometido con la escuadra "taurina". Otros de los equipos donde militó fueron Colo Colo, en el que conoció a "grandes compañeros", según expresa, y Provincial Llanquihue.
"El 2002 llegué a Ancud y me quede acá. Entre paréntesis me echaron un año, pero también jugué como diez. Siempre jugué de alero porque tenía buena mano de tres puntos y también podía defender. Lanzar y defender eran las pegas importantes que hacía en la cancha. Me retiré por la fuerza, porque me rompí un menisco jugando un clásico. Se me complicó mucho la existencia", lamenta el hoy estratega.
Expone que a la ABA y los clubes de la ciudad del Pudeto que la antecedieron han llegado muchos jugadores de gran nivel. En su época de deportista, él tuvo la fortuna de convertirse en un referente para muchos jóvenes.
"Fui capitán del equipo, fui titular, perdí partidos, gané partidos, estuve donde las papas queman y eso me deja tranquilo. Jugué donde realmente se vibra el básquetbol, que es Ancud", manifiesta el chilote.
El director técnico ancuditano sabe que para llegar hasta donde está ha sido importante el apoyo familiar. Por eso se muestra agradecido de su madre Nelly Durán, su padre Federico y sus hermanos Bastian y Kathy.
"La familia lo es todo. El apoyo que ellos te han dado desde chico, desde que te compran las zapatillas para jugar, hasta que te preguntan "¿a qué hora es el partido?" O que te vaya bien. Que te llamen por teléfono cuando las cosas no te salen bien o mal, eso es muy importante. La familia lo es todo. Creo que para todo los jugadores tiene que ser lo mismo", considera.
BANCA
BANCA
Kurt narra que asumió la banca de Ancud apoyado en el conocimiento de haber sido un jugador y sumar estudios para perfeccionarse pensando en obtener logros para la ciudad. En esos instantes, la ABA no estaba consiguiendo logros importantes y las campañas no eran de las mejores. El desafío de ser el entrenador lo tomó con la idea de cambiar el rumbo de la "Celeste" y lo ha conseguido.
"Me decía "no puede ser tan complicado". Uno también es jugador y no es tonto. Empecé a estudiar un poco más. Siempre en silencio, con humildad, porque hay algunos que están esperando que te vaya mal. Así que asumí", relata.
El 2012 es el año en que Krüger se compromete con la banca de la ABA. Esa temporada se coronó campeón de la Libsur en Valdivia y ocupó el tercer lugar en la Liga Nacional Movistar.
Obtuvo resultados positivos para ser un novato y joven entrenador de uno de los pocos equipos cesteros del país donde la camiseta "pesa" y que cuenta con una hinchada fiel que lo sigue a todas partes.
Evalúa que el hecho de haber sido jugador es un plus para su labor. "Traté de ordenar a un equipo humilde y modesto con muchachos que tenían ambiciones. Creo que logramos cosas importantes, sobre todo para la gente de Ancud, lo que me deja tranquilo", evalúa.
Acota que "cuando tomamos esto (el club) con mi padre (entonces alcalde) y comenzamos a hacer todas las gestiones de tipo económico, siempre mi visión fue que se conserve el club en el tiempo, que perdure. Creo que el club debe estar entre los cuatro siempre. Este es un "patrimonio" que tenemos y hay que cuidarlo, porque es de todos".
corto plazo
corto plazo
Krüger, el técnico más joven en conseguir dos títulos consecutivos de la Libsur, ahora prepara a su equipo para participar en la Liga Nacional Movistar. En este sentido, valora el trabajo en la cancha de sus pupilos y el apoyo de la hinchada.
"No tengo ninguna expectativa en este nuevo torneo. Jugaremos cada fin de semana y veremos qué pasa. Siempre de atrás, viendo y observando. No soy avaro ni vanidoso, prefiero trabajar. Ir piano, piano", vislumbra.
No esconde una complicación: "Tengo un problema ahora, porque se fue Humberto Carrizo y eso es menor. Lo único que le dije (al jugador) "es una lástima y que espero que hayas tomado la decisión correcta". No quería desarmar al equipo. Voy a ver si puedo traer un nacional más".
Este entrenador también dice estar agradecido por el apoyo de Álvaro Contreras, Rodrigo Apablaza y Alfredo Barría de la empresa naviera Transmarchilay por el auspicio a la ABA. También cita a la constructora B Carraz, que aporta con recursos a través de la Ley de Donaciones, a la firma PF y a todos que de una u otra manera contribuyen al club ancuditano.
"Jugué harto y fui bien 'mentholatum' cuando era chico. Pero siempre quería jugar en Ancud".