Depravado violó al hijito de su pareja
Acreditan el ataque en Castro, gracias a reacción de la madre, quien no lavó al niño para obtener muestras científicas.
La valiente y oportuna reacción de una madre se transformó en la instancia clave para recoger la prueba del ultraje que sufrió su pequeño hijo al interior de su hogar, en Castro. Una evidencia que permitió acreditar el delito y la participación de su conviviente en este aberrante caso.
Nuevamente, un niñito sufrió las depravadas intenciones de un cercano, en una dinámica que se repite en la provincia dentro del contexto de las agresiones sexuales infantiles. Su padrastro vulneró su inocencia, pero no impidió que lo denunciara rápidamente.
Gracias a estos antecedentes, comenzó la investigación contra el acusado de iniciales E.E.A.L. (34), la que desembocó en un juicio que terminó ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de la capital chilota.
En audiencia de veredicto, la sala presidida por el magistrado Juan Pablo Peña condenó al joven por el delito de violación impropia ante los hechos registrados el 26 de agosto del año pasado. En la ocasión, el menor de apenas 8 años fue violentado por el sujeto, aprovechando que se encontraban solos.
detalle
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Así lo describió el abogado Milton Cuevas, querellante en esta causa, añadiendo que "la madre de la víctima estaba cumpliendo un turno en su trabajo, instancia en que el imputado se acostó con el niño para consumar la agresión sexual".
Fue el propio infante quien le contó a su mamá, al otro día de perpetrarse el ataque, lo sucedió en la habitación. Pese al impacto de la confesión, la mujer actuó de forma certera, tal como se recomienda en estos casos.
"De inmediato, lo llevó al niño al hospital. No lo lavó para mantener las pruebas de la agresión. Una situación que se debe rescatar", explicó el jurista del programa Reparación y Justicia dependiente del Sename.
Muestras de semen del adulto y restos de sangre del afectado se levantaron gracias a esta reacción. Pruebas que se transformaron en sendos informes periciales que constataron la participación del isleño en el caso.
Es más, durante la audiencia la sola presencia de estas pesquisas de ADN se convirtieron en la base acusatoria del fiscal Enrique Canales, quien sustanció la investigación. Elementos científicos que se sumaron al relato del menor para desvirtuar la presunción de inocencia del imputado.
En la resolución judicial, además se acreditó la agravante de abuso de confianza, invocada por el querellante, que solicitó una pena de 11 años de presidio contra el individuo, quien está en prisión preventiva desde el 28 de agosto del 2012, cuando se entregó a la policía civil.
Por su parte, el Ministerio Público solicitó 10 años y un día de reclusión; mientras que la defensa pidió el mínimo, de acuerdo a la gravedad del delito: 5 años y un día de prisión.
Así lo aclaró Nelson Troncoso, quien representó legalmente al acusado, añadiendo que "invocamos las atenuantes de la irreprochable conducta anterior, que se entregó a la justicia y que colaboró sustancialmente en la causa, al declarar en la Fiscalía, en el juicio y prestar su consentimiento para la toma de muestras genéticas".
El fallo por este caso será entregado este lunes 16 en la misma sala castreña.