Trasplantes han aumentado en un 41% en lo que va del año
Por cada chileno que decide ser donante se realizan tres de estas intervenciones.
Angélica Finlay perdió a su hijo Andrés Leyton, de 31 años, luego de que lo atropellaran en 1997. Su madre cuenta que en algún momento, cuando su hijo aún vivía, hablaron de la donación de órganos. Él le dijo que quería ser donante y ella se negaba rotundamente a la idea.
Pero llegó el momento de tomar la decisión y Angélica no pudo olvidar las palabras de su hijo. Y respetó su voluntad. Hoy siente que si no lo hubiera hecho, no podría dormir tranquila. Ella trabaja como voluntaria en la Corporación del Trasplante, entregando apoyo a las familias de donantes.
Durante 2013, la proporción de trasplantes que se hace por donante ha crecido. Por cada persona que dona sus órganos, se realizan tres de estas intervenciones. El año pasado la proporción era de dos por un donante, según cifras de la misma entidad.
Su presidenta, Ana María Arriagada, explicó a La Estrella que esto se debe principalmente "a que se hace un mejor trabajo en la mantención de cada donante" y agregó que "el sistema sanitario, especialmente en las unidades de cuidado crítico y de emergencia, está haciendo un buen trabajo, cada vez mejor".
Pero también tiene relación con el proceso completo, que comienza en los hospitales donde hay equipos de procuramiento. Se recibe el aviso de un posible donante, se ingresa, se certifica la muerte encefálica y finalmente se realiza la entrevista a los familiares. En ese momento se avisa a la coordinación del Ministerio de Salud para que vea a qué paciente le corresponde el órgano.
Por eso el aumento en la proporción de trasplantes "implica que se está dando un aviso temprano y oportuno de la existencia de un posible donante y esa es la única manera en que se asegura que la mayor cantidad de órganos puedan servir", dijo Arriagada.
Eso sí, no todo está en manos de los equipos médicos: "Que hayan más trasplantes de un donante también implica que las familias sean suficientemente generosas". Para ella, el gran tema pendiente tiene que ver con el respeto de las familias a lo que la persona fallecida decidió en vida. Muchas veces son las familias quienes no desean donar los órganos del fallecido y la decisión final está en sus manos.
Sin embargo, Arriagada hace hincapié en que la forma de solucionar esto es la educación. "Nosotros preferimos perder un donante que irnos en contra de una familia", enfatizó.
En Chile, en los últimos ocho meses, 892.000 personas han rechazado ser donantes, lo que, según cifras del Registro Civil, da un total de 3,8 millones de chilenos que negaron que sus órganos fueran trasplantados.
A contar de octubre, quienes no deseen ser donantes deberán expresarlo en una declaración jurada ante notario. Por otra parte, quienes se hayan declarado no donantes y quieran retractarse, podrán hacerlo realizando el mismo trámite. Para Arriagada, esta opción "implica que la persona probablemente reflexionó más". No obstante, la última palabra la siguen teniendo las familias.