El docente de religión que quiere ser consejero regional
El postulante del PRI asegura que "la gente busca políticos nuevos, no los de siempre".
Fernando Iván Azócar (47) cumplió 13 años de residencia en Quellón, lugar hasta donde llegó con su señora e hijas desde su natal Río Bueno, Región de Los Ríos, para ejercer como profesor de religión en la Escuela Eulogia Bórquez Pérez, lugar donde ha permanecido laborando hasta hoy.
Hace menos de un año milita en el Partido Regional de los Independientes, PRI, y en estas elecciones su nombre irá en la papeleta como candidato a Consejo Regional de Los Lagos.
-¿Cómo surge la opción de ser candidato a core?
-Primero, escuché y estudié las propuestas que tiene el partido, las que se centran en darle autonomía y poder a las regiones y, segundo, porque encuentro que puedo ser un aporte para trabajar en soluciones a las necesidades que existen en el pueblo donde vivo, donde realmente hay mucho por hacer y de ahí es que surge en mí esta inquietud de poder contribuir en ayudar a la gente desde esta tribuna.
-¿Cuál sería su aporte en la eventualidad de salir elegido?
-Cuando uno llega a un cargo primero hay que conocer los proyectos que existen, los que se están ejecutando y los que se podrían hacer. En estos momentos yo no podría decir estas son las iniciativas de inversión que se pueden hacer porque no estoy en el lugar. Lo que sí tengo claro, y como buen profesor, lo primero que haría es un diagnóstico; por ello es que estoy convencido que una vez en el cargo me afiataría mejor para ver las reales necesidades de la gente y de ahí elaborar una propuesta de inversión que sea pertinente.
-En marco de su campaña, ¿ha podido recorrer el territorio insular?
-Por ahora no, por mi trabajo como profesor no lo he podido hacer, a diferencia de otros candidatos que sí cuentan con el tiempo para realizarlo.
-¿Cuáles son las principales falencias que existen en su actual lugar de residencia, Quellón?
-En realidad son muchas. Obviamente, la primera de ellas es el tema de la salud, el cual logró que el pueblo salga a las calles a protestar por una mejora sanitaria. Existen también problemas ambientales desde la propia población, por ejemplo, no contamos con un lugar donde se pueda seleccionar el tipo de desechos, tampoco hay educación ecológica. En relación a la conectividad, contamos con una carretera que se está construyendo y de la cual nos queda para largo todavía. En realidad, son muchas las falencias que se podrían enlistar como última ciudad geográficamente hablando que está en la provincia de Chiloé.
-Y a nivel provincial, ¿cuáles son a su juicio las principales carencias?
-Creo que el tema de la salud abarca a todo el territorio; sin duda, es una demanda comunitaria que no puede seguir esperando; el otro es el sistema de conectividad. Si ambas tuvieran un arreglo significativo, sin duda, ayudarían a mejorar notablemente la calidad de vida de los isleños.
Otro problema que no es menor es la educación; hay muchos docentes que trabajan en islas interiores que requieren de una mejor infraestructura para que puedan ejercer su labor, que si bien es cierto el Plan Chiloé se orientó para subsanar estas falencias y otras, aún queda mucho por hacer. En el caso de Quellón, es un pueblo que ha ido creciendo muy rápido y, por ende, las necesidades también; todo lo que allí se construye va quedando chico muy rápidamente.
-Cómo profesor, ¿considera que es prioritario que el proyecto de educación superior se materialice lo más rápido posible en Chiloé?
-Ese es un tema y una necesidad muy latente en la población estudiantil. Chiloé ya debería contar con una casa de estudios superiores, con carreras con pertinencia y en donde los jóvenes puedan estudiar tranquilamente y no se vean obligados a emigrar de sus hogares, con todos los costos económicos que eso trae consigo.
-De no salir electo, ¿tiene planeado continuar en el mundo de la política?
-Me gustaría asumir un rol de dirigente, más que nada porque asumí el desafío de servir a la comunidad; además, en lo personal, estoy muy agradecido de todo lo que me ha entregado Chiloé, especialmente Quellón: desde que empecé a ejercer como profesor, realmente me lo ha dado todo. Por ello es que quiero retribuir eso a las personas, quizás a través de alguna institución de corte social.
-¿Siempre bajo el alero del PRI?
-Creo que sí, porque sinceramente me siento representado por este partido, sobre todo con sus ideales que postulan: el proyecto país que se descuelga de los tradicionales pensamientos de los grandes conglomerados políticos que hay en Chile, vale decir la Concertación y la Alianza. Es una nueva alternativa, ahora se puede elegir, ya no existen solo dos caminos para hacer política y eso se agradece; además, el PRI es la tercera fuerza política del país.
-Sin embargo, el pacto Nueva Mayoría y la Alianza siguen acaparando el mayor número de adeptos, ¿cómo ustedes enfrentan este escenario?
-Pienso que ese binomio se va a ir terminando. Si usted tiene dos caminos está obligado a optar por uno, pero si te presentan otras alternativas puedes elegir. Todos estos años donde solo han estado presentes estas dos fuerzas políticas, la derecha y la izquierda, hemos visto que son la misma cosa a la hora de gobernar, solo cambian los nombres en los puestos pero siguen los mismos problemas, no hay muchas soluciones, y solamente se han dedicado a darle más auge en instalar en el país una situación de discordia, enfrentamientos y rencores, situaciones que la gente ya está cansada de vivirlos.