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Escuela Diferencial San Carlos de Ancud: 37 años luchando por la integración de menores

El recinto chilote atiende a menores desde los 9 años y jóvenes de hasta 26 años.
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La población con discapacidad históricamente ha sido una de las que ha sufrido de mayor discriminación en el sistema social, educacional y laboral. A pesar de los importantes avances alcanzados en las últimas cuatro décadas en la atención educativa de estos vecinos, siguen existiendo niños, niñas y jóvenes que no han tenido la oportunidad de asistir a un establecimiento educacional o que no cuentan con los apoyos técnicos necesarios para aprender en igualdad de condiciones que el resto de los alumnos para lograr su plena integración social.

La adopción legal del término educación especial se produce a partir de la Ley General de Educación de 1970, pero es partir de la década de los "80 cuando Chile comienza a prestar una gran atención a la educación especial. En ese período se operó un cambio radical en las actitudes profesionales y públicas hacia las necesidades especiales que marcó el comienzo de un gran movimiento hacia la integración de las personas con estos requerimientos.

En este sentido, Ancud se ha posicionado como una de las comunas de todo el sur del país que más ha evolucionado en materia de atención para niños y jóvenes con capacidades diferentes. Basta un ejemplo: la Escuela Diferencial San Carlos es todo un referente en instituciones de este tipo en la zona.

Este establecimiento dependiente de la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención al Menor de Ancud se creó el 16 de noviembre de 1976. En la actualidad la directora del recinto es Ariela Riffo. A ella asisten 70 alumnos que allí se atienden y presentan retardo mental en sus rangos leve, moderado y profundo. Ellos están divididos en dos niveles de educación: cursos básicos que comprenden niños y jóvenes entre los 9 y los 15 años, además de cursos laborales para jóvenes y adultos desde los 15 hasta los 26 años.

Los cursos laborales cuentan con tres especialidades: los talleres de repostería, madera y tela. Judith Reyes, encargada del gabinete técnico del establecimiento, nos explicó la finalidad de estas instancias educativas.

objetivo

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"El objetivo de estos cursos laborales es prepararlos para la vida del trabajo, se les entrega toda la orientación en lo que es legislación laboral, prevención de riesgo, habituación, rutina; entonces, ellos ya se encuentran con conocimientos previos al enfrentarse a un trabajo, una vez que egresan de acá", expuso.

Una vez terminados estos cursos laborales, la dirección de la escuela les busca práctica en algún lugar de la comuna chilota. Posteriormente, dentro de las posibilidades, estos jóvenes son contratados por empresas y optan por quedarse trabajando. En el presente son 10 los alumnos que están en proceso de práctica en distintos locales comerciales de la ciudad, una cantidad constante cada año.

Otro de los objetivos que se busca es que estos egresados aprendan el hábito de ahorrar y, de esta manera, puedan acceder a la casa propia para independizarse o, en otros casos, aquellos que aún pretenden continuar viviendo con sus familias pueden ahorrar de igual manera estas remuneraciones e invertirlas en su vida diaria.

En el 2007 esta casa de estudios diferencial echó a andar el proyecto denominado "Retos múltiples", integrado por 16 alumnos, que consiste en la atención a menores que además de contar con una discapacidad intelectual, poseen otros tipos de discapacidad adjunta, como parálisis cerebral, dificultad en el lenguaje, uso de sillas de ruedas, daños motores y autismo.

profesionales

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Ximena Rivas es una docente, educadora diferencial de profesión, que se desempeña en la Escuela San Carlos desde hace casi 37 años. Sostiene que cada día de trabajo en este lugar es un desafío distinto.

"Súper entretenido trabajar con ellos y es motivante; a veces, un pequeño logro hace mucho, por ejemplo, que se aprendan una letra, una palabra, a veces se les olvida, pero uno vuelve a empezar, y hay que tener mucha paciencia, y mucho cariño también", añadió.

Ulises Navarro e Isabel Osorio constituyen un joven matrimonio de profesionales que prestan servicios en este establecimiento por casi cuatro años. Él es kinesiólogo, mientras que ella ejerce como fonoaudióloga.

La pareja arribó a este lugar a través del mencionado programa de "Retos múltiples", destinado a niños con multidéficit. Su labor no solamente se remite a sus especialidades, sino también a otros aspectos transversales a su profesión.

"Yo como kinesiólogo, por ejemplo, he tenido que estudiar mucho el tema de conductas, y eso es algo ajeno al tema clínico, es como 50 y 50 con la sicología; acá hay que conocer cómo evolucionan las conductas, cuáles son los elementos que se necesitan como soporte para enseñarles algo, no es llegar y decirles "ya mira, vamos a movernos", puede ser que te tiren algo por la cabeza; personalmente, esto ha sido muy positivo, es un desafío casi de vida", esgrimió Navarro.

En tanto, Osorio destacó el reto que consigna esta labor: "Desafiante, como decía Ulises; acá nosotros desarrollamos un trabajo que va desde nuestra profesión, como apoyo a la labor educativa, apoyar un poco a los chiquillos en el área del lenguaje, de la comunicación y el área de conducta".

Ambos concuerdan en que aparte de ser pareja, lo importante es formar una buena relación laboral. En este aspecto, estos muchachos se definen como curiosos y estudiosos, puesto que constantemente han estado especializándose para ofrecer un mejor servicio a los escolares.

ejemplo

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La palabra discapacidad está en boga por estos días en la comuna del Pudeto, relacionada entre otras situaciones a la reciente finalización de la campaña 2013 del Club de Leones de Ancud, la que reunió una suma superior a los 27 millones de pesos, dineros que van en ayuda de 94 niños que se atienden en el Centro de Rehabilitación de este institución. Algunos de ellos también pertenecen a la Escuela Diferencial San Carlos.

Otro aspecto a destacar a estas circunstancias es que algunos centros educacionales básicos, como el caso de la Escuela Anexa de Ancud, cuenta con un programa de integración para niños con discapacidades, como es el caso de Ángeles Jiménez, niña símbolo de la II Jornada del Niño en Rehabilitación de Ancud.

Según lo expresado por la directora subrogante de la Escuela San Carlos, Anadelia Wolf, esta integración es sumamente positiva en el norte de la provincia. "Está bien esto, me parece muy bien, porque la integración es lo que hoy en día tenemos que privilegiar nosotros", mencionó.

Con respecto a la actividad del Club de Leones, la fuente subrayó la relevancia de este hito. "Es necesario que en las ciudades, en las comunas, se realice esto para que la gente no tenga que ir tan lejos como es la Teletón, lo más próximo que teníamos era la Teletón de Puerto Montt; ahora también tenemos un centro de rehabilitación aquí, me parece muy bien; nosotros siempre estamos en comunicación con ellos, porque también de nuestros niños hay algunos que van al centro de rehabilitación en horario de la tarde o los días sábado", evocó.

El propósito de favorecer el acceso y permanencia de los alumnos con discapacidad en el sistema común durante estos años es la meta de cada uno de estos establecimientos.

Es así como aproximadamente hace 20 años, Elsy Uribe, propietaria del supermercado La Florida, ubicado en calle Arturo Prat, fue la primera empresaria de la comuna que aceptó a jóvenes con capacidades diferentes para que pudieran realizar sus prácticas profesionales, una vez que egresaban de la San Carlos.

"Para nosotros ha sido una experiencia muy confortable, puesto que uno puede ayudar a estos niños a que se integren a la sociedad; a nosotros como familia siempre nos ha gustado ayudar a la comunidad", puntualizó la comerciante.

Testimonio de ello lo da Francisco Contreras, quien tiene 31 años. 17 de ellos los ha dedicado a trabajar precisamente en este recinto comercial. Tras licenciarse del plantel fue uno de los primeros jóvenes que logró insertarse como un trabajador común y corriente. Su vida laboral comenzó a los 14 años. "Yo entré como a cualquier trabajo, mirando, y ahí uno se le va dando la posibilidad, de a poco he ido ganándome un lugar y respeto de los demás trabajadores", apuntó.

De igual modo, este ancuditano valoró la importancia que tuvo en su desarrollo personal los conocimientos adquiridos durante su estancia en la escuela especial y la oportunidad que la empresaria tuvo en su inserción a la sociedad.

"Doy las gracias a la señora Elsy, que no solo me ha dado la oportunidad a mí, sino a todos mis compañeros. Esto sería bueno que se reflejara en todo el comercio, ya que son pocas las veces que se le dan oportunidades a los niños que son deficientes mentales o que tengan cualquier otro problema y que sí pueden desenvolverse solos en el sistema laboral; agradecer por ese motivo también a la Escuela San Carlos, que sin ellos nada habría sido posible", compartió el isleño.

Este establecimiento dependiente de la Corporación Municipal de Ancud se creó el 16 de noviembre de 1976.