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Niños de zonas rurales chilotas cumplen su sueño de volar gracias al Club Aéreo de Castro

"Aguiluchos del aire" es el programa que, al igual que en otros lugares del país, se ejecuta en el Archipiélago.
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Con el objetivo de cumplir el sueño de volar por primera vez, este fin de semana se realizó en el Aeródromo Gamboa, del Club Aéreo de Castro, una nueva edición de la iniciativa nacional "Aguiluchos del aire", la que llevó en esta oportunidad a cerca de 100 isleños, fundamentalmente niños y jóvenes de distintas localidades chilotas, a surcar los cielos a bordo de dos naves modelo Cessna 172.

En esta ocasión, arribaron menores provenientes de las comunas de Castro, Dalcahue y Quinchao, quienes por primera vez en su vida pudieron observar la tierra desde las alturas, viviendo una de las sensaciones que más ha fascinado al ser humano a lo largo de los tiempos.

José Luis Cisterna, coordinador este año de la actividad y miembro del Club Aéreo de Castro, señaló que a través de este tipo de actividades "se busca que los niños conozcan la aviación civil desde pequeños, para esperar que en un futuro se unan a las alas de los clubes aéreos y de la aviación civil en general".

El también piloto civil destacó la posibilidad de que pequeños de las zonas más alejadas del territorio puedan disfrutar de la experiencia de volar, en una iniciativa organizada en conjunto con la Federación Aérea de Chile y con fondos del Instituto Nacional del Deporte, IND.

"Nosotros, como club aéreo, recibimos un dinero que permite costear el combustible, los pilotos, la infraestructura y los aviones, por lo que tratamos de destinar estos cupos a niños que no tengan posibilidad en otros lados de realizar esta actividad", afirmó Cisterna.

"Acá en Chiloé, somos uno de los clubes aéreos más importantes, por decirlo así, ya que tenemos varios aviones en vuelo, formación de pilotos que vuelan activamente y eso nos permite tener una presencia bien fuerte acá en la Isla, así como poder realizar este tipo de actividades", recalcó el castreño.

Algunos de los pequeños afortunados que tuvieron esta vez la posibilidad de disfrutar de los vuelos fueron los alumnos de la Escuela Rural de Colegual, quienes llegaron muy temprano junto a sus padres al recinto aéreo con el visible nerviosismo de estar ad portas de cumplir su sueño.

Liliana Lehue, madre de los hermanos Bastián y Franco Bahamonde del sector rural de Dalcahue, manifestó que "son cinco los niños que trajimos, venimos a pasear acá y nunca habíamos venido, mucho menos a volar".

En grupos de dos o tres, cumpliendo las respectivas medidas de seguridad, iban subiendo los niños a las avionetas piloteadas por miembros del club aéreo local en un trayecto que rodeaba la ciudad de Castro, siendo posible ver desde las alturas el mar interior y abierto que rodea Chiloé.

Fabián Patiño, estudiante de Colegual, manifestó que "nunca había volado. Estuvo bien, se veía todo chiquitito y desde arriba. Y claro que me animo a subir de nuevo".

Una poco más asustada estuvo su compañera Pamela Bahamonde, quien a pesar de estar feliz de la experiencia, indicó que ya en las alturas "daba un poco de nervio".

QUINCHAO

QUINCHAO

Dentro de la jornada, la comitiva más grande arribó pasado el mediodía y estaba compuesta por cerca de 65 niños, desde los 3 a 14 años de edad, oriundos de la mayoría de las ínsulas de la comuna de Quinchao, principalmente de Quenac y Llingua.

Uno de gestores de la visita de los niños quinchaínos fue el actual concejal por la "comuna de las diez islas", Washington Ulloa (RN), quien consignó que "los niños están bastante felices en estos momentos y ya algunos se han subido a las avionetas".

El edil expuso que la actividad representa "un momento de esparcimiento para ellos, además hay muchos niños que jamás en su vida han pensado, solamente soñado, en subirse o estar cerca de una avioneta".

Sebastián Cartes, del Liceo Ramón Freire de Achao y quien llegó con amigos y hermanos, reconoció que al igual que para la mayoría de sus compañeros esta fue su primera vez en vuelo y sumó que "es una experiencia bonita y que ojalá se vuelva a repetir. Te genera algo en el cuerpo, como es la primera vez y no sabes lo que pueda pasar, pero en general es bonito".

Padres

Padres

Pero no únicamente para los más pequeños sería su primera vez en un vuelo. En la cita sabatina se sumaron también los padres y familiares que acompañaron a los niños, quienes también vieron la posibilidad de concretar uno de sus mayores sueños.

Anita Ainol, vecina de la isla Llingua, confesó que "estamos totalmente agradecidos, imagínese nosotros como isleños no tenemos mucho acceso a ver estas cosas, principalmente por los niños".

La quinchaína mencionó que "yo nunca en mi vida he vivido esto de cerca, mucho menos subirme en avión, imagínese. Nosotros en la isla carecemos de muchas cosas y una de esas es poder venir a ver esto que es tan maravilloso".

"Ya hicimos las gestiones, así que si Dios quiere en un rato más ya vamos a estar encima del aire. Estoy muy nerviosa, mi corazón me palpita a mil por hora, así que como le digo, estoy muy agradecida de todos", aseveraba poco antes de subirse a la aeronave en el sector Gamboa.

Igual de agradecida por la invitación se mostró la achaína Esterlina Neún, quien viajó hasta la capital chilota para acompañar a sus nietos en la magnífica experiencia.

"Súper bien, por lo que se ve ya están cumpliendo su sueño y gratis. Me parece muy buena la idea, nunca se había visto por allá. Yo nunca he volado, así que valoro que los chicos más jóvenes tengan la posibilidad de hacerlo. Allá nunca nadie ha volado, puede ser algún cristiano que se haya ido a Punta Arenas, pero nada más", aseguró la chilota.

Tras la maravillosa aventura de volar, los niños recibieron un diploma por su participación, que certifica que ahora son "Aguiluchos del aire". Además, fueron agasajados con colaciones, recorrieron e "inspeccionaron" los aviones dispuestos en el aeródromo, conversaron con los pilotos del Club Aéreo de Castro y, en definitiva, vivieron una experiencia única y que ya es tradición en la zona.