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Alumnos dejan el campo isleño y se van a Oceanía

Tres estudiantes del IER de Castro ganaron beca agropecuaria que los llevará a Nueva Zelanda y Australia.
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Cristóbal Levién tiene 18 años y cursa el cuarto medio del Instituto de Educación Rural, IER de Castro. Esta semana emprende la travesía de su vida. Un giro de 360 grados que deja atrás su hogar en la pequeña isla Laitec de Quellón para tomar rumbo final a Nueva Zelanda. Todo un cambio, considerando que solo conoce hasta Osorno, y que ahora tendrá en el exterior el epicentro donde forjará sus estudios.

El adolescente es uno de los tres alumnos del establecimiento castreño que ganaron la Beca Ramón Barros Luco, que entrega el Ministerio de Agricultura. Son los únicos de la provincia y se suman a los 34 del país que se perfeccionarán en Oceanía en materia agropecuaria.

En el caso del joven quellonino, su programa de especialización está centrado en el área de fruticultura. Sin embargo, empieza con una capacitación de inglés por cuatro semanas en Santiago. Viaja inicialmente con la directora del recinto castreño, Katherine Opazo, para instalarse y dar pie a su gran desafío que contempla con posterioridad, 16 semanas de estudios y trabajo en tierras neozelandesas.

"Elegí esta área porque de todos los ramos es el que más me motivó", enfatiza el estudiante, quien siempre ha estado ligado al campo.

"Donde vivo, todos están asociados al trabajo con la tierra, algo que me marcó y me gustaría seguir en el futuro", señaló, añadiendo sin dudar que "me gustaría proyectarme y llegar a ser agrónomo".

Solamente llegó el 2012 a estudiar a la capital chilota, pero de inmediato se empapó con las materias agropecuarias. Se reconoce un defensor del campo insular, lo que busca rubricar con conocimientos y dedicación. "Mi idea es llegar de Nueva Zelanda y terminar mis estudios", aclara.

A diferencia de este joven, sus otros dos compañeros que ganaron este beneficio, viajarán a Australia para perfeccionarse en el área de lechería. En enero comienzan los cursos de inglés en Santiago -por 6 semanas- y en febrero comienzan las clases y labores en tierras australianas, las que se extenderán en total por cerca de un año.

PREPARADO

Nelson Márquez es uno de los favorecidos. Pese a su timidez y sus escasas palabras, se siente preparado y enfocado para sacarle el máximo provecho a esta beca.

Con sus 18 años, este adolescente que vive en Agoní, comuna de Queilen, sufrió y se alegró con el proceso, lo mismo que pasó en su humilde hogar. "En mi casa todos estaban atentos a lo que podía pasar y cuando me dieron la noticia se pusieron muy contentos", describe.

Su preferencia por la lechería está asociada a sus vínculos familiares y la cercanía natural con esta área. "En mi casa todos están ligados al campo", aclara, agregando que solo llegó hace un año al IER y pudo aprovechar la oportunidad que siempre anheló: perfeccionarse con los mejores.

También a Australia viajará Tamara Ampuero. Es la mayor de estos alumnos con 21 años y la que más tiempo ha estudiado en el Instituto de Educación Rural. Llegó en primer medio y ahora en cuarto espera perfeccionarse a la mayor escala.

La castreña comenta que "cuando nos fueron a explicar lo de la beca no estaba tan entusiasmada, pero cuando hicimos todos los trámites todo cambió. Cuando me dieron la noticia quedé feliz".

La joven cuenta con el respaldo total de su grupo familiar, más allá de desvincularse por cerca de un año de su hogar. Enfatiza que "aunque vivo en la ciudad, desde chiquitita voy al campo y me gustó lechería". Un área que siguió en el colegio y que espera seguir reforzando.

"Siempre me ha gustado trabajar con animales, con las vacas. Por ello, la idea es que los conocimientos que tenga se plasmen acá", apunta, pese a no tener claro su futuro tras la vuelta del extranjero.

DEDICACIÓN

Todos los estudiantes beneficiados no dudaron en destacar los esfuerzos, dedicación y empuje entregado por sus docentes, en especial, por su profesora de especialidad agropecuaria, Siwerka Kehsler, quien está llena de orgullo por sus pupilos.

La ingeniera agrónoma grafica que el proceso fue contra el tiempo, pero la esperanza nunca se perdió para que representantes del IER sean parte de la delegación nacional que se perfeccionará en el extranjero.

Expresa que "esta beca se postula cada año y primera vez nos sumamos como colegio. Postulamos a estos chicos que tienen 18 años o más, que es uno de los requisitos, junto con tener buenas notas en la especialidad -de 6 hacia arriba- en los dos años que llevan cursando y lo mismo para inglés".

Asimismo, la docente no ocultó los problemas que debieron superar, en especial, en el caso de Cristóbal Levién, quien era una de sus principales cartas y que estuvo cerca de quedarse abajo del avión.

"Él inició el proceso una semana antes de cumplir los 18 años, el notario de Castro no le quiso firmar los documentos porque era menor de edad, entonces hizo gestiones en Quellón, donde fue apoyado por sus familiares y logró los documentos", describe, sumando que, en general, "estábamos con bastantes expectativas, pero igual hay sorpresa".

El costo que implica esta iniciativa formativa llega a los 7 millones 100 mil pesos para quienes cursen lechería y 6 millones 600 mil pesos para fruticultura. "Los alumnos solo deben costear unos 310 mil pesos, el resto es todo pagado", acota la profesora.

MOTIVACIÓN

A su vez, Kehsler manifiesta que "realmente es un orgullo que se hayan mezclado todos los factores de los chiquillos para que sean elegidos. Son buenos alumnos, con muy bien comportamiento". Expresa que todos se encuentran felices con este logro, el que también cambió el chip del resto de los alumnos.

"Hay una motivación distinta, ahora los de tercero sienten que es posible acceder a estas becas y se muestran muy motivados para alcanzar el mismo objetivo", señala la docente, quien asume el reto de impulsar a nuevos chilotes a conseguir su sueño de capacitarse al mejor nivel mundial.

"Realmente es un orgullo que se hayan mezclado todos los factores de los chiquillos para que sean elegidos. Son buenos alumnos, con muy bien comportamiento". Siwerka Kehsler, profesora.