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Angélica Muñoz, la reina de la pinuca en Chiloé

La vecina de Quinchao se ha especializado en la preparación de este gusano de mar, que con su forma fálica saca más de una sonrisa entre los comensales, que también destacan su sabor.
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La calidad de los productos gastronómicos de la provincia de Chiloé no se discute. El sabor de los platos típicos chilotes como el asado de cordero o el curanto ha traspasado fronteras y cada día son más las personas que llegan al territorio insular para probar estas delicias.

La abundancia de pescados y mariscos en la zona refleja que gran parte de los más ricos platos son creados en base a productos del mar, pero como ocurre en todo orden de cosas hay algunos productos que ya han pasado al olvido y solo son recordados en alguna que otra muestra gastronómica.

Este es el caso de la pinuca (Urechis chilensis), un gusano de mar, típico de la zona sur del país y que es posible encontrar sobre todo en Chiloé y Puerto Montt. Aunque ha aumentado su uso como carnada para pescar, antiguamente fue un plato muy apetecido en el Archipiélago.

Su particular aspecto es el que llama la atención, ya que al ser extraído del mar el gusano toma forma fálica, lo que ha causado más de alguna sonrisa entre las personas, principalmente mujeres, que no habían tenido la oportunidad de verlo con anterioridad.

Asada al palo, rellena o la plancha son algunas de sus preparaciones, que ya poco se ven en el territorio insular, aunque hay una persona que aún conserva la tradición y que incluso por tercer año consecutivo exhibió su versión de la pinuca en la Feria Gastronómica de Productos del Mar que se concretó recientemente en la comuna de Quinchao.

Se trata de la vecina Angélica Muñoz, quien a sus 67 años recuerda lo que aprendió en materia de cocina de su abuela. Además, es quien prepara especialmente para la muestra la pinuca rellena como lo asimiló de su antepasada.

faena

La tarea comienza con la marea baja, que es el momento preciso para encontrar a los gusanos en el sector de Conchas Blancas en la comuna de Quinchao. Pese a que es una mujer de la tercera edad, Angélica va especialmente a mariscar para encontrar el producto con el que nuevamente causa sensación.

Como padece artrosis este año buscó la ayuda de una joven para extraer las pinucas, pero como ella misma reconoció no le sirvió de mucho, ya que la muchacha solo se reía, sobre todo por la forma del producto.

Pese a ello, en menos de una hora Angélica ya logró conseguir 50 ejemplares, a los que posteriormente dará un tratamiento especial antes de estar listos para su cocción y su venta en la feria gastronómica, no sin antes ser el objetivo de los curiosos que no pierden la oportunidad de fotografiar este extraño plato.

"Me he dado cuenta que la gente ya no lo conoce. Busque a una niña para que me ayudara a mariscar y se puso a reír y no me ayudó en nada", reiteró la vecina quinchaína, sumando que "otros años me ha ayudado mi viejo, pero este no".

Tras extraer la pinuca en la arena, el siguiente paso que da Angélica es cortarle la parte superior, para posteriormente limpiarlas y después estirarlas.

"Son chiquititas, entonces yo la golpeo con mi mano o bien con un palito en la tabla en la que uno pica las cosas y así quedan más grandes", afirmó la quinchaína, quien aseguró que tras el tratamiento que le practica el producto puede llegar a medir 20 centímetros.

En este sentido, la cocinera de productos tradicionales chilotes, expuso que "quedan de distintos portes, grandes y chicas".

TÉCNICA

Cuando tenía cinco años Angélica Muñoz ya veía a su abuela preparar este tipo de productos, pero fue hasta que cumplió 15 que ella también adquirió la técnica, solo con mirar como su pariente lo hacía.

"Yo la aprendí a hacer con mi abuela, que las hacía ensartadas en un palo y cuando yo la vi tenía como cinco años y así lo aprendí", señaló la misma fuente, añadiendo que "también se hace a la parrilla y ensartada en un palo con un pebre de ají en vaina".

Además, la vecina compartió la forma en que ella las prepara para llevarlas a la muestra. Con un pino en base a arroz, repollo y distintos condimentos rellena la pinuca y posteriormente las hierve, tras lo cual quedan listas para servir acompañadas de una papa, pan y el tradicional pebre.

"La gente cuando la ve se pone e reír. La gente primero se sorprende, después la prueba y las encuentra muy ricas", sostuvo la mujer.

-Es igualito, responde Angélica mientras trata de contener la risa, la misma sonrisa que genera entre las personas que ven su producto.

"Yo las traigo para entretención", manifestó mientras se alista para poner a hervir sus pinucas y ofrecerlas al público.

-A las niñas jóvenes le gusta mucho, se ríen demasiado, agrega también entre risas.

Si bien Angélica Muñoz es experta en preparar la pinuca rellena, ella tiene una manera preferida de consumirla: "Se pueden hacer de distintas formas pero mejor es a la parrilla, es como si uno hiciera un asado al palo".

VENTAS

Junto con reconocer que debe ser una de las pocas personas que aún prepara este tipo de plato en la comuna, argumentó que en la última versión de la feria vendió sus pinucas a solo mil 500 pesos y se fueron "como pan caliente"

"Yo la traigo por tercer año consecutivo, incluso mi hijo tampoco las había probado así es que le preparé y las encontró muy ricas", puntualizó.

Del mismo modo, Angélica entrega consejos a las personas más jóvenes para seguir con su vitalidad: "A los 67 años sigo activa o si no me daría la depresión".

Por lo mismo, su recomendación es a la gente, "le digo que coma la pinuca, de lo antiguo era lo sano, nada que ver con la comida chatarra. Todo lo que sea de mar es bueno, así es que coman nomás aunque se parezca a la otra cosa".

"La gente cuando la ve (pinuca) se pone a reír. La gente primero se sorprende, después la prueba y las encuentra muy ricas". Angélica Muñoz, cocinera