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Hallazgo de mensaje revoluciona isla Laitec

Botella con papel recorrió miles de kilómetros desde Nueva Zelanda hasta el sur de Chiloé.
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Abraham Enemías Carimoney es un adolescente de 13 años que vive en la isla Laitec en Quellón y quien hasta hace una semana tenía un pasar sin sobresaltos y alejado de cualquier suceso que pudiese alterar la tranquilidad de su vida junto a sus padres y compañeros de colegio.

Sin embargo, un insólito hallazgo hizo que el estudiante de sexto año básico de la Escuela de Punta White viviera uno de los episodios más apasionantes que un niño e incluso un adulto pudiera llegar a experimentar, al encontrar en la playa de la solitaria ínsula una botella con un papel escrito en su interior, lo que convulsionaría a toda una la comunidad local.

El tranquilo escolar, el cuarto de ocho hermanos, se encontraba jugando en la playa ubicada camino a su hogar cuando divisó entre las rocas el envase de vidrio de color café que sobresalía en la orilla. El área corresponde al circuito que realiza todos los días entre su casa y la escuela, el cual cubre en un período de tiempo equivalente a los quince minutos.

"Estaba jugando en la playa encima de las piedras en Punta White", relató tímidamente Abraham Carimoney al reconocer que el particular artículo tenía en su interior nada menos que una carta escrita en inglés.

¿Qué decía el documento? ¿De dónde provenía y a quién pertenecía? ¿Qué guardaba aquella inscripción hecha a puño y letra? Estas fueron las primeras interrogantes que surgieron en medio de un manto de suspenso, el cual se disipó cuando el alumno junto a uno de sus hermanos llevó el misterioso registro hasta la escuela para entregárselo a la profesora Juana Cárdenas.

La docente destaca la extrema rutina de sus educandos, quienes viven literalmente alejados del mundo globalizado que entrega la tecnología y las comunicaciones, ofreciendo pocas posibilidades "de soñar con algo así y, entonces, uno le conversa lo mágico que es la vida y esto nos bendice a todos, uno les trata de inculcar que sueñen y esta botella vino así", mencionó.

dos años

El extraño papel fue rápidamente traducido al castellano, develando el misterio que hasta ese instante ofrecía el singular descubrimiento en la apacible Laitec y que dejó al descubierto la fuerza de la confianza y voluntad de un desconocido investigador de Australia que el 28 de diciembre de 2011 arrojó al Mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda, una botella con un especial mensaje.

Matt Jensen Young es un científico que a bordo del buque expedicionario Orion lanzó literalmente un gran desafío a algún habitante del planeta que tuviese la oportunidad de encontrar este envase con el documento en su interior. Todo ello con el fin de descubrir el comportamiento de las corrientes marinas.

La profesora Cárdenas rápidamente dejó al descubierto lo que el experto de Oceanía redactó hace dos años al otro lado del Pacífico. Con detención, la educadora dio lectura a la extraña carta preparada por el explorador.

"Estoy interesado en el océano, en la corriente del océano y me gustaría tener noticia de la persona que encuentre este mensaje, se ofrece una pequeña recompensa por la vuelta del mensaje original", dijo la maestra de la escuela rural quellonina.

Con la dirección de su domicilio particular en Australia e incluso con dos correos electrónicos, el establecimiento educacional chilote no tardó en contestar al expedicionario respecto al hallazgo y el impacto que tuvo en el medio local dicho descubrimiento.

El profesional, quien se encuentra en Panamá, recibió igual de asombrado y agradecido por la respuesta procedente desde el sur de Chile y más específicamente de una diminuta y alejada isla del Archipiélago de Chiloé.

Así, Young retribuía la increíble noticia cuando hace casi dos años arrojó al mar una botella con la casi nula esperanza de que algún día apareciera en algún rincón de los "cinco continentes".

"Maravilloso que usted haya tomado el tiempo para ponerse en contacto conmigo, muchas gracias. En realidad, en estos momentos no estamos tan lejos el uno del otro como lo hemos pensado al principio, ya que actualmente estoy trabajando en Panamá, no está cerca, pero no tan lejanos como Australia", contestó el investigador admitiendo no conocer Chile y mucho menos dónde se ubica Laitec.

En el mismo correo, Matt Jensen reconoce que en los últimos años ha visitado Ecuador y Perú dentro de su largo periplo por distintos territorios.

Para nadie de los integrantes de la comunidad escolar y de la familia de Abraham Carimoney pasó desapercibido este verdadero hito que ha revolucionado el lugar con comentarios y reacciones de júbilo por la importancia que ha significado esta traducción y cómo "los sueños" pueden hacerse realidad.

"Mis compañeros estaban todos contentos", prosigue con tímida voz más adelante el estudiante isleño del sur de Quellón.

Su madre, Bertila Díaz, asumió con tranquilidad y orgullo a la vez el peso de este acontecimiento que sin que alguien se lo imaginara creó un extraño nexo entre su hijo y un científico originario del otro lado del mundo.

sorpresa

sorpresa

Recuerda que "cuando llegó mi hijo a la casa y me dijo: "Mamá, encontré una carta dentro de una botella", yo me quedé sorprendida también; como estaba en inglés no sabía qué era lo que decía".

"Uno nunca iba a pensar que uno de sus hijos iba a tener el privilegio de encontrar algo de tan lejos que haya venido y tantos años también en el mar y que haya venido a salir acá en este sector", explica la mujer.

La progenitora del protagonista de este acontecimiento no oculta su alegría por el impacto mediático que ha tenido la aparición de una botella con un documento en su interior, activando la imaginación de niños y adultos y recreando un hito casi cinematográfico y que evoca los tiempos de piratas, naufragios y tesoros.

Uno de los anhelos consiste en que el propio autor del mensaje pueda conocer Chile y arribar a Punta White y conocer a su particular destinatario, siendo parte de otra historia por desarrollarse en el Archipiélago.

Carimoney, tras su "minuto" de fama en Laitec y Quellón, prosigue su vida normal caminando en medio de los parajes naturales que brinda la ínsula frente a la ciudad puerto y alejado de toda la vorágine de las grandes urbes. Sin embargo, el itinerario ahora tiene un valor agregado, toda vez que la playa de su lugar natal está marcado por un hecho cargado de historia y de interés científico.

Ahora y como un mudo testimonio, la carta del explorador luce como un verdadero patrimonio en el diario mural de la escuela del sector traducida al español. Un medio de prueba indescriptible para sus protagonistas y que marca un antes y un después en la vida del pacífico y soñador Abraham.

"Estoy interesado en el océano, en sus corrientes y me gustaría tener noticias de la persona que lo encuentre". Matt Jensen Young, científico australiano.

"Uno nunca iba a pensar que uno de sus hijos iba a tener el privilegio de encontrar algo de tan lejos". Bertila Díaz, madre de Abraham Carimoney.