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El mundo llora la muerte del líder africano Nelson Mandela a los 95 años

El ex mandatario y Premio Nobel de la Paz no pudo superar una infección pulmonar.
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El ex presidente sudafricano, Nelson Mandela, falleció ayer a la edad de 95 años, tras no superar una infección pulmonar que padecía. La noticia la confirmó el presidente Jacob Zuma.

El mandatario, con mucha emoción, señaló en conferencia de prensa que "nuestro ex líder, Nelson Mandela, falleció", acotando que "nuestra nación perdió a su hijo más grande. Lo amaremos siempre y dejemos que su alma descanse en paz".

"Vamos a expresar cada uno de nosotros como podamos la gratitud profunda que sentimos por una vida", añadió el actual mandatario sudafricano.

Durante la madrugada del pasado sábado 8 de junio, el Premio Nobel de la Paz debió ser internado nuevamente en un Hospital de Pretoria, luego de un agravamiento de su estado de salud. Luego de eso, vivió sus últimos días en su casa.

Durante las últimas imágenes difundidas en abril, Mandela apareció muy debilitado, sentado en un sillón con las piernas bajo una manta y el rostro inexpresivo.

En enero de 2011 y en diciembre de 2012 ya había sido hospitalizado, en ambos casos por infecciones pulmonares, probablemente las secuelas de una tuberculosis que contrajo durante su encierro en la isla-prisión de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo.

En esta cárcel pasó 18 de sus 27 años de detención en los recintos del régimen del apartheid. Obligado a picar piedra durante los años de su detención, el polvo afectó la salud de sus pulmones.

En 2012 "Madiba" -el nombre de su clan con el que le llaman afectuosamente a sus compatriotas- se retiró a su pueblo de infancia, Qunu, en una región rural. Pero en diciembre fue trasladado en avión a Pretoria por razones de salud.

A su salida del hospital sus familiares decidieron instalarlo en su residencia de Johannesburgo, situada a 60 kilómetros de Pretoria, para que estuviera cerca de buenos centros de salud.

La salud de Mandela fue un tema de constante preocupación en Sudáfrica por su avanzada edad. Desde 2010 no volvió a aparecer en público, año desde el que se retiró completamente de la vida política, tras el Mundial de Fútbol.

La transición le valió el Premio Nobel de la Paz en 1993, compartido con el último presidente del Apartheid, Frederik de Klerk. Un año más tarde, en 1994, se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica elegido democráticamente. El arzobispo Desmond Tutu, otra de las grandes figuras de la lucha contra la segregación racial y también Nobel de la Paz, lo calificó de "ícono mundial de la reconciliación".

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