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Crucero llegó a Castro con más de mil 400 personas

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l Por cerca de ocho horas permaneció en el fiordo de Castro el crucero Prinsendam, la séptima nave turística que llega a la zona como parte de la temporada veraniega de estas embarcaciones internacionales.

A eso de las 8 de la mañana arribó a la zona el barco de 204 metros de eslora y que transporta mil 400 pasajeros y 470 tripulantes, para continuar con su viaje turístico cerca de las 16 horas.

En ese lapso un grupo de turistas desembarcó para conocer los principales atractivos de la comuna castreña.

De acuerdo al calendario 2013-2014 de llegadas de cruceros, mañana arribaría un nuevo navío al puerto castreño. Se trata del Seabourn Quest, que ya tuvo dos recaladas en la zona en diciembre pasado.

Tras el último, volvería el Zaandam el 16 de febrero, otro de los de mayor tamaño, con mil 400 pasajeros, y el 8 de marzo lo haría el Bremen con 164 turistas. Con la llegada del Silver Explorer el 9 de marzo termina la temporada de cruceros. J

Estudiantes ayudaron a mejorar los palafitos

Alumnos de la Universidad de Concepción colaboraron con la pintura de las viviendas.

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l Carolina Larenas Faúndez

Ayudando en las terminaciones de las obras de mejoramiento de los palafitos de la comuna de Castro permanecieron durante dos semanas, 18 alumnos de la carrera de Arquitectura de la Universidad de Concepción, Región del Bío Bío.

El grupo integrado por hombres y mujeres colaboró, sobre todo en la pintura de las tradicionales construcciones, las que están siendo intervenidas gracias a un aporte especial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.

Además, los jóvenes prepararon un proyecto de rescate de la plaza del segundo sector de Pedro Montt, en el que consideran mejoras para que los turistas puedan apreciar y fotografiar las viviendas, además de un vínculo entre ambos barrios.

Alejandro Balladares fue uno de los alumnos de la casa de estudios penquista que llegó a Chiloé para participar de este programa, el que calificó como "enriquecedor", ya que "tuvimos contacto con la gente, aprendimos de la gente y lo más importante es sacar lo lindo de las personas y todo el cariño que recibimos, nos vamos más que agradecidos".

Junto con ello, el joven comentó que "la gestión de este viaje fue por iniciativa de la universidad y el que quería lo tomaba y lo que hicimos fue restaurar un poco lo que eran los palafitos, darle una mano sobre todo en el pintura que la gente no podía pagar y nosotros tomamos eso y lo realizamos lo mejor que pudimos".

En el primer sector de Pedro Montt vive Sonia Bustos, quien valoró el aporte realizado por los jóvenes a los vecinos de este barrio, sobre todo porque muchos de ellos son de la tercera edad y no pueden pintar sus casas y tampoco pagar alguien que lo haga.

"Para nosotros ha sido muy bueno porque había mucha gente que no podía pintar y hacer sus cosas y esta ayuda a caído súper bien", afirmó la castreña, añadiendo que "todos los vecinos estaban muy contentos y ojalá Dios quiera que en la segunda etapa nos puedan ayudar otra vez".

Con un curanto preparado por las vecinas que fueron favorecidas fueron despedidos los jóvenes tras completar dos semanas entregando su trabajo de forma gratuita. J

l Daniel Navarro, delegado provincial del Servicio de Vivienda y Urbanismo, señaló que "si se puede resumir este trabajo en una palabra, es la recuperación de la minga chilota, y transmitir a estos niños el valor fundamental de Chiloé que es la cooperación entre los vecinos".

Además, expuso que "este se gestó a través de la Universidad de Concepción con el contacto con una de sus profesoras".