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Chonchi: el museo donde el tiempo se detuvo

Casona de comienzos de siglo pasado recrea la forma de vida de los habitantes de la 'ciudad de los tres pisos'

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l Pedro Andrade Araos

Encontrar lugares que nos hablen de cómo era la cotidianeidad de los habitantes del Archipiélago durante el siglo pasado es cada vez menos frecuente. La vorágine de los tiempos actuales ha ido transformado los espacios, forma de vida y costumbres de los isleños.

El Chiloé de fines del 1800 hasta la mitad del siglo XX fue una época de bonanza producto de la fuerte explotación forestal de especies como el ciprés de las Guaitecas, lo que beneficiaba principalmente a solo algunas familias chilotas que emulaban los gustos aristócratas de sus pares del norte.

Vestigios de esos tiempos representan las grandes casonas e iglesias con estilos neoclásicos (período 1860-1920) que se encuentran desperdigadas en distintos puntos del territorio insular.

Una de las más importantes viviendas de la época y que en su interior guarda variados objetos de incalculable valor es la que alberga el Museo de las Tradiciones Chonchinas, ubicado en la tradicional calle Centenario de Chonchi, declarada Zona Típica.

Construida en 1910, su excelente factura técnica ha permitido que sobreviva en el tiempo, lo que según expertos son cualidades excepcionales, tanto para la época de su ejecución como para las posibilidades de reutilización en la actualidad.

El inmueble alberga el museo que este 5 de febrero cumplió 18 años de funcionamiento.

Bajo el alero del Centro para el Progreso y Desarrollo de Chonchi, formado por un grupo de vecinos con el fin de aportar ideas y proyectos para el desarrollo comunal, en 1993 se adquiere la casa gracias a recursos del Fondo Nacional de Desarrollo de la Cultura y las Artes, Fondart.

Restaurada por el arquitecto Edward Rojas, la iniciativa ha contado además con aportes de la Municipalidad de Chonchi y donaciones de la comunidad, tanto urbana como rural, de diversos elementos que hoy se mantienen en exhibición en el lugar.

De esta forma, tras años comenzó a tomar forma uno de los sueños del profesor Ciro Álvarez y Mario Uribe, quienes desde hace más de cuarenta años junto a otros habitantes chonchinos tuvieron la idea de formar en la ciudad un museo con antigüedades de uso doméstico y de trabajo utilizadas por los antepasados.

Finalmente, el 5 de febrero de 1996 se inaugura el tradicional recinto, siendo su primer director precisamente Ciro Álvarez, quien concreta su idea gracias a su jovial entusiasmo e infatigable trabajo. Lamentablemente, murió un par de meses después de ver su sueño hecho realidad.

Esta semana, por medio de una sencilla ceremonia, se recordaron los diferentes hitos y a los principales gestores del museo. En la ocasión, Adela Subiabre, viuda del gestor, rememoró la época en que la iniciativa comenzó a tomar forma.

"Ahí trabajábamos todos en conjunto. La idea Ciro la tenía desde hace mucho tiempo, incluso con el padre Nolasco Ruiz ya había formado algo y reunido algunas cosas, pero nunca se concretó el conseguir un espacio para dejarlas", recuerda.

La octogenaria vecina afirma que "una vez que se formó esta institución ahí empezaron ellos a organizarse, porque Chonchi tiene muchas cosas y tenía la historia olvidada".

Adela también menciona que en ese tiempo se les envió una carta a todos los profesores de la comuna para que ellos coordinasen la recolección de diversos objetos.

Similar evocación de aquellos años tiene Florisa Andrade, viuda de Mario Uribe, cofundador del museo. La lugareña manifiesta que el hecho de que el espacio ya cuente con su mayoría de edad responde exclusivamente "al empeño de la gente, porque todos cooperamos de alguna forma para dar algo", asegura.

"Es una ventaja, porque verdaderamente es ahora que la gente viene a Chiloé y se viene a encontrar con estas cosas. Es bueno que se rescate, porque es la historia de un pueblo que muestra una forma de vida", puntualiza la isleña.

Por su parte, Nicolás Álvarez, actual presidente de Centro para el Progreso y Desarrollo de Chonchi, destaca el valor del trabajo realizado en el recinto por medio "del rescate de una casa patrimonial que representa la arquitectura neoclásica típica de Chonchi, donde hemos mantenido todo lo que es el primer piso como lo tenían los primeros dueños".

El funcionario municipal añade que la vivienda "también nos llena de orgullo porque es un atractivo turístico que es visitado por muchísima gente durante la época de verano".

Según Francisca Díaz, estudiante de sociología y durante el verano guía en el museo, la casa cuenta en época estival con cerca de 50 visitas diarias, algo así como 10 mil visitantes en promedio al año, recalca.

La mayor cantidad de turistas proviene de Chile, revela Díaz, mientras que del extranjero existe una gran cantidad de franceses y canadienses entre los visitantes.

"Generalmente la gente le causa harta alegría y les gusta mucho el fogón chilote. Como allá está el palo chochoquero, siempre los varones preguntan si es con lo que le pegaban las mujeres a sus maridos. Lo mismo pasa cuando ven la escoba de quilineja, preguntan si las mujeres la ocupaban para volar", señala la universitaria como parte de sus anécdotas.

Así también, son muchos los artículos que las personas que recorren el lugar recuerdan de su infancia o de sus antepasados. "Los lavatorios para hacer aseo, por ejemplo, y algunas cosas del primer piso (vajillas, muebles y otros artefactos de uso diario) las llegaron a conocer. Les causa bastante alegría el recordar el pasado, su niñez, su adolescencia", sostiene la estudiante.

Actualmente, el museo cuenta con apoyo de vecinos y el aporte financiero anual que realiza el municipio de Chonchi, lo que permite solventar la contratación de las guías y gastos de mantención.

El inmueble se ubica en calle Centenario 116, y se encuentra abierto de martes a domingo de 10 a 13.30 horas y de 15 a 18.45 horas.

La entrada al Museo de las Tradiciones tiene un valor de 500 pesos por persona y para mayor información se puede llamar al fono 65-2672802. J