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Daniel Flores regresa a la Isla tras sobrevivir a un calvario en el bosque

El joven estuvo 20 días perdido en las cercanías del Parque Nacional Chiloé. Hoy espera replicar su dura experiencia y proyectarse en la provincia.

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l Pedro Bárcena González

A un año de vivir la experiencia más dura de su vida, Daniel Flores García (33), el joven que permaneció 20 días extraviado en los frondosos bosques que rodean el Parque Nacional Chiloé, decidió retornar a la Isla. Una travesía que ya lo tiene en Cucao, recordando in situ sus jornadas de supervivencia y valorando los esfuerzos que se realizaron para encontrarlo.

De entrada reconoce que "aún no me como un curanto", deseo que expresara después de ser rescatado por un grupo de turistas proveniente de Cartagena. Ese fue el feliz término del verdadero calvario que lo comenzó a embargar el 6 de febrero del año pasado, cuando se separó de sus tres compañeros de viaje y se perdió todo rastro de él.

Alimentándose de raíces, insectos, nalcas y agua estancada logró escapar de la muerte. Superó el frío con la misma vegetación que le prestó abrigo, considerando que solamente permanecía con pantalones cortos y una polera. Así hasta ser ubicado en las cercanías del lago Huelde, completamente desorientado y con sus últimas energías.

No dudó en señalar que todo esto significó "un renacer" en su persona. Es más, esta misma experiencia piensa entregarla y motivar a más jóvenes a superar sus barreras.

Con este pensamiento, el sábado arribó Daniel, nuevamente al Archipiélago. Llegó a Castro, donde se alojó en casa de la misma familia que recibió a su madre y su hermana, las primeras en tocar tierras insulares en los albores de su búsqueda.

La génesis de este viaje se asocia a la vorágine mediática que los envolvió para rememorar su caso. Como enfatiza el joven, "en Santiago me buscaban por otros casos de personas desaparecidas, para contar cómo lo hice para sobrevivir todos esos días".

La presión incluso comenzó a hacer mella en Flores, quien recalca que entró en un periodo de "letargo", que superaba por su intrínseca fuerza y alegría, la misma que lo acompañó y potenció cuando estaba extraviado.

A los contactos de medios capitalinos se sumaron también cadenas internacionales que buscaban revivir su historia. "Me querían pagar mil dólares y hasta llevar a Londres, pero me ofrecían un contrato en inglés en que pretendían disponer de todo el material y derechos, incluso hasta remover o agregar cosas como quisieran, algo que no acepté", aclara.

En esos momentos, cuando analizaba estas propuestas, decidió poner por escrito cada uno de los difíciles días que vivió en medio del bosque. "Empecé a anotar todo lo que pasó en esas jornadas y ahí me nacieron las ganas de regresar a Chiloé, permanecer un tiempo en la Isla, tomar contacto con quienes me ayudaron y proyectarme", indica.

El deseo de Daniel es quedarse cerca de un año en la provincia. Una de sus intenciones es replicar sus conocimientos y vivencias, trabajar en turismo y compartir de cerca con los chilotes.

"Siempre quise regresar y quedarme por acá, ojalá que esto se pueda concretar y de ahí veré que haré con mi vida", manifiesta ya empapándose del calor insular.

En estos días, el joven tiene como su refugio la localidad de Cucao. Llegó a este sector de Chonchi, reflejando parte de su particular personalidad. "Decidí irme caminando desde Castro, quería aprovechar cada instante en este viaje, mirar el paisaje, estar con la gente, encontrarme con quienes me ayudaron", comparte.

Y justamente, en esta nueva travesía se topó con personas que lo reconocieron. "Un lugareño que participó en mi búsqueda se acercó y al principio le costó ubicarme, pero después me saludó con gran alegría... casi me saca el brazo con su saludo", recuerda.

Eso ha sucedido con decenas de isleños que se han encontrado con Daniel Flores. Ya no es el mismo turista que quedó literalmente en los huesos al bajar 15 kilos en los 20 días en que permaneció extraviado. Sin embargo, continúa con su cabellera larga, su rápida sonrisa y simpatía, las que se refuerzan con los aires insulares.

Durante la jornada de ayer, recorrió Cucao y Huelde para visitar a más familias que pusieron todos sus esfuerzos por recorrer los inaccesibles parajes boscosos del sector en su búsqueda y retribuirle esa ayuda que hoy se constituye en un verdadero motor para este joven santiaguino, quien busca tener en Chiloé su segundo hogar.

"He recibido harto cariño de la gente. Las personas de acá tienen muchos recuerdos de este caso, me saludaban, me decían ¿Daniel, cómo has estado? Todo esto es algo que valoro mucho y me da fuerzas", reconoce.

Esos mismos bríos piensa replicar teniendo en cuanta su dramática experiencia vivida el verano pasado, en sus primeras vacaciones en la Isla.

"Todavía no como bichos y plantas, pero si hay que explicar cómo fue toda esta situación que viví, lo haría de nuevo", confiesa sin problemas, demostrando que su pesadilla puede transformarse en un impulso para darle nuevos rumbos a su vida, que es todo un ejemplo de superación y fortaleza para los jóvenes. J