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Milcadeira: la batucada que quiere sonar fuerte

Agrupación ha convocado a decenas de jóvenes que ven en los tambores una forma de expresión. En estos días se preparan para participar de un encuentro en Santiago.

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l Pedro Andrade Araos

Actualmente, son numerosas las iniciativas que buscan presentar nuevas posibilidades a los jóvenes, orientadas a la prevención, tanto en el consumo de drogas o de delitos, en un mundo con innumerables estímulos dirigidos a promover la banalización de la cultura y abuso de diferentes sustancias.

En la provincia, una actividad que ya está viendo sus frutos es la que desarrolla un grupo de jóvenes a través de la batucada, quienes a través de la autogestión, promoción del trabajo en equipo y compromiso, ha podido convocar a decenas de adolescentes principalmente de Castro en una iniciativa que busca entregar música y alegría a la comunidad.

Surgida en el verano del 2011, la idea comenzó a tomar fuerza gracias al apoyo del Centro General de Padres y Apoderados del Liceo Galvarino Riveros de Castro.

En la ocasión, en el marco de un proyecto de prevención de drogas y el delito, la batucada se instauró en el establecimiento castreño permitiendo a sus organizadores adquirir instrumentos para la realización de un taller, donde participaron alrededor de una treintena de alumnos de segundo a cuarto medio.

"Nos gustó mucho la iniciativa de estos chiquillos y quisimos apadrinarlos. Porque encontramos que es súper necesario tener diversidad de eventos culturales dentro de una institución. Eso apunta, aparte de la música y del esparcimiento que puedan tener los jóvenes, a temas valóricos como la puntualidad, responsabilidad y respeto", manifiesta Inés Navarro, presidenta del Centro de Padres y Apoderados del liceo de Castro.

Así, con cinco bombos, tres cajas, dos repiques y una timba, la batucada comenzó a tomar forma y a ampliar su campo de acción. A cambio del uso de los instrumentos, propiedad del establecimiento educacional, el monitor y coordinador del taller, Francisco Leiva, mejor conocido como "Weichafe", comienza a realizar talleres gratuitos para los jóvenes durante el verano.

"Ahí empiezo a realizarles clases a los muchachos y se empieza a integrar gente de afuera, que no eran alumnos del liceo. Llegaron de Argentina, estuvo una chica de Ecuador, una alumna de Italia y mucha gente que llegó al proyecto durante ese verano", recuerda.

Carlos Vargas, alumno del "Galvarino", forma parte de las filas de la agrupación desde esos años. El joven reconoce que el trabajo de la batucada "ha sido un proceso largo para llegar a lo que estamos haciendo hoy día", y valora la posibilidad de poder "expresarse mucho más libre dentro de la batucada, ya que no es una música tan cuadrada. Además, la energía que se mueve cuando estás tocando y la de la gente que la recibe es muy rica", señala.

Reunidos en un principio en el liceo castreño, las clases posteriormente se mudaron a la Plaza de Armas de la ciudad, debido a la cercanía del establecimiento con la biblioteca municipal. Ahí comienza a ver la luz la llamada Samba Chochoca do Milcao, nombre que grafica el mestizaje entre los ritmos de Brasil y la cultura chilota.

Debido a la cantidad de interesados y la falta de instrumentos para realizar las clases a todos juntos, la agrupación presenta un proyecto al municipio de la capital provincial que fue acogido por el concejal PC René Vidal, "quien realiza un aporte con dinero en efectivo para la compra de instrumentos y la realización de un taller de verano gratuito. Lo que fue todo un éxito durante el año pasado", destaca el monitor.

De ahí surge la batucada Milcadeira, con jóvenes más chicos y la que sigue actualmente, agrupación que pone más énfasis en el sentido social de la iniciativa.

"No es tan fácil trabajar con gente joven el aspecto pedagógico, si uno no tiene el apoyo de la parte sicológica con los cabros. No hay que olvidar que este proyecto se relaciona con la prevención y con el compromiso social, y a los 17 años los cabros están en otra, quieren carretear, quieren figurar y quieren otras cosas", precisa el instructor.

En eso hace hincapié. La rigurosidad, el respeto, el compromiso y el trabajo en equipo son elementos fundamentales que ha desarrollado la agrupación. "De ahí se forma la Nueva Batucada Social de Castro, donde la participación de los chicos es voluntaria y mi trabajo también es voluntario, comenzando a realizar un trabajo un poco más profesional", recalca.

Así, empiezan a ocupar lugares más definidos para sus ensayos, toman listas de asistencias y comienzan a reunir recursos para ir renovando los insumos necesarios para el buen mantenimiento de los instrumentos.

Fernanda Soto es parte de Milcadeira. La joven asegura que participar en la batucada "ha sido una experiencia agradable, donde el ambiente es familiar". La estudiante reconoce también que el trabajo es exigente "en asistencia y puntualidad, lo que nos permite crecer como grupo", sostiene.

Ya han podido visitar la mayoría de las comunas de la provincia, así también lugares más alejados como isla Lín Lín y Cole Cole.

"Hemos recorrido bastante lugares del Archipiélago llegando a colegios de escasos recursos y tratando de compartir con la gente, regalando música en poblaciones y en lugares donde la gente no tiene para pagar", menciona Weichafe.

A pesar de la autogestión, es necesario contar con un financiamiento estable de modo de cubrir traslados, alimentación, recambio de instrumentos e insumos. Tras tocar innumerables puertas que permitan la continuidad del proyecto, sólo una mostró interés por la iniciativa.

Aufiser Ltda., ubicada en el sector de Rauco, aporta regularmente recursos económicos a la batucada, ya que "está dentro de nuestro territorio, es parte de lo que hacemos como empresa y lo aprovecha toda la gente", precisa Alejandro Chávez, gerente de la firma.

El empresario recalca además que "cuando se está trabajando con niños, siempre, ya sea una actividad deportiva o cultural, es un aporte que tiene un alcance más allá de lo que tú puedes imaginar".

Chávez valora además que la batucada esté integrada por jóvenes "de varios estratos (sociales), varios tipos de niños, algunos con riesgo social, otros que están aburridos o que tienen su primer encuentro con la música, en fin. Para algunas personas puede ser una molestia, porque meten ruido, pero para nosotros es bonito y tiene esa connotación. No esperamos más que a los cabros les vaya bien", plantea.

Así, la iniciativa continúa a paso firme, llenando de sonidos y colores los diversos parajes de la Isla. Fruto de su trabajo y constancia, acaban de ser invitados a Santiago este próximo 6 de abril, a un encuentro de batucadas organizado por el centro cultural autogestionado Klan Zinho, en Puente Alto.

Para quienes quieran colaborar o contar con la alegría de los chicos en sus actividades, pueden contactarlos a través del Facebook Batucada Milcadeira Chiloé o llamar al 72793974. J