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Hace dos años que amenazan de muerte a Barra

El jefe del Plan Estadio Seguro acaba de recibir unas llamadas anónimas por su denuncia contra Colo Colo.

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l Roka Valbuena

Desde las oficinas gubernamentales de Plan Estadio Seguro señalan, con fuerza, que Cristián Barra no tiene miedo. El otro día atendió el teléfono y una voz misteriosa le sacó la madre. Otras voces, afectadas por la denuncia contra Colo Colo que hace días Barra oficializó en la Fiscalía Metropolitana Oriente, le han señalado, a gritos, que lo matarán. Barra, en esos momentos, según avisan sus cercanos, cuelga el teléfono con seriedad y, casi inmolándose por estadios sanos, sigue trabajando y olvida que su vida corre peligro.

-No lo amedrentarán- informa un miembro de su círculo personal.

-Alguien lo cuida.

-Un profesional.

Barra y su guardaespaldas saben que son impopulares. Por eso toman con naturalidad las últimas amenazas: "Hemos recibido amenazas y están en manos de la Fiscalía", aseguró Barra hace unos días. Al parecer, grupos colocolinos de avanzada lo atacaron bruscamente por mail. "Cristián llegará hasta el final", anuncia muy solemne el cercano. Lo que pasa es que esta situación no es reciente, dicen desde el Ministerio del Interior. A Barra lo amenazan desde hace dos años de forma permanente. Paradojalmente, el jefe del Plan Estadio Seguro vive de forma insegura.

El señor Barra está casado y tiene seis hijos entre los 10 y los 22 años. Desde que empezó este trabajo recibe llamadas de personas que lo quieren torturar. Desde hace dos años le dicen que van a secuestrar a sus hijos. ¿Quiénes atormentan a Barra? "Hinchas rayados y los fanáticos del bombo", señala el cercano.

Y Barra va al estadio y lo empapelan a garabatos. Va al supermercado y lo empapelan a garabatos. El odio llega a tal punto que el actor Felipe Izquierdo, de notorio parecido físico con Cristián Barra (eso sí, Izquierdo no sabe de deportes), meses atrás fue a un evento masivo y le gritaron: "Mataste la magia del fútbol, ahueonao". E Izquierdo, confundido, se deprimió profundamente por esa matanza.

Claro que el jefe del Plan Estadio Seguro no quiere peleas. Jamás en su vida, dicen sus conocidos, ha tenido un combate físico. Barra sólo quiere la paz, pero la paz ajustada a reglamento.

-Ese tema no es de su incumbencia. Eso lo ve la ANFP. Él sólo quiere que el fútbol esté limpio- responde el cercano. Y respecto a las amenazas confiesa: "Pan de cada día. Hasta yo las he recibido". Y cuando a Barra lo amenazan en serio -diciéndole, por ejemplo, con voz ronca, que saben dónde vive y le envían una foto de su casa- él, como acaba de hacer, tranquilamente se dirige a la Fiscalía y estampa una denuncia. Luego, sigue limpiando estadios. J