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María Teresa Johns cuenta la lluvia de emociones que le trae visitar Conce y recordar a "Coke"

La madre de Jorge Matute habló de todo con La Estrella, recordando la vida con su querido hijo.

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l Edson Rebolledo Sáez

Tras asistir a su hora programada al dentista, María Teresa Johns, se sienta al lado de un ventanal del segundo piso de un céntrico restaurant penquista, con el objetivo de que el sol le brinde calor en la espalda. Pide un café y luego su mirada se pierde entre los edificios. A su lado se encuentran dos hombres, amistades de Concepción, los que la acompañan a todos lados y de manera incondicional, en todos sus recorridos por las calles locales.

La compañía de sus amigos de la zona es algo sumamente importante para ella, tanto en lo sentimental, como para su seguridad e integridad física, pues confiesa, que caminar por el centro penquista, en ocasiones, le da miedo. Asegura que las amenazas y golpes de los que ha sido víctima en los últimos 15 años de lucha, son algo atemorizante, a pesar de que ella, siempre se ha autodefinido como una mujer valiente, directa y frontal, lo que sin duda, lo es.

La mamá de Jorge Matute Jonhs, cuenta que se fue de San Pedro de La Paz a Santiago, su tierra natal, al poco tiempo después de ocurrido el terremoto del 27 de febrero del 2010 y que a pesar de lo esporádicos y puntuales viajes que realiza a la zona, siempre venir a la ciudad donde nació su amado "Coke", trae consigo, una lluvia de sensaciones y recuerdos de su vida junto a su hijo, donde ella prefiere guardar los buenos y dejar lo malo atrás.

-Vienen tantas cosas a la mente: el primer día que me vine a encontrar trabajo, luego me casé, viví en una pensión mientras nos entregaban nuestra casa, quedé esperando la primera güagüa que la perdí. Pero me recuperé con la llegada de Álex primero y luego 'Coke'. Mis hijos estudiaban, fueron bautizados aquí. La verdad yo encontraba a Concepción una ciudad preciosa, tranquila, jamás me imaginé lo que iba a pasar.

-Por su puesto, aquí tengo a toda la gente que me ha acompañado todo este tiempo, los padres, apoderados y compañeros de donde estudiaron mis hijos, ya sean del Salesiano y Los Sagrados Corazones, de la Universidad de Concepción y de Universidad Católica (de la Santísima concepción), toda gente que se comportó un siete cuando desapareció Jorge. Al igual que a todas las madres de Concepción que me acompañaron y que aún me acompañan en mi dolor y en mi búsqueda (...) ojalá que esta vez se llegue a la verdad, yo la espero, muchas madres la esperan y todo un país está esperando que se sepa la verdad.

-Me he dedicado a ayudar a muchas madres con hijos desaparecidos a nivel nacional. ¿Qué le puedo decir a esas mamás yo? Solamente tocar sus puerta y guiarlas en lo que he hecho, ¿pero qué justicia van a tener? Me pregunto, pues, lo que a mi me da pena que siendo mi hijo, nacido y criado en esta ciudad, cuando 'Coke' desaparece, ¿tú crees que vino algún parlamentario que se acercó y nos dijo, 'mira aquí estoy, tu hijo es un ciudadano y te vamos a ayudar'. No lo hizo nadie, pero bueno eso no es tan importante. Creo que Jorge es un chileno más que tiene todo el derecho de tener justicia y obtener su verdad.

María Teresa toma un descanso. Por fin puede tomar el café que hace 20 minutos había llegado y que a esa altura de la conversación, está frío. Toma un respiro y sigue atenta a las preguntas.

-Me acuerdo cuando me llamaba por teléfono y me decía 'mamá necesito que vengas' y yo asustada porque pensaba que tenía alguna urgencia y me decía que nos juntáramos en el reloj o en la escala de la universidad y era porque le gustaba ir a comer pichangas o un churrasco... ( su voz se quiebra y no puede hablar) igual me acompañaba a todos lados (...) en mi casa tengo todas sus cosas, su guitarra, su bajo, cámara y alguna de sus ropas, pues muchas otras las regalé.

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-Viene una verdadera lluvia de recuerdos de todo lo que ha pasado. Aún tengo mi casa en San Pedro de La Paz. No he dejado a mi gente de Concepción y no puedo decir que todo es malo. Siempre rescato lo bueno y lo malo, y lo malo lo dejo de lado. Me siento contenta y acogida, me quedo en casa de amigos, compadres porque familia no me queda acá. Me siento bien acá también porque se que la gente me cree y muchas veces cometo errores porque no soy mentirosa.

-El nunca me quiso recibir y le tuve que decir por los medios que dejara el caso de mi hijo. A él (Juan Rubilar) no le interesaba avanzar, así que en ese sentido no me costó nada porque simplemente no iba a hacer nada por avanzar.

Toda la familia de María Teresa es de Santiago. Ahí en la capital, dice tener una vida activa, siempre pendiente de otros casos de hijos desaparecidos, pero ocupando su mente también en sus clases de francés e inglés. Además, realiza clases de decoración y asegura que en todas las partes donde le toca compartir con personas, nadie le toca el tema de la desaparición de su hijo, algo que agradece.

En Concepción y al salir a la calle, los saludos y las sonrisas caen espontáneas. La gente la quiere y la apoya, se encuentra con conocidos que la llenan de abrazos, ella ríe de felicidad por el cariño que su gente le da. Pero a pesar de eso, confiesa que puede estar haciendo un montón de cosas, pero su mente está en otra parte. Su corazón y sus pensamientos siempre están en "Coke" y en su hijo Álex, de los que se siente orgullosa.

"Siempre fueron muy buenos alumnos. No me extraña que Álex se realice haciendo post grados. "Coke" siempre fue un alumno destacado. Estoy orgullosa de mis hijos", dice mientras levanta la mano y toma una micro. J