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El docente rapero: "Soy muy común, pero no como un atún, apreta'o, si no que así relaja'o"

El profesor Herrera es el famoso de las clases. Enseña religión rapeando y nos confesó que así llegará a Dios.

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l José Manuel Castillo

"En el Santa Sabina con el séptimo B, intentando plasmarle a todos, esto de la fe". Con esta frase comienza la clase de religión con que un profesor motiva a sus alumnos. Entusiasmados, los chicos, todos vestidos con chalecos verdes, se acomodan a sus asientos, abren más los ojos y sus mentes para recibir los conocimientos que el maestro les entrega. Así surgen las preguntas, comentarios y algunos incluso levantan sus manos para opinar, discutir y observar, en fin, una clase maestra, que ya se la quisieran todos los teóricos de la educación.

Hace poco, sus alumnos subieron a Internet un video de 3 minutos 40 segundos de duración en donde se puede apreciar la creativa forma de enseñar que tiene el 'profe' Hans Herrera de 26 años y que por estos días ha sido ampliamente comentado en todas las redes sociales.

"La idea de esto es poder hacer una clase más dinámica, entretenida y que se genere una mejor retroalimentación de los contenidos", señala el docente, que desde el 2001 hace sus propias rimas.

El sol pega fuerte en la sala de clases, sólo una delgada cortina pone freno a los rayos luminosos. De pronto, Hans saca una pequeña maquinita llamada "Sampler" la cual permite poner una base musical sobre la que el rapero hace sus rimas.

Cuatro notas de un piano salen del aparato especializado en hip hop. Luego viene un interminable bum, bum, plash; bum, bum, plash; bum bum plash.

El profesor rapero deja de acomodar el aparato, levanta su vista y le pregunta a uno de sus alumnos que está sentado en la mitad de la sala: "¿A ver qué palabra quiere usted?".

-¡Sentimiento!- le dice un moreno de lentes.

-¡Sentimiento!- se inspira el profesor repero, pero ahora lo dice más fuerte y con esa entonación típica de los hiphoperos. Y el sampler continúa con el Bum, bum, plash; bum, bum, plash.

-¿Otra más?- pregunta Hans a la clase.

- Amar- lanza otro joven. Todos los demás se ríen.

-Ya, ya, atención, atención- dice Hans mientras el sampler se hace más ruidoso.

Y empieza, rítmico: "Al sentimiento/ siempre he estado atento/ o sea/ o por lo menos intentar de estar pa' dentro". Y sigue: "Ahora ustedes con su celular/ intentado al profesor de religión grabar/ los exhibidos deben estar siempre unidos/ como amigos/ por eso siempre se los digo/ a mi no me importa que quieran opinar/ acá se respeta/ toda perspectiva/ amar a mi no me da igual…" y continúa, acompañando cada una de sus palabras con las gesticulaciones típicas del hip hop.

Y sigue: "Soy muy común/ pero no como un atún/ apreta'o, si no que siempre así/ relajao/ siempre confiao en Dios/ porque es bueno/ y tiene muchos hermanos/ adapta'os a todas las tendencias/ que no es sólo apariencias/ hay que respetar a todos/ ser su propia iglesia/ y la de los demás/ no andar con payasás…".

Al final todo termina con un gran aplauso de los alumnos, quienes de inmediato comienzan a hablar de los valores del respeto, la tolerancia y la importancia de salir a la calle a ayudar a los demás.

-La verdad es que sí. Siempre me gustó Resonancia, Wu-Tang Clan y Tiro de Gracia. Así empecé, aprendiéndome canciones.

-Hasta antes del 2010 yo sólo rapeaba de la forma tradicional, es decir, me aprendía los versos y los repetía, igual como una canción, pero todo esto cambió cuando un amigo, al que conocí trabajando en las micros, me mostró como era el arte de la improvisación y la verdad es que era más rico, más participativo y a la gente le gustaba más.

-Si, me iba bien. De hecho, era la forma que tenía para hacerme unos pesos extras, porque yo soy papá y debo mantener a mi familia.

Durante su educación media y universitaria, Hans compartía sus actividades diarias subiendo a las micros del Gran Concepción para entregar sus mensajes que están enfocados, principalmente, en las acciones del diario vivir, entregando siempre mensajes llenos de valores puros.

Sin embargo, lo que Hans nunca pensó es que su afición por las rimas terminaría sirviéndole también para ayudar a transmitir de mejor manera sus conocimientos en el ramo de Educación de la Fe. De hecho, sus alumnos del Colegio Santa Sabina dijeron estar muy contentos con su profesor y que de esa manera todo se hace más ameno.

-Lamentablemente muchas veces el rap está asociado a las malas palabras o insolencias, pero yo no lo hago así, de hecho, siempre me he preocupado de que no sea así.

-Yo soy cristiano- enfatizó.

Canta por amor al Señor. Rapea en clases para iluminar al rebaño. Cien mil personas ya vieron su video por las redes sociales. Y el maestro sólo espera que sus alumnos lleguen a Dios. J