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Joven viajero entrega sonrisas por el mundo

La experiencia itinerante de un argentino promete regalar entretención en países de los 5 continentes, dentro de un período de 4 años. Ya estuvo en Ancud.

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l Luis Contreras Villarroel

Facundo Mattos, es originario de la provincia trasandina de Buenos Aires y llegó a Chiloé para continuar con una verdadera hazaña: recorrer los cinco continentes entregando alegría y sana entretención a los niños de todo el mundo.

Así de simple. Este joven administrador de empresas a sus 29 años de edad tiene forjado uno de sus proyectos de vida más importante y que a través de su empresa personal Expedición Sonrisa, inició hace tres meses con un largo itinerario en Argentina.

En su camioneta particular completamente equipado, Facundo hará frente a esta odisea llevando consigo un castillo inflable cargado de sueños y mucha amistad, que comenzó a entregar en su viaje itinerante en el país vecino.

"La idea es visitar escuelas rurales y ONG's, en un recorrido por todo el mundo para que los chicos jueguen en el castillo", enfatiza el artífice de la iniciativa.

El periplo partió en enero en la capital argentina, momento desde el cual el móvil que lleva un carro de arrastre para el castillo inflable, ha llegado con esta experiencia a brindar momentos de alegría y entretención entre niños de la costa atlántica argentina, visitando Ushuaia, Antártida Chilena, Bariloche, Osorno, Puerto Varas y Ancud, en forma reciente.

La misión de Mattos no es menor, toda vez que su proyecto apunta a visitar diferentes países por los siguientes cuatro años para cumplir así el anhelo que arrastra desde muy niño.

Mientras los pequeños de las Aldeas Infantiles SOS de Ancud no paraban de disfrutar y saltar en este castillo de la fantasía, Facundo Mattos, explicaba con total convicción que "este viaje va a llevar cuatro años, espero estar en mayo de 2015 en Los Ángeles, California, para embarcar camino a Rusia y hacer el recorrido transiberiano hasta Noruega".

El calendario de recorrido es asombroso e interesante desde el punto de vista de la experiencia, ya que este viaje itinerante de sonrisa promete una conquista de los cinco continentes.

El joven recalca que de acuerdo a su agenda de circuito, luego de pasar por Rusia y Noruega llegará a África, Asia, Australia, para retornar a Chile y concluir en Argentina el 2018.

En sus primeros pasos, los pequeños de escuelas e instituciones que acogen a niños en riesgo social han conocido en primera persona lo que significa literalmente saltar a un mundo de fantasía, que solo es capaz de ofrecer este castillo inflable por cada rincón que ya ha visitado.

"La expedición es un viaje largo y la idea es llevarle sonrisa a los chicos, es muy divertido el castillo es tanto para chicos como para grandes, el castillo tiene adentro un tobogán, túneles, obstáculos para saltar, jugar y rodar", sostiene.

Pero este aporte solidario guarda para Facundo un costo económico, el cual no es menor, y de allí la preparación de más de seis años que lo llevó finalmente a tomar la decisión de viajar solo por el mundo para regalar su tiempo y carisma por cada lugar donde ha marcado presencia.

Declara que "estuve trabajando en Buenos Aires, ahorré dinero, tengo una propiedad arrendada y con la renta de esa propiedad voy costeando mi viaje".

"Me volví loco", asegura el argentino admitiendo su pasión por la aventura e ir a un verdadero viaje hacia lo desconocido. "Quería viajar, dar la vuelta al mundo, siempre tuve la idea, fue el sueño de mi vida, quería viajar y nada más, quería llevar algo y poner un granito de arena para conseguir una sonrisa", expresa con satisfacción.

Facundo Mattos recuerda que ya el 2005 hizo un viaje por Sudamérica solo en bicicleta, siendo la oportunidad donde visitó hogares y comedores sociales junto con conocer la experiencia internacional de las Aldeas Infantiles SOS.

La idea central es llegar de sorpresa en algunos lugares sin dejar de lado los contactos previos, tal como sucedió con la institución ancuditana emplazada en el sector Bellavista.

Castro y Quellón, con tres días por cada comuna, es el promedio de tiempo que dedica la Expedición Sonrisa y que ha encontrado una favorable acogida en la comunidad infantil de Chiloé. Agrega que "es un viaje a la deriva y puede que pare o llegue a algún otro lugar".

Sandra Bahamonde, directora de las Aldeas Infantiles de Ancud, no hizo más que aplaudir la idea que transporta sobre ruedas Facundo Mattos y que lo plasma con este castillo infantil desmontable.

"Estamos felices y los niños sobre todo han disfrutado mucho esto. A nosotros nos avisaron desde nuestras oficinas de comunicaciones y se tomó contacto con Facundo", relata la profesional. La experiencia arrojó resultados inmediatos entre los beneficiarios de esta institución que es la más austral del mundo, y que la zona argentina y chilena ha recibido con alegría a este aventurero trasandino.

"Ha sido sobre todo para ellos una tarde de distracción, de recreación. De repente por el clima es muy difícil que puedan disfrutar con actividades al aire libre y como se puede ver están todos felices", afirma con alegría Bahamonde.

Valor agregado tiene para el trasandino el privilegio de conocer y visitar el recinto destinado a la atención de niños en riesgo social del norte de la Isla, quienes como pocas veces disfrutaron de una tarde recreativa y al aire libre.

En tanto, el argentino que aún se encuentra recorriendo la provincia de Chiloé se prepara para continuar con su viaje con rumbo al norte donde espera encontrarse con menores de distintas culturas y condiciones sociales, coincidiendo con la zona afectada por el terremoto del pasado 1 de abril.

De allí y una vez que abandone el territorio nacional, la Expedición Sonrisa promete llegar al altiplano boliviano donde al igual que en Argentina y Chiloé, regalará sin condiciones un momento de sana entretención entre los más pequeños. J