El ex presidente de la "U" cree que es un error el estadio en la laguna Carén.
l Roka Valbuena
Desde que Carlos Heller anunció que la Universidad de Chile tendría un estadio propio, René Orozco ya lleva cinco días con estrés. "¡Es un gran negocio y nada más que un negocio!", chilla de entrada. Argumenta que, gracias al sistema de abono anual, ganarán los ricos y perderán los pobres. La 'U', dijo, transformará su estadio en un nuevo San Carlos de Apoquindo, un recinto para clase media alta, para hinchas pujantes. No para el pueblo.
-¡Y después pondrán en la cancha una mugre de equipo!- reclama.
-Naa? claro? ¡Y después no podrán ir al estadio! ¡Serán hinchas felices que solo verán a su equipo por televisión! Con lo del abono nadie podrá ir al estadio. Si la gente es muy tonta en este país?
Todo se reduce a plata, opina. Los dirigentes buscan, con astucia, generar recursos e hincharse los bolsillos. No demorarán en conseguir a los abonados que se necesitan, pero el estadio perderá algo fundamental: al hincha pobre.
"Y ya sabemos que la Universidad de Chile se debería llamar Universidad del Pueblo de Chile", agrega. De manera que es injusto, reclama enfurecido. Todo el concepto de las sociedades anónimas está sucio, insiste con enojo. A su juicio, el nuevo recinto será un estadio sin vulnerables.
-¿Es que quién puede pagar el abono? ¡Los ricos nomás!- grita otra vez.
Es partidario de no tener estadio. O bien, es partidario de usar el Estadio Nacional como estadio propio. "Ahí podemos poner 60 mil personas", calcula. Mantener un estadio propio, piensa, es carísimo: el personal, el pasto, el espacio total. Para jugar de local dos veces al mes, es mejor arrendar el Nacional. Eso es más eficiente.
-¡Está loco! ¡Es lejísimo! Además, cada vez que voy al estadio me echan la culpa por cualquier cosa. Alguien tira un papelito a la cancha y me apuntan con el dedo: "Ahí está el defensor de Los de Abajo". No, no.
-Al hincha yo le diría que no sea imbécil.
-Suena dura la palabra, pero es así. Que abra los ojos, que trate de darse cuenta de lo que están haciendo los dirigentes.
-Buscan la pura plata no más. ¿Para qué están ahí ellos? ¡Para tener más plata!
-¡Una estafa tremenda, señor! ¡Una pura fantasía!
-Que done su plata a los pobres y se deje de ilusionar a la gente. J