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La Universidad Carleton de Canadá, unida al Rochester Medical Center de Estados Unidos, han finalizado una de las investigaciones más largas del último tiempo en lo que respecta a la sicología. Tras 14 años de trabajo sistemático, lograron concluir que las personas que tienen un propósito en la vida pueden tener una vida más larga.
Los índices de mortalidad en los que aspiran a una meta, no importando si es realizada o no, son bastante más bajos que los que andan por la vida sin un objetivo.
Durante los 14 años que duró la investigación, los peritos entrevistaron a 6 mil personas. Y en el transcurso del trabajo fallecieron 599 de ellas. Y aquí cabe constatar dos cosas fundamentales: la mayor parte de las que murieron, no tenían una relación positiva con los demás y, segundo, que es aún más fundamental, muchas de estas personas tenían un bajo concepto de la importancia de 'darle un sentido a la vida'.
Es decir, las personas sin propósitos pueden morir antes. En cambio, si usted tiene una aspiración permanente en su vida, un sueño o una meta, su cuerpo sacará fuerzas de cualquier lugar con tal de intentar cumplir ese anhelo.
También los que tienen propósitos viven más porque optan por una vida más saludable. Lo hacen, específicamente, para estar en mejores condiciones para llevar a cabo la meta propuesta. Y, entonces, una vida saludable más una mente positiva, aportan a la longevidad.
De manera que no lo dilate más. Búsquele un propósito a su vida. Seleccione un sueño, una meta y ponga energías en esa dirección.
Patrick Hil, coautor del estudio, lo aclara: 'Póngase un propósito y lo ayudaremos a vivir más tiempo'. Irradiará una energía distinta y, sin ninguna duda, podrá ser más feliz. Será todo un viejo con onda. J
